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Así como pasan los días, en un principio lentos y aburridos, luego el dolor de una pérdida de algo que nunca tuve o que nunca fue mío realmente, se disuelven junto con el Otoño que pronto llega a su fin

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Así como pasan los días, en un principio lentos y aburridos, luego el dolor de una pérdida de algo que nunca tuve o que nunca fue mío realmente, se disuelven junto con el Otoño que pronto llega a su fin. Recuerdos melancólicos solo llegan a mi mente muy de tanto en tanto, recuerdos y memorias nítidas de el... qué hombre tan abismal e imponente. 

Eso de mandarme un mensaje para hacerme saber que se encontraba bien duró algo así como una semana y algo. Supongo que después de tanto escándalo que le provoqué, se acordó y a duras penas cada dos días me mandaba un mensaje para dejarme tranquila avisándome que seguía de Bobby y que nada sabía de los hijos de puta que lo estaban buscando. 

Supongo que se cansó y a la segunda semana dejó de hacerlo. 

Y yo dejé de insistir y preguntar. 

No se si hice bien o mal, no me replanteo las decisiones que tomo muy a menudo, solo se que actué conforme el momento. Estaba cansada, agotada y abrumada por todo lo que estaba pasando. Me sentía una carga y realmente Adrien era lo que menos necesitaba en aquellos momentos. El necesitaba estar tranquilo, enfocarse en sus cosas. Tener algo de paz.

Tenía que asumirlo tarde o temprano, el hecho de que nuestras vidas ya eran un desastre por separado, imagínense lo que hubieran sido si hubiéramos intentado algo juntos. Me río de manera amarga de tan solo pensar en aquel barullo y caos. 

Nada de todo esto y de este nuevo pensamiento de "soltar" la realidad quieren decir que no me siga doliendo el hecho de que todo se haya ido al completo asco. Pero era verdad, era algo innegable... el hecho de que nos conocimos quizás en el momento menos indicado y en el equivocado.

¿Quién sabe? Solo espero que se encuentre bien, esté donde esté.

Yo concentrada en el trabajo, que realmente es lo que más ayuda me estuvo brindando este tiempo. Nunca faltan los consejos de la hermosa y poderosa Ronda, o los abrazos y los chismes de Norma, y cómo olvidarme de los malos chistes y el humor negro pero que ayuda a sacar sonrisas del divino de William, quien ha estado para mi más que ningún hombre en mi vida. Y por supuesto, la bellisima Winnie. Sus abrazos y sus consejos, su risa y su melodrama, después de contarte un poco de lo que estaba pasando en mi vida y lograr abrirme a ella, se creó un vínculo hermoso. 

Había conocido a su novia, Annie, y que mujer llena de luz. Esplendorosa y reservada. Clásica y modesta. Una real belleza de ver. Lo que sí disfruté viendo fue la relación que compartían ambas. Envidiable en todo sentido. 

Vivían juntas en un departamento cálido, no muy grande, ambas siendo el hombro de la otra cuando se necesitaba. 

Ahora es cuestión de costumbre todos los viernes voy a cenar a su casa, donde me reciben con muchísimo entusiasmo y yo no podría estar más feliz... ¡ah! y las cenas de trabajo, que más bien son los sábados de vez en cuando al salir del turno, donde una Ronda muy impaciente cierra el café agotada y nos encontramos a las diez en el bar que está cerca de mi casa para cenar y emborracharnos. Es espléndido ver a todos ahí, y agradezco de corazón y a Dios, o a quien sea, haber conocido a esta gente hermosa.

SIN FRENOS. [TOM HARDY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora