Quinze

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En días soleados como éste salías al parque.

Lo sé porque diario iba a pasear a mi perro a ese lugar, no porque te espiara, claro.

Era raro verte fuera de la escuela porque te la pasabas en la casa de tu tía.

En ese entonces te paseabas en los columpios y llegabas tan alto que parecía que saldrías volando.

O en ocasiones trepabas algún árbol, te sentabas en una rama y balanceabas las piernas como si fueras un niño pequeño.

Sonreías, pues creías que nadie se daría cuenta.

Pero yo te veía.

Definitivamente era raro verte ahí, pero me gustaba.


PhilipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora