Glad You Came (Nathan Sykes y tú) 1ª temporada TERMINADA

Capítulo XXIV (ÚLTIMO CAPÍTULO DE LA 1ª TEMPORADA)

- ¿Estás segura de que quieres hacerlo?

No respondió, aunque ya supuso que aquello solo podía significar un "sí". Rubén suspiró. Parecía que nada le haría cambiar de opinión. Y es que al menos dejar Nueva York para él no implicaba demasiado porque no llevaba demasiado tiempo allí. Aunque, ¿qué sería para ella abandonar la ciudad? Sabía de sobra que ____ tenía en Manhattan muchos de sus grandes amigos, y junto a ellos estaba Nathan.

- Sé que crees que me estoy precipitando. -dijo al fin- Pero no es así. Llevo meditándolo mucho tiempo y he llegado a la conclusión de que... -suspiró y tomó de las manos a Rubius- Quiero irme contigo, quiero ser feliz.

Esas palabras le conmovieron y no se atrevió a discrepar. Lo que no lograba entender era que una chica tan testaruda como lo era ella pudiese cambiar de parecer tan radicalmente de un día para otro. Por otro lado, la idea de irse juntos, felices y "sólos". Río para sus adentros "Bueno, si a solos se le puede llamar irse con Mangel y con Raspberry...". A pesar de que, en el fondo, sabía que no se iría a ninguna parte sin su mejor amigo y su gatita. La mirada desconcertada y atenta de ____ le hizo regresar a la realidad.

- Entonces -dijo él y le miró con seriedad. Al principio la chica se asustó, pero al ver que solo intentaba dramatizar se contagió de sus sonrisa- ve preparando lah maletah. -puso su acento raro y ella rió- ¡Noh vamos en cuatro díah a Madrid, muaya!

~*~

"Madrid..." era todo cuanto se escuchaba en el interior de su cabeza, mientras terminaba de meter en la maleta su par de vaqueros preferidos. Una vez acabó, miró con nostalgia la que había sido su habitación en sus últimos meses, los peores meses de su vida. En el fondo sabía que no la extrañaría tanto.

Bajó a paso lento las escaleras y al ver su piso completamente vacío se apoderaron de ella las ganas de llorar. "Todavía no" -se dijo, reprimiendo las lágrimas. Cerró con delicadeza la puerta de su apartamento y tomó el ascensor. Abajo vio que le estaba esperando Rubén. Besó su mejilla y se incorporó a su lado.

El camino hacia el aeropuerto fue silencioso, a excepción del sonido casi inaudible de la radio de la cual solo se escuchaban canciones de épocas pasadas y el roce de la lluvia en el cristal. ____ iba demasiado inmersa en sus pensamientos, mientras que su acompañante no quería molestarla por lo que prefirió no hablar. Ella se sentía triste, imaginando que aquel día jamás llegaría y su melancolía aumentaba al recordar que no había avisado a nadie de su mudanza, ya que su única amistad y la única persona que le había apoyado en sus decisiones desde el coma de Nathan, era Rubius.

- Llegamos -dijo él deteniendo el coche en seco. Se formó un incómodo silencio y se quedó obsevándola, como si quisiera preguntarle una vez más como tantas si estaba segura. Hizo un gesto con la cabeza indicando que sí. Bajaron del coche y fuera les esperaba Mangel con un paraguas en una mano y con la otra el transportín de Raspberry. Corrió como un poseso hacia esta última.

- Ay, mi cosita. Ay, ay -____ se conmovió ante tal escena y enseguida apartó la mirada ya que aquello le recordaba al afecto al que le tenía a tanta gente que, a la hora de la verdad, no le habían apoyado. Al desviar la vista, sus pupilas se dilataron y rezó para que no fuesen ellos. Aunque sus ojos no se habían equivocado.

Jay, Rachel, Verónica y Ginger se acercaron corriendo a ella como locos. ¿Qué hacían ellos allí?

- ¿Les has dicho tú que me iba? -se dirigió a Rubén. Este se encogió de hombros y sonrió. Le lanzó una mirada asesina y apartó de su camino al resto.

- ¡____! -gritaban todos. Sin embargo, no les oía. Las lágrimas le cegaban y no escuchaba nada de lo que sucedía a su alrededor.

- ¡Para! -Rachel se interpuso en su camino- Mira, sé que no debimos ser así contigo, pero debes comprender que era por tu bien -intentó empujarla, pero se resistió- ¡Escúchame! Quiero que sepas que no queremos que te vayas y que nos odies por esto, porque lo único que nos importa es que seas feliz.

"Ser feliz"

Se detuvo en seco y se dio media vuelta, viendo a todos los que estaban allí presentes. En seguida se dio cuenta de que había estado siendo egoísta, cuando los demás solo se preocupaban por ella. Igual que Nathan antes del accidente. No quería que esto terminara igual: perderlo todo solo por preocuparse por sí misma.

- Yo... -dijo en un hilo de voz, mientras sollozaba- lo siento.

Todos se arroparon para abrazarla y consolarla. Por fin se dio cuenta de que nunca le desearon mal alguno y que si ahora se iba a empezar una nueva vida, era todo gracias a ellos. Les debía el cielo. "Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" -le decía siempre su madre de pequeña y así pasó con Nath. Y desde luego, no dejaría que se repitiese.

Una voz femenina dio la orden de embarque, irrumpiendo aquel momento.

- Debemos irnos -dijo Rubén con tristeza.

____ miró uno por uno a todos, esperando volver a verlos algún día. No pudo evitar llorar y de nuevo se reunieron en un abrazo grupal hasta que el segundo aviso sonó.

- Vete. -le acarició la mejilla Ginger- Ha llegado la hora.

Ella asintió, restregando las lágrimas. Abrazó uno por uno a todos, como si no quisiera soltarlos nunca. Una vez terminó, se dirigió hacia la puerta de embarque, mientras los demás se despedían con la mano. Echó una última mirada hacia las personas que hasta ahora se habían convertido en unas de las más importantes de su vida. "Aunque una de las más importantes, está a mi lado" -miró a Rubén y este le cogió la mano.

- ¿Lista?

- Lista -le apretó con fuerza.

"Sé feliz" -la voz de Nathan resonó en sus oídos. Ella asintió, feliz.

Sin saber que quizá aquella sería la última vez que escuchara su voz...

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Y este es el final de la primera temporada de "Glad You Came (Nathan Sykes y tú)". Muchísimas gracias a todas las lectoras por apoyarme tanto, de verdad, significa mucho para mí. Todavía no sé cuando comenzaré la segunda temporada, pero os avisaré.

Gracias a todas.

- Iria.