Capitulo 24

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Mia se desplomó en el piso con una gran sonrisa en su rostro, yo, aún golpeado la cargué hasta llegar a mi auto. Me dirigí al hospital, nos atendieron a ambos por igual aunque a Mia le inyectaron mas cosas que a mi, despues de estar inyectado en la camilla me dormí por los sedantes.

Al despertar se encontraba el doctor Jhonson al lado de la camilla en donde yo estaba.

-Señor Peterson ¿Cómo se siente?

-¿Dónde está Mia?...Preguntaba insistentemente, ya que no me quería separar ni un minuto mas de ella debido a lo que habíamos pasado.

-Señor Peterson, la señora Young se encuentra en una habitación especial realizándole unos tipos de exámenes.

-¿Puedo ir a verla?

-Si claro.

El doctor Jhonson me subió a una silla de ruedas, ya que por los sedantes mis extremidades poco respondian al movimiento, al llegar al cuarto donde se encontraba Mia, al ver por la ventana me dio una gran tristeza y a la vez felicidad ya que no me gustaba que estuviera en una cama acostada sin poderse mover y teniendo agujas inyectadas por todo el cuerpo, pero igual sabia que eato era por el bien de ella y se pondría bien. Entré a la habitación, me acerqué a ella y besé su cálida mano.

-¿Cómo estás mi ángel?

-Heeem... señor Peterson, debo hablar un tema delicado con usted, revisando los resultados de algunos examenes y el comportamiento de Mia, la hemos diagnosticado con un trastorno de personalidad múltiple y esquizofrenia. Gracias a una investigación realizada dias atras hayamos algunos casos de asesinato en el cual todas las víctimas estaban relacionadas ya que los cadáveres encontrados llevaban una mariposa en alguna parte de su cuerpo. Algunos de los elementos cortopunzantes con los que fueron realizadas dichas marcas se encontraron en el antiguo apartamento donde vivia la señora Young.

Mis ojos se abrieron como platos, no podia creer que hubieran descubierto el pasado de Mia, pero no importaba para mi ella era una persona única y así la amaba. Aunque aún tenia una duda.

-Doctor pero ¿Cómo así que días? ... si a Mia la interné apenas ayer al igual que yo apenas ayer llegamos.

-Señor Peterson, llevan en el hospital 2 semanas, usted entró en un coma temporal y Mia ha estado sedada hasta que las autoridades decidan llevársela al hospital psiquiátrico.

No dije una sola palabra sólo agarraba la mano de Mia y la besaba. El doctor Jhonson se retiró del cuarto y dejó sobre la camilla los permisos para que Mia pudiera ser internada.

-Hazlo, firma. Es por mi bien. Lo entenderé.

Dijo Mia fingiendo una sonrisa.

-No te dejaré, como crees... todo lo que hemos pasado y que esos idiotas quieran meterte a un manicomio solo por que eres alguien unico. Estan muy equivocados.

Con todas las fuerzas que acumulé me levanté de la silla de ruedas y desinyecte a Mia, con un poco de dificultad la senté en la silla de ruedas y salí del cuarto con mucha prisa.

En la puerta principal del hospital dos policias me agarraron los brazos y me alejaron de Mia, empecé a gritar como loco el nombre de Mia, mientras todo se tornaba borroso a mi alrededor debido a un sedante que inyectaron en mi.

-Ya estás cerca pero aún no está a salvo del todo.... Pete por favor ayudala a que sea felíz.

Era la segunda vez que escuchaba esa voz misteriosa de aquella mujer, me daba miedo abrir los ojos, no sabía de quién se trataba. Abrí mis ojos y recuerdo el sueño tan extraño que tuve. Me encontraba en un valle, el sol iluminaba con intensidad que hacia que el césped brillara y se viera hermoso. A lo lejos se divisaba un gran árbol, donde se encontraban algunas personas, al acercarme una mujer me extendió la mano y me abrazó. Luego se levantó un señor e imitó a la mujer. Luego ambos me señalaron a un mismo sitio y del árbol salió mi madre con una sábana azul en sus manos, reaccioné abrazandola tan fuerte como pudiera, para no volverme a separar de ella.

LA DEBILIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora