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Los años pasaban y el pequeño Max crecía al igual que su palmera...

 En el cumpleaños numero 12 de Max, su palmera ya era grande. Y eso significaba que podía dar frutos. Eso era lo que había pasado, había algo bajo sus hojas.

El pequeño Max lo sabia y tenia curiosidad, así que se armó   de valor y fue a trepar su palmera. Cuando ya estaba por la mitad del camino, sus padres lo pillaron y se asustaron. Fueron hasta ahí e hicieron todo lo posible para que bajara. Se lo dijeron, le suplicaron y hasta lo sobornaron. Pero el pequeño Max no obedecía.

 Cuando Max llegó a    la sima, pudo ver lo que colgaba: Era un coco... Redondo, marrón. Ahí estaba frente a él . Lo tomó   y se deslizó  para bajar.

Su suerte no duró pues  sus padres le quitaron el coco. Y lo escondieron...

Al día siguiente su madre le tendió un vaso con un jugo blanco.

Maz lo bebió y se  dio cuenta de algo horrible:

 ¡Era jugo de coco!

 Le preguntó  a su madre si lo era, solo para confirmar.

Y efectivamente así era...

Tan Solo Un CocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora