Malfoy v/s Weasley

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Había pasado una semana y pronto vendrían los TIMOS, James seguía en San Mugo, todavía no despertaba. Dylan había sido expulsado de Hogwarts; Rebecca tampoco había vuelto. McGonagall sólo había accedido a dejar a los amigos y familiares cercanos a James visitarlo el sábado. La mañana de ese día, Rose bajó corriendo las escaleras del dormitorio de chicas ya vestida, y se encontró con los Weasley, los Potter, Scorpius y Marcus. Todos se sonreían unos a otros para darse ánimo y a Rose le enterneció la escena. No había tenido tiempo de pensar en Scorpius con las prácticas de los TIMOS, pero realmente apreciaba que siempre estuviera ahí.
-¿Qué estas esperando, Weasley? Hasta para momentos así eres una lenta-le recriminó Scorpius rodeando el hombro de la chica con su brazo y Rose se sintió mejor.
Lily comenzó a chillar, y Albus le tapó la boca. El tumulto de jóvenes caminó hacia el despacho de la directora, que los estaba esperando detrás del escritorio.
-Aquí está el traslador-comentó ella señalando un reloj de bolsillo oxidado.
-Pero creí que no podías aparecerte en Hogwarts-susurró Rose desconcertada.
-No para la directora-rió Scorpius guiñándole un ojo y los adolescentes se situaron alrededor del reloj, agarrándolo por distintas partes.
McGonagall lo hizo también, y pronto se escuchó un crujido, Rose se sorprendió así misma dando vueltas en un espacio extraño, donde habían luces de distintos colores mezclándose. Le dolía la cabeza fuerte, Fred tenía pinta de vomitar. Scorpius y Marcus, sin embargo, caminaban en la nebulosa sin problema y con elegancia. Aterrizaron en un césped enorme, donde había una fuente y hacía un tiempo maravilloso.
McGonagall se sacudió la túnica y ayudó a Rose a pararse. Un hombre se acercó a hablar con la directora, ella hizo un gesto con la mano al grupo y les indicó:
-Habitación 53, piso 6.
Rose no sintió sus pies quemando las suelas cuando empezó a correr, todos entraron al ascensor apresurados. La recepcionista ni siquiera tuvo tiempo de preguntar nada.
El piso 6 era un lugar de color blanco con cuadros de flores y fotos de pacientes fallecidos, alentador.
Rose giró la manilla de la puerta, y sus rodillas temblaron. James estaba inconsciente en la camilla, conectado a tubos con líquidos fluorescentes, y vendas por todas partes. Rebecca estaba sentada al borde de la cama, agarrando la mano del chico. Parecía más delgada, tenía ojeras con bolsas moradas y el rostro demacrado, sin ni una gota de maquillaje.

Apenas se giró para mirar a Rose y a los demás detrás de la puerta. Scorpius se adelantó sonriendo:
-Disculpe, buena bruja ¿tiene un momento para hablar de Dios?

Rebecca soltó una débil sonrisa.

Rose se lanzó a los brazos de su amiga lloriqueando; ella estaba temblando.
-Iba a pedírselo-susurró Rebecca para que sólo Rose pudiera escucharla-Iba a pedírselo después del partido. Por el amplificador, no me importaba si perdían. Debí haberme declarado antes, Rose.
-James te ha gustado desde primero-la consoló ella-estoy segura que él lo sabe.
-¿Tú lo sabías?-murmuró Rebecca ruborizándose.
-Por favor, eres mi mejor amiga.

Lloriquearon juntas un rato y Scorpius soltó un bufido:
-Ya dejen las cursilerías, chicas.
-¿Disculpa?-Rebecca puso los brazos en su cintura-yo no recuerdo haberte dicho eso cuando me pedías consejos con...
-¡Rose!-gritó Scorpius-¿Vamos por un café abajo? Así le traemos uno a tu amiga.
El chico la tiró de la manga y subieron al elevador. Una señora con cabello morado y un coche estaba allí también, Rose marcó el piso de la cafetería y la señora uno más arriba. Cuando la señora se bajó, Rebecca reconoció una figura vestida de negro y cabello albino. Él hombre giró la coronilla: era el Señor Malfoy. Rose no alcanzó a decir nada cuando las puertas se cerraron.
-Ese era...
Scorpius se rascó el cuello. Así que el Señor Malfoy venía al hospital también. Eso significaba que Scorpius tenía un pariente enfermo: nunca lo había mencionado.
-No tiene importancia-cortó Scorpius.
-A mi si me importa-susurró Rose abriendo los ojos de par en par-¿Por qué no me lo habías dicho?

Mal...foyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora