Capítulo 29

505 39 3
                                    

Derek mira como ese hombre se acerca a mi y automáticamente deja su juguete en el piso y corre hacia mi, se sienta en mis piernas y me abraza como si estuviera marcando su territorio, por encima de su hombro observa como Jessie parece confundido ante toda ésta situación.

— quien es él? — pregunta con el ceño fruncido.

Cojo la cabecita de Derek y hago que me mire, quiero que escuche bien mi respuesta, los dos.

— el es Derek, mi hijo — le digo logrando que me regale una hermosa sonrisa.

No se desde cuando me había vuelto tan...cariñosa, pero no me importaba, tenía la impresión que estaba volviéndome débil, estaba dejando que vea mi lado débil, suponiendo que Derek sea mi talón de Aquiles, y pensando ahora en ese hecho, me acojonaba demasiado y no sabía a ciencia cierta la razón exacta.

Bajo a mi hijo al piso y con la cabeza le ordeno que siga jugando con las cosas que le acabo de comprar, sin rechistar me hace caso, dando pequeño saltos, vuelve a su lugar y juega nuevamente con su cubo de brick, no sé qué le gustaba de ese tonto juguete, pero prefiero tenerlo distraído con eso a que me moleste como cualquier niño de su edad lo haría.

— tu no tienes hijos — murmura Jessie para que el pequeño no pueda oírnos.

Me encojo de hombros quitándole importancia, por supuesto que no tengo hijos, ni siquiera me imagino estando embarazada de algún bastardo que solo me quiere para su propio placer sexual, no, sin embargo Derek era diferente, no lo busque, simplemente apareció donando un poco de luz a mi oscura vida, cegando en ocasiones a mis demonios, rezando mentalmente por no consumirlo con mis mierdas y apagar sus rayos de luz, realmente esperaba no perjudicarlo de la forma que creía que iba a hacerlo.

— a que has venido?— bufo.

Jessie me mira a mí y después al pequeño, se que quiere hablar conmigo a solas, pero alejarme de Derek, eso no pasará, por alguna razón no le gusta que darse solo o con desconocidos, su padre mencionó que era un niño bastante introvertido y que solo se dejaba tocar y hablar por su madre, ni siquiera su padre lo podía tocar, tal vez son traumas infantiles, pero no me importa, no me alejaré de él.

— le da miedo quedarse sólo, dice que teme que la oscuridad se lo lleve — murmuro mirándolo.

Tal vez por eso sentí esa conexión entre ambos, así era yo cuando tenía su edad, la diferencia ahora es que él me tiene a mí, yo no tuve a nadie, tal vez estoy tan familiarizada con ese tipo de sentimientos que se como tratar a niños como él.

— por favor, dame cinco minutos — me pide cogiendo mi mano con ambas manos.

Se a lo que vino, quiere que escuche lo que pasó aquella noche, y yo quiero escucharlo, quiero saber porque me dijo aquello que me hundió, quiero saber porque de pronto sus sentimientos cambiaron de la noche a la mañana o porque jugó conmigo, sin embargo le digo algo totalmente distinto.

– Jessie, ahora tengo demasiadas cosas en la cabeza, problemas, problemas, y más problemas, nunca se acaban – murmuro con la mente centrada en el robo de esa gran mercancía.

El robo...me tenía demasiado distraída, ansiosa, no puedo permitir que se salgan con la suya, los socios comprobarían acertadamente que no estoy hecho para el cargo de jefa y dueña de todo esto.

– solo cinco minutos, prometo no robarte más tiempo.

Sacudo la cabeza centrándome completamente en Jessie, tenía su habitual traje por lo que se que anduvo en su empresa, ejerciendo el rol de gran jefe, su dedo pulgar hace que el anillo de su dedo anular gire y gire mostrando abiertamente su nerviosismo, sus ojos.... Dios! No me quita la vista de encima, no estoy acostumbrada a que me miren tan abiertamente, todas las personas a mi alrededor se sentían tan intimidadas por mí que no eran capaces de aguantar mi mirada por más de treinta segundo, excepto Kai, Liam y por supuesto Jessie.

Ella está rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora