Capítulo XI

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Me quedé paralizada al presenciar aquello. ¿Quién era aquella chica? ¿Por qué él la abrazaba como si fuese el fin del mundo? ¿Por qué sentía la misma sensación que cuando pillé a Óliver con otra? La respuesta era muy sencilla: ni idea. Creo que, tanto Jay como yo, nos sentíamos algo incómodos en aquella situación. "¿Este era el mal presagio que tenía?" Me pregunté. El de ojos verdes se dio cuenta de que estábamos allí, así quese separó de ella, sonriente.

-Ari, tanto tiempo. -el de rizos la abrazó- ¿Qué haces aquí?

-Lo mismo digo, Jaybird. Ni con tacones te alcanzo al cuello. -rieron- Vine a visitar a una vieja amiga mía.

Intenté mantenerme al margen de la situación, como si yo no estuviese aquí.

-Ariana, ____. ____, Ariana -procedió Nathan.

Le di dos besos en la mejilla y, una vez que la vi de cerca, me di cuenta de que era muy guapa. Quizá algo más bajita que yo, pero la encontraba muy mona. Su cara se me hizo familiar. En seguida la reconocí: era Ariana Grande. Nathan, en la entrevista, también me había hablado de ella: me había contado que era su ex. Una oleada de ira me recorrió las entrañas. ¿Me había molestado, acaso?

-Vaya, ya es la segunda presentación de hoy -intenté romper un poco el hielo con ella, y escuché una dulce risa.

Seguimos caminando. Yo y Jay íbamos delante, y Nathan y Ariana detrás, hablando animadamente. Sabía que, tanto el de rizos como yo, nos encontrábamos incómodos allí. Una inquieta fiera se movía dentro de mí cuando oía sus carcajadas a mis espaldas. Igual que cuando Emma y Nathan rememoraban viejas aventuras suyas. Sinceramente, no sé que me estaba pasando.

***

-Gracias por acompañarme hasta casa. -traté de imitar una sonrisa, pero en vez de eso me salió una mueca- Hasta otra.

Antes de que cerrase la puerta, Nathan me tomó del brazo y me llevó hacia el interior del apartamento mucho más serio de lo normal.

-¿Qué pasa?

-No, ¿qué te pasa a ti?

-¿A mí? Nada -sabía de sobra que sí me pasaba algo, pero ni yo misma sabía el qué.

-Nada no, ____. Me estás preocupando.

Le miré sorprendida. ¿Se estaba preocupando por mí? ¿De verdad? Nadie me había dicho eso en años (sin exagerar).

-No me pasa nada. Ya puedes irte, hala, vete con Ariana. Adiós -y lo empujé hacia la salida, cerrándole, por segunda vez consecutiva, la puerta en las narices. "¿Por qué te comportas como una inmadura?" Me preguntó mi conciencia.

-Buenas noches.

-Hola, Vero -saludé.

-¿Hay algo que no me hayas contado? -se cruzó de brazos, apoyándose contra el marco de la puerta.

-No -le miré con el ceño fruncido.

-¿Enserio? ¿Y cómo es que no sé aún que conoces a uno de los millonarios más sexys del planeta?

Me quedé en blanco. ¡Me había olvidado de ello por completo!

-¿Qué tal con Bryan?

-Señorita Anderson, no me cambie de tema.

-suspiré- Lo siento, Verónica, prometo que para la próxima te contaré todo.

-¿Y...?

-¿Cómo qué "y..."?

-Y ahora es cuando tendrías que decir: "y Verónica es la más guapa y la mejor del mundo mundial".

-¡Ya te gustaría! -reímos.

-Bueno, volviendo a lo de antes: no he podido evitar escucharos hablar desde la cocina y...

-Espera, -la interrumpí- ¿me has estado oyendo?

-¡Fue sin querer! -rodé los ojos- Pues como te iba diciendo: os escuché y creo que aquí pasa algo raro. ¿Va todo bien?

Me quedé callada unos instantes. Le miré de reojo y me desplomé en el sofá.

-No, no va todo bien. -inexplicablemente comencé a sollozar- No sé lo que pasa, Vero. Mejor dicho: ¡no sé lo que me pasa! Es todo tan frustrante que, que... Te juro que...

-Eh, tranquila, tranquila. -se arrodilló a mi altura y empezó a acariciar mi mano, como solía hacer en mi época de instituto cuando lo pasaba mal- Mira, a lo mejor te sientes mejor si me lo cuentas todo con calma, ¿sí? -asentí, quitando una lágrima que resbalaba por mi mejilla.

-Bueno, el caso es que hace poco conocí a un chico. Él me trataba de una manera diferente; él era diferente. Siempre preocupándose por mí, comprendiéndome, siendo atento conmigo, interesándose por mis gustos... Siento que cuando no estoy con él, es como si me faltase una parte de mí. Sonrió cada vez que le escucho hablar, me pongo nerviosa cada vez que me toca, tengo una sensación extraña cada vez que la veo con otra...

-¿Cómo de "extraña"?

-Parecido a lo que sentí cuando pillé a Óliver engañándome.

-Ajá. -asintió- Y supongo que ese chico es Nathan, ¿verdad?

-Así es.

-Amiga ____, -posó una mano en mi hombro izquierdo- me temo que estás enamorada.

-¡¿Qué?! ¡No! -me aparte rápidamente, negando del todo aquella afirmación- ¡No estoy enamorada! ¡¿Vale?! ¡Y ni se te ocurra decir semejante idiotez nunca más!

-¡Vale, vale! Relájate, chica, no era mi intención ofenderte.

-¡Pues lo has conseguido!

Me dirigí a mi habitación a grandes zancadas y di un sonoro portazo.

-"Amiga ____, me temo que estás enamorada". -me burlé en voz alta- ¡Menuda gilipollez! ¿A quién se le ocurre? ¿En qué cabeza entra eso, a ver? ¡No me gusta Nathan!

Volví a analizar lo ocurrido unos minutos atrás, cuando le respondí a Nathan de aquella manera antes de cerrarle las puerta en las narices. "A ver, ____, que si Verónica escuchó lo que le dijiste es normal que piense aquello" admití. Sí, quizá me había pasado un poco.

-¿Se puede? -pregunté, desde el otro lado del baño del piso de abajo.. No escuché ninguna respuesta por su parte, por lo que entré igualmente. Ella estaba sentada encima de la tapa del retrete, mirándome con expresión de enfado y con esa mirada fría que me ponía los pelos de gallina- Vero, yo... Lo siento. -suspiré y los músculos de su cara se relajaron- Ya sabes que a veces actúo sin pensar y no soy consciente de lo que hago. Perdón, no debí haberte gritado así -la abracé.

-Te perdono. -sonreí- Con una condición.

Fruncí el ceño. Normalmente ella no ponía pegas.

-¿Cuál?

-Que pienses seriamente lo que te dije.

-¡Pero es que es impo...! -levantó su índice, en señal de "o si no, no te perdono- Está bien, lo pensaré. Buenas noches -besé su mejilla.

-Buenas noches, mejor amiga.

Sonreí y regresé a mi habitación. Me puse el pijama y me metí en cama. Revisé mi teléfono y suspiré, triste.

Esta noche no tendría mensaje de Nathan.

Glad You Came (Nathan Sykes y tú) 1ª temporada TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora