Mal...foy

El partido debe continuar

-Oh, Gose, quegida-dijo Cassandra con una voz chillona y se lanzó a los brazos de la chica.
La plataforma estaba prácticamente vacía, pero esta vez sólo se encontraban Rose, Scorpius, Abel, Kat y Cassandra.

Rose atinó a darle unas palmaditas en la espalda y entonces fue el turno de Abel.
-¡Hasta luego, Rosita!-Abel hizo una especie de reverencia graciosa.
-Nos vemos-dijo Kat observando a Scorpius.
-Sí-coincidió Rose sin saber qué decir exactamente, pero Kat le regaló una sonrisa tranquilizadora.

Scorpius observaba a Cassandra, que estaba comenzando a lloriquear.
-Adiós, quegido-le dijo al chico, que estaba reprimiendo la risa- No digo nada más pogque aguino mi maquillaje.
-Creí que ya lo estaba-susurró Abel despreocupadamente y Cassandra le pegó un pisotón, lo que provocó las carcajadas del grupo.

Rose le echó un vistazo al grupo una última vez antes de meterse al vagón. Scorpius estaba con dos maletas diferentes entre sus dedos, y tenía una expresión de nostalgia inmensa. Rose se dejó caer en el asiento con la mirada fija en el ventanal, mientras que sus amigos agitaban sus manos desde el andén.
Le dio unos toquecitos al vidrio de la ventana; la escena la ponía melancolica. Volver a Inglaterra y a Hogwarts era algo con lo que Rose había estado esperando bastante, pero el hecho de dejar a el grupo de amigos que había hecho era poco alentador, se giró hacia Scorpius, que estaba junto a ella y tenía las manos en los bolsillos.
-¿Vas a extrañarlos no es así?-preguntó Rose mirando un punto infinito.
-Supongo que sí-Scorpius se rascó la cabeza-pero de todas formas siempre nos hemos reunido en verano, o en Navidad.

Rose seguía mirando la ventana, sin creer aún lo que había ocurrido en tan poco tiempo. Ahora sabía que ella le gustaba a Scorpius, y a ella también le gustaba. No estaban saliendo, o no formalmente, y tampoco habían vuelto a hablar del tema: a pesar de que ahora pasaban la mayoría de las horas del día juntos.
-¿No te impacienta la idea de los TIMOS ahora que vamos a volver?
Scorpius le dedicó una sonrisa.
-No en verdad. Me preocuparía si no me hubiera esforzado.
Rose sonrió. Hasta que una idea nubló su cabeza:
-¿Vamos a salir en Hogwarts?-pensó en voz alta.
Scorpius abrió la boca brevemente sorprendido, y Rose sintió que se hacía demasiado pequeña por unos instantes.
-¿Me estás pidiendo que salgamos?-preguntó recuperándose rápidamente con un tono juguetón.
Rose asintió. No quería que las cosas volvieran a ser como antes, no creía poder soportar las burlas constantes de Scorpius en los pasillos o los silencios incómodos en la sala común.
¿Era su idea o el tren tenía ahora una temperatura de 40°C?
Sintió un golpecito en la cabeza.
-No seas tonta. Claro que estamos saliendo, Weasley-respondió entrelazando sus dedos con los de la chica.

Rose pegó un gritito. Scorpius se sobresaltó:
-Caramba, Weasley, que no voy a aprovecharme de ti.
-No es eso-replicó Rose poniendo los ojos en blanco-¡Mira, Hogwarts!

Frente a ellos se extendía el castillo bajo un cielo rosa, con el bosque prohibido, los caminos de piedras, la cabaña de Hagrid. Todo estaba igual que cuando se habían marchado, excepto por ellos. El tren comenzó a chirriar y se detuvo frente a las carretas y los botes. Scorpius tomó las maletas en la otra mano para no soltar a Rose, que estaba emocionada. Rose tomó su propia maleta en la otra mano también y bajaron del tren.
-Hay que ir por ahí-señaló las carretas que tiraban unos animales invisibles.
Scorpius negó y tiró de ella hacia los botes que usaban los de primero antes de la ceremonia de selección, ella se rió un poco y accedió. Se sentaron frente a frente y Scorpius remaba. Si tan solo hubieran patos, o cisnes...
-Deja ya esa cara. Esto no es diario de una pasión-bufó Scorpius y Rose enrojeció hasta las orejas.
-No era lo que estaba pensando-farfulló y Scorpius sonrió observándola.

Para cuando llegaron a la orilla, Scorpius amarró el bote y dejó que Rose bajara, sacó las maletas y luego agitó la varita para enviarlo a la otra orilla...