La sombra misma del mal (Capítulo final)

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Los días que le sucedieron a la pelea de Rose y Scorpius no hubo interacción importante entre ellos. Rose ni siquiera tenía ganas de bajar del dormitorio a la sala común, y pese a que todos los estudiantes se hallaban sumergidos en un estrés desmesurado; incluso Rebecca estaba de los nervios, su amiga no dejaba de recitar los hechizos de defensa contra las artes oscuras, e incluso había llegado a explotar su armario. Rose, en cambio, tenía la mirada perdida cuando repasaba los libros de pociones, y disparaba los conjuros mientras bostezaba y aún así no fallaba. Pero cuando Scorpius irrumpía en el aula, se marchaba repentinamente a la enfermería, o hundía la cara entre los libros.
Cada vez que había una guardia de prefectos Rose se refugiaba en la cabaña de Hagrid a tomar el té con el gigante, por lo que no había modo de que siquiera ella le diera la oportunidad de hablar, aunque él no había hecho nada tampoco.

Rebecca decía que andaba irritable y de mal humor, mientras que Albus aseguraba que lo había oído llorar en la madrugada. Fuese lo que fuese, Rose estaba cada vez más convencida que no tenía el muchacho ya nada que ver con ella.

-Rose-canturreó Rebecca una mañana girando por la habitación nerviosamente-Adivina que día es hoy.

-El día en que dejes de despertarme temprano no, está claro-balbuceó Rose tapándose con las sábanas.

-Entonces supongo que no te importan estas cartas que han llegado para ti...

Rose se destapó de un salto y le arrebató de la mano a su amiga los papeles, eran 4 cartas:
Una de Cassandra, otra de Abel, una de Teddy y otra de San Mugo.

Se apresuró a ver la de San Mugo, como era de esperarse, James iba a ser dado de alta este finde semana, y la de Teddy era una invitación con letras arcoiris sobre papel color cielo.
Rose abrió la boca de par en par y comenzó a chillar por primera vez en mucho tiempo.

-¡La boda es en Agosto!-gritó Rose y comenzó a dar vueltas con Rebecca tomadas de las mano.

-¡Cassandra nos mandó a hacer vestidos!-chilló Rebecca sin aguantarse la emoción.
Rose comenzó a bailar sin dejar de reírse.

-Y ¿qué era lo que sucedía hoy?-dijo de pronto frenando en seco- ¿Te referías al correo?

-Lo olvidé-gritó Rebecca dejando de bailar-Los TIMOS son en dos horas, Rose.

Ambas muchachas se miraron espantadas antes de salir corriendo.
*
(3 meses más tarde)

Rose se hallaba enfrascada en un vestido color turquesa frente a Victoire, Lily, Molly, Lucy, Roxanne y Dominique en la habitación que ocupaban las chicas en la madriguera cuando se quedaban en casa de los abuelos Weasley.

Victoire, que tenía puesto un vestido color perla, y el cabello rubio lleno de flores estaba hecha un manojo de nervios. Pese a que Rose nunca había visto a una chica más hermosa y sencilla a la vez que su prima, ella insistía en preguntar cada dos por tres si estaba guapa.

Cuando finalmente fue la hora de salir, la novia abrazó a la tonelada de primas aguantando el lloriqueo.

-Son todas tan buenas-suspiró emocionada-Vamos ya, tío Harry y mis padres ya están avanzando por el pasillo.

En efecto, el padrino de Teddy y los padres de Rose ya estaban frente al mago que propiciaba la ceremonia.
Era el turno entonces de todas las chicas, que avanzaron entre exclamaciones de la multitud.

-¡Eso, Rosita!-gritó Abel, y las primas veelas de Victoire soltaron risas.

-¿Quién es ese?-susurró Lily a Rose arrugando el entrecejo.

Cuando llegaron finalmente frente al mago, el montón de muchachas se arremolinaron y Rose dio un paso adelante, junto a los novios, mientras que Teddy sonreía embobado, como si cualquier hombre matara por estar en su lugar.
Rose se preguntó si alguna vez la mirarían a ella de esa forma.
El parloteo del hechicero la trajo de vuelta a la realidad:
-¿Edward Remus Lupin, aceptas a Victoire Gabrielle Weasley...?
Teddy tragó saliva y tomó las manos de su prometida, Victorie besó los dedos de Teddy.

Mal...foyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora