15.

569 40 4
                                    

"Te estamos esperando Mae" Es el mensaje que me llega de Christian

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Te estamos esperando Mae" Es el mensaje que me llega de Christian. Apurada le contesto que estoy en camino y que me aguarden unos minutos más. Activo y comienzo a juntar mis cosas, me pongo la bufanda y la ropa que dejé tras el mostrador porque afuera llueve y el frío logra colarse por la hendidura de la puerta de cristal y se siente desde donde estoy parada.  

Le sonrío a William y a Norma quienes me saludan con un asentimiento de cabeza y se apuran a vestirse también, seguramente sus familias o pareja estén esperándolos también en sus cálidas casas. 

—¿Pero a dónde vas tan apurada mujer y encima con este tiempo?— pregunta una desconcertada pero divertida Winnie mirándome de forma inquisitiva.—¡Todavía no tuvimos tiempo de charlar lo que pasó con ese chico Mae!— me recuerda muy empedernida.

—En otro momento, lo prometo morocha— le contesto en un murmullo. 

Mi idea era poder tener un minuto de paz hoy pero los clientes nunca dejaron de venir. Le sonrío apenada porque realmente quería contarle en persona y Norma no me deja responderle que ya lo está haciendo ella desde el otro lado del café.

—¡Deja a la pobre muchacha en paz Winnifer, tiene una cita!, ¿qué no es obvio?— sonríe lasciva la vieja y simpática mujer mientras cierra la caja haciéndose la desentendida. 

—¡Tonterías!— me río a carcajadas y prosigo.—Mi familia me está esperando para servir la cena y para ver una película, nada más ni nada menos, nada de citas y estupideces— termino de vestirme y explicarle a una Winnie que me mira entre desconfiada y agraciada.

—Mae ni bien me entere que me estás mintiendo ¡la que se te va a venir mujer!— me grita y solo le contesto con un mecimiento de brazos mientras que, a su vez, camino rápidamente hacia la puerta y me marcho agitando la mano como saludo por última vez.

Camino apurada por las heladas calles del pueblo. El frío es insoportable y la humedad se cuela hasta mis huesos dejándome congelada y entumecida de pies a cabeza. Mientras corro a tomarme el primer colectivo que se aproxime no puedo dejar de pensar en el peculiar olor a tierra mojada que me asegura que se acerca una tormenta enorme.  Intento distraerme ya que para tomarme el colectivo tengo que pasar la cuadra del club en donde entrenan los chicos. Y pasar por ahí revolvería muchas sensaciones que no tengo ganas de revivir. 

Niego con la cabeza y despejo mi mente entreteniéndome con el oscuro y maldito cielo que comienza a relampaguear y tronar. 

Y aunque intente hacer la vista hacia otro lado no puedo, cuando paso por el galpón, levanto mi cabeza y lo busco con mi mirada. Las cosas que le diría si tan solo me lo encontrara. No puedo ignorar las cosas que pasaron y más específicamente, lo que no pasó.

Muerdo mi labio intentando contener mis ganas de entrar al gimnasio y hacerle frente, me muerdo el labio con fuerza para evitar cometer alguna estupidez pero es tarde porque mis piernas dejan de caminar por si solas (no es casualidad que frene justo en frente de aquel lugar enorme y melancólico). 

SIN FRENOS. [TOM HARDY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora