Mal...foy

Patético

Rose le dio un sorbo a la malteada mientras revolvía el líquido burbujeante con la pajita. Era un día nublado y fresco, los alumnos estaban en su mayoría dentro del comedor, pero Rose estaba sentada completamente sola en una mesa. Scorpius, por su parte, estaba con la "Elite" riendo por alguna de las bromas que había dicho Kat, en el último tiempo ella y el chico no dejaban de hablar ni siquiera en la cena.
Rose y él ni siquiera habían cruzado alguna palabra estos últimos días.
Las veces que había hablado con Rebecca se animaba un poco, pero Rose ni siquiera sentía pena, si no rabia. Cassandra la saludaba ocasionalmente en los pasillos, y Katherine se limitaba a sonreirle sin despegarse de Scorpius.
Este último, como era de esperarse, no daba señales de reconocerla.

Antes de que se diera cuenta, ya había terminado la malteada entera. Fijó la vista en sus pies, y levantó la cabeza luego de un rato:
-¡MERLÍN, ABEL! ¡Casi me matas del susto!
El chico soltó una sonrisa traviesa.
-Perdona, si hay alguien ocupando el asiento ya me marcho.
-Sabes que no hay nadie ahí-bufó Rose rodando los ojos.
-Exacto, Rosita.
-¿Qué quieres?-le espetó Rose con hastío.
-Anda, no voy a dejarte sola, además que andas como si te hubieran chupado el alma.
-¿Tú no tienes que salir con alguna conquista o algo?-chilló Rose cambiando el tema.
-Tengo algo que mostrarte-Abel sonrió con picardía.
-Alto ahí, lince, soy menor de edad.
Él soltó una risotada:
-¿Por quién me tomas?
Rose le sonrió de vuelta y se incorporó del asiento mientras caminaban fuera del establecimiento, Rose notó la mirada alerta de Scorpius sobre ella y su acompañante, pero prefirió disfrutar de su agonía.
Pasear con Abel fue bastante más agradable de lo que Rose imaginó, era evidente la razón por la que tenía a media población estudiantil a sus pies, era un chico astuto y siempre parecía ir dos pasos por delante del mundo.
-Scorpius y yo nos odiamos apenas nos conocimos-comentó de pronto, y Rose se sobresaltó.
-Pero es tu mejor amigo.
-Eso fue después- explicó Abel riéndose- siempre éramos el par que llamaba la atención. Y solíamos discutir por ello, aunque a Scorpius nunca le importó tanto como a mi.
Caminaron en silencio hasta un pequeño claro, y Rose se atrevió a preguntar:
-¿Entonces por qué lo odiabas?
-Por la misma razón que tú.
-¿...?
-Es un completo idiota.
Rose asintió mientras metían los tobillos a la orilla del lago, y observaban el agua cristalina.
-A tu hermana le gusta.
-Scorpius se encaprichó con mi hermana hace mucho tiempo, porque él fue quien estuvo con ella para cuando fallecieron nuestros padres, pero para cuando Scorpius dejó de esforzarse por ella, a Kat le empezó a gustar.
Rose no sabía que decir. Pero sentía una especie de breve alegría amarga porque ahora Kat fuera ignorada. Ella había ignorado a Scorpius, después de todo.
Tomó una bocanada de aire y sonrió, con ánimo renovado. Miró a Abel, y le dio un abrazo enorme. Él comenzó a reírse.
Estaban en eso cuando un cabello albino y una chica alta irrumpieron en la escena. El primero abrió los ojos y torció el labio, Kat les saludó, tenía la mirada perdida y los ojos algo irritados. Scorpius estaba rodeando su hombro con el brazo, cuando vio a Rose soltando la risa entre los brazos de Abel reforzó su agarre.
Rose cortó bruscamente su sonrisa, y Scorpius, con desfachatez recorrió a Rose con la mirada:
-No pierdes el tiempo ¿Verdad, Weasley?
Las mejillas de la pelirroja se tiñeron de calor, y Abel la soltó con diversión, observando a Scorpius.
-Yo y Rose ya nos íbamos de todas formas.
Scorpius no despegaba sus pupilas de ella.
-Adelante.
Ella estaba completamente desconcertada, y tampoco le pasaba inadvertido que Abel no le hubiera apodado "Rosita". Sentía que algo fuera de su comprensión estaba ocurriendo.
*
Esa misma noche, Rose estuvo pensando sin poder dormir acerca de lo ocurrido ese día. Miró a su lechuza unos segundos, pensando en Rebecca, nunca se había sentido tan sola. Sintió que un impulso la recorría de pies a cabeza, y una idea alocada comenzaba a tomar forma en su cabeza. Se incorporó desde la litera y encendió la punta de su varita, tomó la escoba, y abriendo la ventana, se lanzó a lo desconocido.

