Capítulo Quience.

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Bajo las escaleras mientras bostezo, froto mi ojo izquierdo y me dirijo a la cocina. Miro el gran reloj que se encuentra allí y marcan las siete y media.

-Mierda de trabajo.- me quejo abriendo el frigorífico, saco el bote de leche y cuatro platos hondos. Vierto un poco de leche en cada uno y luego guardo la leche en donde la saqué, después busco los cereales y los dejo en la mesa de la cocina. Meto primero un plato en el microondas y marco un minuto y medio. Saco cuatro cucharas y cuatro servilletas, las dejo junto los cereales y cojo un vaso para después verter agua y beber.

Espero un rato hasta que suena el pitido y repito ese movimiento tres veces hasta que la leche de todos los platos está lo suficientemente caliente. Subo las escaleras hacia las habitaciones de los niños y comienzo a levantar a cada uno.

Colin sigue durmiendo, como no. Jules creo que está duchándose en el baño de abajo. Skin es el primero en bajar, con su pijama azul, se sienta en la silla y comienza a desayunar seguido de Judith.

Vuelvo a beber agua y subo dirigiéndome a la habitación de Aaron, justo me cruzo con Alexia y está murmura un 'Buenos días'.

-Aaron cariño, a desayunar.- digo levantando sus sábanas. Frunzo el ceño al ver que no está allí.- Aarón no vamos a jugar al escondite, sal de donde quiera que estés.

Comienzo a buscarlo, debajo de la cama, detrás de la cortina, en su gran caja de juguetes pero nada. Preocupada me dispongo a salir de su cuarto apresurada cuando escucho un sollozo que proviene del gran armario.

-Aaron, ¿por qué lloras?- pregunto preocupada intentando meterme con él en el armario.

Joder sí que es grande, parece el armario de Narnia.

-No quiero ir al cole.- dice sollozando.

-¿Por qué? Desde que estoy aquí te encanta ir al colegio.- digo acariciando su cabello.

-No tengo amigos, el único que tenía ahora no me quiere.- dice frotándose los ojos. Hago una mueca de asco y lo abrazo cuidadosamente.

-¿No quieren estar contigo?- él niega con la cabeza y hace un puchero.

-Cuando intento jugar con ellos se apartan y se ríen de mí diciendo que les voy a pegar algún germen y que me marche de su lado...

-Hay algo que no me has contado, lo sé.- digo entrecerrando los ojos, él vuelve a frotarse los ojos y me mira tristemente.

-Les doy asco porque tengo leucemia, el otro día me empujaron al charco. Por eso vine manchado.- dice volviendo a llorar. Niego con la cabeza y lo abrazo dándole calor, lo único que necesita es alguien que le de cariño.

No entiendo cómo hay niños o niñas que pueden llegar a tratar mal a otra persona. Lo veo repugnante.

-¿Se lo has dicho alguna vez a tu madre?

-Cuando intento hablar con ella siempre está hablando por teléfono y no puede escucharme, o sino está de viaje.

-Hagamos una cosa- aparto el poco cabello que le cae en la frente.-, hoy en vez de dejaros en el parking te acompaño a tu clase y hablo con la profesora, ¿está bien?- el pequeño asiente con la cabeza y me abraza lo más fuerte que puede.

-Gracias.- susurra al separarnos, le sonrío lo mejor que puedo e intento salir del armario.

-Baja a desayunar, y rápido. Que llegareis tarde.- dicho esto el niño sale corriendo, comienzo a hacer su cama y cuando termino me pongo con las camas de los demás.

-Miley me marcho.- dice Jules arrastrando su maleta hacia la puerta, la deja allí y besa las mejillas de sus hijos.- Os quiero.- dice sonriendo y desaparece tras la puerta.

Por fin de vuelta [EPEMN#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora