Vingt-huit

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Muchas veces te oí tocar el violín.

Eras muy bueno, cualquier conservatorio te habría a aceptado, incluso Juilliard.

No, no estoy exagerando.

Solía escaparme de la clase de dibujo para ir al salón donde ensayabas y escucharte.

Me quedaba junto a la puerta, mirándote ocasionalmente por la ventanita que había en ella.

Cuando intentabas concentrarte fruncias el seño.

Cuando todos te aplaudían sonreías modestamente.

Muchas veces mi maestro se dio cuenta que me salía de su asignatura y en una ocasión me dijo:

" sigues saltándote mi clase no te regañaré, pero algún prefecto podría verte y entonces tendrás un problema con la directora. No olvides que estas condicionado, un regaño o sanción más y quedas fuera. No te arriesgues"

¿Sabes que le dije?

Algunas personas valen el riesgo.

PhilipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora