Capítulo 31

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BROOKE POV

Había llegado hace media hora al club de Richard, sin embargo aún me encontraba en mi coche, mis manos sujetando con fuerza el volante, vi entrar a un hombre que prefiero honestamente evitar.

Estás huyendo. Se burla mi subconsciente.

No soy una cobarde, nunca me he sentido de esa forma, en cambio ahora, me negaba a salir del coche, pero tengo que hacerlo, así que con un suspiro cansado abro la puerta del BMW y salgo, una vez fuera ya no se me hace tan difícil entrar al antro de Richard. Ignorando al guardaespaldas que custodia el despacho del jefe, entro justo al momento en el que un hombre le da un maletín negro del cual estoy segura que está lleno de dinero a Richard, el semblante del jefe se torna pálido sin embargo el del otro...parece divertido con esto y yo no entiendo nada.

– la última vez que te vi gemías mi nombre...ahora estás mucho más buena que en aquel entonces– dice recorriendo su oscura mirada por todo mi cuerpo.

No puedo evitar reír sin rastro de gracia en mi sarcástica risa, me sorprende el hecho de que siga recordando aquello y por supuesto que se mantenga en la misma condición física que entonces, alto, cabello corto y negro como sus ojos, no es tan musculoso como probablemente lo es Jessie, aunque eso no condiciona para nada la fuerza que posee, su chaqueta de cuero negro parecida a la mía contrasta perfectamente con su pose de chico malo, el rey de las calles, pero ambos sabemos que sin mí no puede hacer mucho más que traficar con algunas cosas, razón por la cual evito cruzarme con él.

– Dave, qué alegría verte!– hablo con sarcasmo.

Cierro la puerta dejando al margen de esta conversación al gorila de fuera. Miro de reojo el semblante serio de Richard y tomó asiento a lado de Dave, no voy a mentir y decir que sentarme alado de él no me resulta casi repuganante porque todos los presentes saben el reacio que siento hacia él.

– he oído que ahora eres dueña de algunas empresas multinacionales – dice llenando el incómodo silencio que de pronto nos envuelve – la prensa lo confirma – añade

– oíste mal, y la prensa...bueno, le gusta inventar cosas...me lié con un rico de clase alta, nada del otro mundo, ya sabes...– miento vilmente.

No quiero que sepa de todo aquello, sacaría partido de mi estatus recién descubierto y no tengo ganas de tener que lidiar con un hombre como él, y menos que conozca de Jessie y Derek, no me preocupa el primero, pero el pequeño, en ese tema no voy a entrar con él.

– bien, ahora que estamos los tres a solas, necesito que me hagas un favor cariño– dice colocando el maletín en el suelo.

Creía que el rostro de Richard no podía ponerse más pálido, pero obviamente me equivoqué, parece un muerto, sus dedos juegan nerviosos con un bolígrafo que cogio de la lapicera negra a lado de la pantalla de su ordenador ultimo modelo.

– deberías saber ya que Brooke no hace favores, ni mucho menos lo pide – habla Richard con nerviosismo.

El tiene razón, sin embargo hoy vine precisamente a pedirle un favor, si es que se puede llamar así pues estoy dispuesta a recompensarle con una buena cantidad de billetes verdes.

– no te preocupes Rich, ella haría cualquier cosa por mí y...

– ha pasado mucho tiempo Dave, ella no haría nada por nadie, ni siquiera por Jessie – lo interrumpe levantándose.

Llegados a este punto, me interesa mucho el favor que quiere que haga, está más que claro que no lo haré, pero los intentos de Richard de que no sepa nada no hace más que incrementar mi curiosidad por saber de qué se trata. De pronto se ensartan en una especie de debate, Dave me cuenta que ha hecho el mayor robo de su vida al mismo tiempo que Richard intenta a toda costa que cierre el pico, señala que yo no necesito saber algo en lo que no me voy a involucrar, pero el otro, asegura que haré lo que él me pida, honestamente no lo haría, pero llegado a este punto la curiosidad ya ha echado raíces en mi interior, no me entero muy bien pues Richard con sus constantes interrupciones en el relato, hace que me pierda un poco, supuestamente Dave ha logrado robar una serie de cosas valorada en millones y millones de dólares, pretende que le ayude a esconderlo hasta que encuentre compradores para ese producto, a medida que va contándolo pierdo interés, al menos hasta que dice el nombre de la empresa, entonces todo cobra sentido, el nerviosismo de Richard, sus constantes interrupciones, en cómo mi presencia le incomoda, su semblante pálido, siempre supe que era un grandísimo hijo de puta, pero no pensé que lo fuera tanto, la traición es un precio que se paga demasiado caro.

Ella está rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora