Capítulo 11

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No se como debería sentirme al ver el lado opuesto de la cama vacía, aún puedo oler su colonia en ese lado de la cama mas él no está ahí, debería sentirme aliviada por tener razón pues consiguió lo que quería y se fue lo cual no se ni siquiera porqué me siento molesta.

Quito la sabana que cubre mi cuerpo desnudo y me levanto de la cama de muy mal humor y aún no se la razón de eso, suelto un suspiro y me visto con una simple polo blanco lo suficientemente grande como para que pueda cubrir mi culo y dejar expuesta mis piernas, recojo mi cabello enmarañado en un moño.

Salgo de mi habitación directo a la cocina pero me detengo a medio camino cuando veo a Jessie apoyado sobre la puerta abierta semidesnudo, solo viste su pantalón jean con el primer botón desabotonado exponiendo su mas que exquisita “V”, los pies delcanzo, cabello húmedo con algunas gotas cayendo sobre sus anchos hombros, es obvio que acaba de salir de la ducha.

— que es eso? —  pregunto cuando alguien le da una caja, supongo el repartidor.

Me mira y se encoje de hombros como si ya hubiera notado mi presencia pues no mostró sorpresa cuando le hablé, cierra la puerta y levanta la pequeña caja marrón, me encojo de hombros ignorando quién le envió eso, aún estoy algo sorprendida por verlo aún en mi casa.

la vida da muchas vueltas, recibes lo que cosechas, si escupes hacia arriba en la cara te va a caer, sufriste por al menos las siguientes cinco vidas, ahora disfruta porque pronto sabrás quién soy, sabrás que nunca dejé de buscarte. ATT: TU ABUELOobservo a Jessie voltear la hoja que lleva en sus manos y es entonces que me percato que esa caja era para mí, con rapidez me acerco a él — eres tú? — pregunta a la vez que le quito el papel en sus manos.

Frunzo en ceño pues no es un papel, es una foto, la foto de una niña rubia, de ojos azules grandes, labios gruesos y una gran sonrisa, sus ojos brillan con alegría, viste con un sencillo y largo vestido fucsia, tiene las manos machadas de barro pero eso no parece importarle al hombre mayor que le coge de su pequeña manita, lo digo por sus manos arrugadas.

— no, se equivocaron, lo devolveré luego— hablo quitándole bruscamente la caja que aún tiene entre sus manos.

Guardo la foto en esa tonta caja llena de confetis y regreso a mi habitación, saco mi vieja mochila y coloco la caja dentro de ella junto con los demás mensajes y tiro la mochila dentro de mi armario con furia contenida.

Mi abuelo.

Debe ser una broma de mal gusto, yo no tengo abuelo, no tengo madre ni padre ni tíos ni hermanas, no tengo familia, todos ellos murieron el día en el que decidieron que era un estorbo, el día que me dejaron en ese parque a merced de cualquiera, a mi suerte, todos ellos murieron cuando fui consciente que ya no me necesitaban y quizás nunca lo hicieron.

— quién es tu abuelo?...quizás lo conozca.

Escucho la voz de Jessie y automáticamente cierro la puerta de mi armario vestidor, ahora está vestido completamente lo cual agradezco pues su cuerpo semidesnudo me desconcentra totalmente.

— no lo conozco — respondo desinteresada.

Ni siquiera siento la curiosidad de saber quién es, no me importa, en realidad nunca lo hizo, no tengo ningún recuerdo de él y no pretendo tener alguno en algún futuro lejano o próximo, simplemente eso no va a pasar.

Ella está rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora