Editado: 9 de mayo 2020
Capítulo 13
Una canción aleatoria se instaló en los altavoces del coche mientras mi mirada se deslizaba a través del cristal de la ventanilla, los diferentes árboles rápidamente se iban desplazando de mi campo de visión hasta desaparecer. Cerré mis ojos por un instante y sentí la calidez del reflejo del sol en mi rostro y la constante luz en mis párpados, a pesar de llevar las gafas de sol. Dirigí el rumbo de mi visión hacía el interior del vehículo en el mismo instante en el que Nora cambió la canción con base de guitarra a una más movida. Llevábamos alrededor de cuarenta y cinco minutos de viaje y aún nuestros relojes no marcaban las nueve de la mañana, solo Nora podía tener ganas de bailar por la mañana. Habíamos decidido aprovechar el día al máximo y por lo tanto la hora de salida debía ser puntual, aun así, Brent tardó unos veinte minutos más de lo acordado y durante unos breves mi mirada fulminante recayó sobre su persona, una sonrisa pronunciada no taró en aparecer en sus labios. Evan había abierto el maletero del coche para introducir nuestro ligero equipaje de un par de días y enseguida ambos recaímos en la presencia de la bolsa de deporte de Nora, que ocupaba el asiento del copiloto. Fue en ese instante en el que los ojos verdosos de mi hermano y los míos se cruzaron en una misma fase de pensamiento. A lo largo de nuestra preadolescencia —y adolescencia, y probablemente hasta que dejemos de convivir en la misma casa— habíamos discutido, entre otras cosas, por una reiterada y significativa posesión: el asiento delantero del coche.
Todo podía resumirse en que habitualmente ambos viajábamos en la parte trasera del vehículo, ya que el progenitor que no conducía ocupaba dicho asiento. Pero aquella situación no siempre adquiría ese sencillo desarrollo. Por ello, cuando la peliaguda circunstancia ocurría siempre solían surgir problemas. Con frecuencia este problema se extendía a los códigos básicos de relación entre hermanos, aunque cuya solución podía zanjarse en la edad y su poder.
El caso de Evan y el mío no podía adaptarse a la norma general. A pesar de que en los hermanos mellizos siempre había un hermano mayor, desde que tengo uso de razón, Evan se rehusaba a admitir que, por varios minutos de margen, yo era la hermana mayor. Mi respuesta en tono crispado siempre había sido la misma, él siempre había disfrutado rebatiendo mis argumentos. Según la ley, yo era la primogénita, según la invención de Evan —y tal vez de la ciencia — el primero en nacer había sido el último en engendrarse, lo que concluía que Evan era el mayor —una falsa afirmación—. Aquel argumento seguía en su boca con casi dieciocho años de edad y a mi continuaba desesperándome.
El tráfico mañanero, por suerte, no era muy extenso y el calor del sol todavía no se había instalado en su cúspide, así que el interior del coche era bastante soportable, aunque también había que agradecérselo al nivel dos del aire acondicionado del SEAT Ibiza.
—Esta canción no me gusta, cámbiala porfa —se quejó Evan hablando por encima de la canción.
Evan tenía el hombro y la cabeza apoyado en la ventanilla y su cuerpo vibraba a causa del ronroneo del motor, sin embargo, no parecía molestarle. En el asiento del medio se encontraba un Austin ausente en sus pensamientos, parecía entretenido observando el frente de la carretera. Sus cascos sobresalían del interior de su camiseta naranja y caían despreocupadamente formando pequeños nudos.
—Te has cambiado el pendiente —dije tocando con el dedo índice el pequeño aro de plata de su oreja, este había sustituido a una pequeña hoja colgante que había llevado durante los últimos meses. Me gustaba ser observadora en esos pequeños detalles.
Austin asintió saliendo de su ensimismación.
—¿Me queda bien? Me había acostumbrado al otro.
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Amor entre libros (En edición)
Teen FictionEllie Taylor adora leer, disfruta de la compañía de las palabras, de su significado y de lo que trasmiten. Una calurosa mañana de verano, mientras se refugiaba entre las páginas de un libro de la biblioteca, descubrió algo inusual en el interior: un...