Ni Adrien ni Amel volvieron a hablarme ese día. En el fondo, me sentí aliviada. Pero alguien que hace días que no esperábamos su llegada, apareció en el primer recreo.
Bernard.
Bel y yo nos acercamos. Estaba rodeado por André y los demás. La chica de los rizos recogidos en una trenza tirante, se abrió paso y se cruzó de brazos. Yo observé desde detrás.
-Bernard-Murmuró-¿Qué haces aquí?
-Os echaba de menos-Susurró casi imperceptiblemente.
Bel emitió un suspiro exasperado.
-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te chivaste?
-Porque nunca he dejado de querer a tu hermana. Porque me rompió el corazón, pero tú me lo rompes todas las veces que le devuelves la jugada o le haces algo malo.
Bel siguió acercándose lentamente. No podía ver su expresión, pero Gabriel me afirmó más tarde que tenía las lágrimas saltadas.
-¿Y por qué no me lo dijiste desde el principio? ¿Por qué te has tenido que alejar? Sabes que si me lo pides, da igual cuantas putadas me haga Amel, que por ti, no se la devolvería nunca más. Pero...Sólo tenías que decirlo.
Dio un paso hacia delante y se fundió en un abrazo con el chico. Pude ver los brazos blancos y algo regorditos de Bernie rodear su espalda y agarrar su chaqueta de Pink Ladies.
-Lo siento muchísimo-Pude oírle susurrar.
Yo sonreí tiernamente. Adiós problemas en el grupo. Bernard estaba de vuelta tras unos interminables días, Bel no volvería a hacer nada contra Amel, y viceversa, por haberle contado cosas de Adrien en las que al parecer tenía mucho interés.
Suspiré de tranquilidad y me acerqué un poco más al círculo. Apoyé mi brazo en el hombro de Kintan. El me miró de reojo y sonrió.
Y ahí es cuando de verdad sentí que podía ser parte del grupo. No completamente integrada, pero al menos ya no era como Sandra Dee, que se sentía fuera de lugar de las Pink Ladies por mucho que lo negase, y solo tenía a Frenchie.
Y mi Frenchie había sido Bel, sin duda.
Volví con Dan, como siempre.
-Le pregunté a Thian-Me informó.
Yo le miré intensamente.
-¡Pues venga! ¡Cuéntame!-Le apremié.
-No dijo nada importante. Le pregunté que qué le parecía Bel. A lo mejor fui muy descarado, pero el caso es que me dijo que era muy chica, pero que le parecía guapa. Lo dijo encogiéndose de hombros.
Por un momento me lo imaginé, entrecerrando los ojos y pensando en la cara de Isabel, de pómulos altos y nariz respingona y aquellos ojos enormes color avellana.
-Pero no hay posibilidades de que se vean más...¿No es cierto?
Dan me miró y sonrió.
-Ni se te ocurra hacer más de celestina. El amor no necesita empujones. Y si plantas una semilla donde no debes no te extrañes que la planta no florezca.
-Que no fuerce nada, vaya.
Exacto.
Dan me dio la mano. Yo se la estreché con fuerza; casi habíamos llegado a la parada de tranvía ya.
-Pero no es posible que se vean más. Piénsalo.
-Entonces habrá que dejarlo estar.
-Bueno...-Accedí.
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Fideos al Horno- #Wattys2017
Ficção AdolescenteRaquelle es una chica que pasa todos los veranos en Nantes para visitar a su familia. Ese año, sin embargo, debe ayudar a una de sus tías en su puesto del mercadillo, donde conoce a Dan, un chico de origen vietnamita que trabaja con su hermano y su...