Embriaguez

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Pensé que Dan se podría haber preocupado al no verme al día siguiente, y no me equivocaba.

El día siguiente era día libre, y al siguiente fue cuando por fin lo vi.

No tardó en seguirme cuando vi que me alejaba del puesto.

-Relle. Hola.

-Hola-Respondí, con una sonrisa.

-¿Cómo estás?

-Bien.

-Venga ya.

-Es la verdad, estoy bien-Repliqué-Porque todavía no he asimilado nada. Para mí, mis padres siguen juntos y el uno de septiembre volveré a Sevilla.

Dan se cruzó de brazos. No hizo ningún comentario sobre mi pelo, pero noté que se había fijado.

-Entonces es cierto que...Te quedas.

Asentí lentamente.

Había estado hablando con Diane del tema. Me dijo que ella se enteró a la vez que yo, pero que Michelle y Camille ya lo sabían. También dijo que se había sentido un poco excluida y desplazada, al comprender que, tal vez lo que pasaba era que no habían confiado suficientemente en ella.

Me confesó que el color oscuro también era como un símbolo de rebeldía.

'Tal vez el cuarteto de oro debería romperse' Fueron sus palabras textuales. No le di demasiada importancia. Al fin y al cabo, el cuarteto de oro nació y morirá unido. No se rompe.

Tal vez, lo que realmente estaba era molesta por seguir teniendo que compartir habitación con Michelle, quien, según ella, no le tenía ningún aprecio a su maquillaje ni al orden que reinaba en la habitación de antaño. Además, cada hijo necesita su intimidad, y Leo no podía estar compartiendo habitación con mi madre eternamente.

Así que, mi madre había estado tan ausente estos días porque había estado buscando piso, un poco en secreto.

Qué tontería, no pude evitar pensar.

Le dije a Diane lo que pensaba. Que yo no era quién para interponerme en la relación de mis padres. Si se había acabado, era por una razón, y yo, seguramente, no podría reestablecerla. Pero, joder, éramos una familia. Ahora reducida a tres miembros y tres extras, pero, si no había confianza, si no se contaban las cosas, ¿A dónde íbamos a querer llegar?

Aunque, inmediatamente después, pensé para mí misma que tal vez debería aplicármelo a mí. Tal vez tendría que haberle contado todo lo del tema de Dan. Lo cabrón que había sido Thian, y la añoranza que sentía por Adrien.

Así que, si sacábamos las cosas de contexto, todos teníamos un poco de culpa.

-Al menos...Te veré más a menudo-Dijo Dan, sacándome de mis pensamientos.

Volví a asentir.

-Es cierto.

-¿A qué instituto irás?

-Ni idea, todavía. A alguno que esté por el centro supongo.

-Yo estoy en el Lycée Nelson Mandela. Lo dejo caer-Dijo, riendo-Aunque este es mi último año.

-¿Y después qué harás?

-Trabajaré, con mi padre. No nos deja opción. Pero estoy bien con eso.

-Vaya...¿Seguro?

-Claro¿Y tú?

-Yo no tengo ni idea de qué quiero hacer con mi vida-Confesé.

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