Enseguida tomó vuelo en la escoba y comenzó a descender. Estaba algo así como a 20 metros del suelo e iba en picada hacia la orilla del lago, con el viento pegando en el rostro y el ánimo liviano, Rose bajó hacia la orilla y soltó la escoba.
Sintió el impacto de la tierra contra sus huesos. Enseguida comenzaron a arder, y se formó un coágulo en la frente. Tenía el cuerpo magullado por todas partes, y su cabello estaba plagado de pasto.
Un sonido de consternación le devolvió a la realidad:
-¿Qué clase de suicidio fue eso?
Scorpius tenía los ojos completamente desorbitados, sus mejillas estaban sonrojadas por el esfuerzo de haber corrido hasta allí, y su corazón se iba a salir del pecho; nunca se había visto tan ridículo, visto de esa forma, no era nada misterioso, nada del otro mundo, era como si Rose apenas se enterara de que era humano.

Patético. Rose comenzó a reírse, no las risas que le dedicaba cuando charlaban, o cuando hacía un comentario estupido. Rose estaba arrastrándose por el suelo como una trucha fuera del agua. Tenía la cara morada por el esfuerzo, y estaba aplaudiendo como foca traumada.
-Loca-murmuró Scorpius con los ojos muy abiertos- estás chiflada, Weasley.
Rose seguía riéndose. Scorpius la miró fijamente, cada vez más atónito.
-Hubieras...visto...tu cara-Rose lo apuntó agarrando su estómago.
-¡Podrías haberte matado!
Rose siguió riendo unos segundos y después dejó de moverse:
-No seas ridículo, no iba a morir.
Scorpius la miró con reprobación, titubeó y finalmente se recostó junto a ella:
-Ahora ya no puedo subir, Abel va a darme la lata toda la noche.
-¿Viniste corriendo desde tu habitación?
-Algo así.
Rose sonrió.
-No te rías.
Scorpius miró al cielo frustrado y murmuró por lo bajo:
-Será mejor que volvamos luego.
-No, yo voy a quedarme aquí.
-¿No puedes moverte, no es cierto?
-...
Scorpius sonrió y la ayudó a sentarse. Todo el cuerpo de la chica estaba magullado, rojo y raspado. El muchacho sacó la varita del bolsillo y subió el pantalón de pijama de ella hasta la rodilla.
La sangre del rasmillón escurría por su pantorrilla, y él comenzó a recitar conjuros de curación sobre las distintas zonas dañadas de su piel.
-Ya no duele, gracias.
Scorpius asintió, acercándose a Rose.
-¿Qué pasa con Abel?
-Lo quiero.
-¿Como así?
Rose recordó a Scorpius abrazando a Kat. No podía entender como eso tenía relación con ella, así que decidió exagerar un poco:
-Abel se ha convertido en una persona demasiado importante para mi, no sé si entiendes que yo...
Scorpius se alejó unos centímetros.
-Vale, era todo lo que necesitaba saber-dijo con calma.
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Ok, puedo explicarlo.
Sé que no he subido en como mil años pero es que pasaron muchas cosas en mi vida y equis. También sufrí una crisis ya que no encontraba ideas, y no hallaba la hora. Pero ahora estoy de vuelta, y espero que disfruten de la recta final del fanfic, a pesar de que se vienen SORPRESOTAS. Sí, con mayúscula porque ni se imaginan los proyectos de mi cabeza xD en fin, tengan una buena semana, relajense, coman, escriban, etc. No olviden escribirme cualquier duda, consejo que quieran, les respondo con gusto. Y y y ¿Que decía? Ah, sí. Les quiero comentar algo (basta con que una persona lo lea y me doy por satisfecha) hay mucha gente que no se motiva escribir porque teme al RECHAZO o a que sus IDEAS no sean lo suficientemente buenas. Les voy a decir algo importante: no se comparen. Cada persona es un mundo distinto, y tienen que arriesgarse. Quiero que por un instante pienses en tu libro favorito, o en alguno que signifique algo para ti y ahora dime: ¿Como te cambió la vida? ¿Qué hubiera pasado si ese autor nunca lo hubiera escrito por mil temores a no ser bueno, a que dijieran cosas de él (o ella)? Así pueden cambiar tus ideas al mundo. Las palabras no tienen límites, espero que tomen consciencia de todas esas cosas bonitas ¡Nos leemos en un otro capítulo! (Que subiré pronto ahora sí jajaj)