Capítulo XIII

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Algo similar al ruido de un xilófono fue el causante de mi despertar.

-¿Quién narices me ha puesto el despertador para un domingo? -me pregunté a mí misma en voz alta , mientras alcanzaba mi iPhone. Revisé mi teléfono y descubrí que era una alarma; pero no una alarma cualquiera.

Había olvidado configurarlo para que no me avisase de ello, pero ya era demasiado tarde. En la pantalla de mi móvil aparecía el siguiente aviso: "Recoger a Óliver en el aeropuerto <3". Al recordar aquello, una lágrima silenciosa se deslizó por mi mejilla, haciéndome recordar cómo era mi vida antes de que sucediese todo eso. "Yo era una chica ansiosa por conocer Manhattan, mudarme a la ciudad de mi novio, comprarme el piso de mis sueños y trabajar en lo que siempre había querido. Estaba dispuesta a comerme el mundo y salir adelante. Y ahora me miro, completamente sola en mi apartamento, con un ex que me ha puesto los cuernos y sufriendo por un chico al que apenas conozco. A veces creo que ni yo misma me conozco. Esto no era lo que yo quería".

Cogí de mi armario un vestido de flores añil, mi cazadora vaquera preferida, unas botas marrones bajas y un bolso de flecos del mismo color. Me hice una trenza de espiga al costado del hombro izquierdo y disimulé con un poco de corrector las ojeras.

-Buenos días, Bryan -saludé.

-Buenos días, señorita Anderson -me sonrió.

Tomé un taxi y di la dirección del piso de Rachel. Estaba en Upper East Side y eso me hizo recordar a Nath. Él vivía en aquella calle. Negué rápidamente con la cabeza para alejarlo de mis pensamientos.

Entregué la cantidad justa al chófer y bajé del coche. Timbré tres veces, cosa que siempre hacía con ella para que me reconociese. La puerta del edificio se abrió automáticamente, cogí el ascensor y llegué a la quinta planta.

-Hola -dije tímida, entrando.

-Hola -respondió ella fría, cerrando la puerta una vez que había pasado.

Me senté en el sofá de dos plazas y ella me imitó. Hubo un silencio incómodo. Cerré los ojos con fuerza, sabía lo que me iba a decir. "Tres, dos, uno..."

-¡¿Pero se puede saber por qué ayer estaba así?! -"...cero"- ¡¿Tienes una idea de lo preocupada que me tenías?! ¡Estuve corriendo detrás de ti como una posesa y ni te inmutaste! ¡Me...!

-Sí, sí, ya sé que te debo una explicación. -rodé los ojos- Pero esta vez no te la voy a dar, -no le dejé discrepar- porque no la tengo.

Iba a gritarme, pero mi contestación le dejó completamente descolocada.

-¿Qué?

-Ya lo has oído. No tengo ni idea de lo qué me paso.

-¡¿Quieres decirme que me has tenido de aquí para allá media hora solo porque te cogiste un berrinche?!

-¡No! Rachel, ¿es que no lo entiendes?

-¿Qué es lo que no entiendo?

-suspiré- Que yo...

-¿Tú...?

-Yo...

-¿Tú...?

-Yo...

-¡¿Tú qué?!

-¡Qué estoy enamorada de Nathan, joder! -le espeté. Abrió los ojos como platos. Yo tampoco sabía qué se me había pasado en aquel momento por la cabeza para decir lo que dije. No me lo podía creer; ¿esas palabras habían salido de mi boca? Yo, ____ Anderson, ¿enamorada de Nathan?

Tanto mi amiga como yo nos quedamos completamente calladas, analizando la situación. Comenzaba a pasar imágenes de ese chico mentalmente por mi cabeza y el corazón se me aceleraba hasta tal punto que me dolía el pecho. ¿Entonces Verónica tenía razón? ¿Le quería? Tragué saliva pesadamente, eso debía ser un sí. Las manos comenzaron a temblarme.

Glad You Came (Nathan Sykes y tú) 1ª temporada TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora