Capítulo 22

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Un puñetazo, dos, tres. Recibía cada golpe y no intentaba defenderme, aún dolía más el dolor en mi corazón que el dolor que mi cuerpo sentía. Con una sonrisa lamo la sangre que descendía de mi labio y nariz, ese sabor metálico era como un recordatorio que sangrar es una muestra de lo que sufre mi cuerpo, mas no es suficiente.

- es todo lo que sabes hacer?- me burlo mirando al gorila.

Como buenamente puedo, me pongo de pié, mi vestido está completamente roto y la verdad tampoco me importa, tenia una abertura a un lateral liberando mis piernas, mis magulladas piernas, mis músculos se resentían pero necesitaba más, el vestido ya no es blanco, ahora es marrón con rojo. Jhon mira la escena horrorizado, no conocía ésta parte de mi, de hecho solo conocía mi cuerpo sobre el suyo.

Jhon estaba fuera del club de Richard, por un segundo se regodeó de mi desgracia, pero mi puñetazo lo hizo callar, se ofreció a llevarme a un lugar donde poder descargar mi ira, accedí pues eso es lo que buscaba, me trajo a un galpón que en un primer momento pensé que estaba abandonado, pero sonreí al ver el interior, lleno de personas dispuestas a golpear y ser golpeada en un ring improvisado, mujeres contra mujeres, hombres contra mujeres, hombres contra hombres, era todos contra todos, y aquí me encuentro, dejando que un gorila entierre su puño en diferentes partes de mi cuerpo.

Escupo la sangre que se acumula en mi boca cada vez que caigo de rodillas, él sigue fresco como una lechuga pero eso se debe a que no intento golpearle, por el rabillo del ojo veo como a paso lento se acerca, eleva el puño dispuesto a darme el puñetazo que me haga dormir (por fin) pero un idiota entra gritando :

- la policía llegó!!!

El gorila bufa por no poder terminar la pelea y sale corriendo como los demás, Jhon hace lo mismo después de susurrar un "lo siento ", él es boxeador y que lo encuentren en lugares como éste, arruinaría su carrera. Idiota.

- allí hay una chica, vayan por ella!!!- escucho que grita uno.

Se que lo dicen por mi, pronto un policía se arrodilla frente a mi mientras yo fijo la vista en mis nudillos rojos y sangrientos, para ser honestas, aunque pudiera, no huiría, tampoco creo que sea posible que me envíen a la cárcel, tal vez pase una o dos noches encerrada en un calabozo oscuro y húmedo, realmente no importa.

- te encuentras bien?- pregunta una voz masculina.

Hace una amague de cogerme de la mano, pero se detiene cuando está a punto de tocarme, tal vez piense que ese gesto me dolerá, pero sigue siendo un dolor insuficiente, necesito algo que se compare al dolor de mi alma. Con una sonrisa me siento con las piernas flexionadas, apoyo mi barbilla sobre mis rodillas y me permito mirar al hombre que interrumpió mi pelea, viste con el típico uniforme del cuerpo policial, cabello negro y despeinado, cara semi-alargada, barba de algún par de días, cejas espesas y ojos de un bonito gris oscuros.

- mi nombre es Kai Parker - se presenta con una sonrisa mas su sonrisa no es sincera - voy a levantarte - anuncia antes de poner su brazo por debajo de mi pierna.

Niego con mi cabeza una y otra vez y retira su brazo comprendiendo que algo va mal, en realidad todo lo mal que puede ir, está dentro de mi, en mi cabeza, o solo ser yo, ya es suficientemente malo.

Pongo mi mano sobre su hombro, jadeante logro levantarme, él sabe que me resulta difícil hacerlo, aún así, no me toca, mis costillas se resienten y yo río incrementando ese dolor, tarde o temprano enloqueceré, o tal vez no llegue a hacerlo, incógnitas de la vida, mientras yo siento como a cada segundo me ahogo con las lágrimas que no lloré, con la pérdida que no me permito pensar mas después de todo, lo siento tan fuerte que termina por ahogarme.

Ella está rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora