Bastien

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Veintidós de octubre.

Mi madre trabajaba, por lo que desayuné sólo con Leo.

Aunque era cierto que nuestra relación había mejorado y nos habíamos acercado, últimamente no había mucho que contar, así que apenas hablábamos.

-¿Crees que serán felices?-Preguntó Leo. Supongo que se referiría a Diane y a Gaël. De repente, recordé la foto.

-Seguro que sí-Aseguré. O al menos, eso esperaba.

Leo terminó su desayuno a la velocidad de la luz y sacó un cuaderno que había permanecido en su regazo todo el tiempo.

-Raquelle-De pronto, pareció ponerse serio. Abrió el cuaderno. Me fijé en lo que había escrito, más bien, dibujado.

Eran vestidos y trajes. De hecho, los había visto antes. Eran algunos de las vestimentas de algunos de los invitados a la boda de Diane. También estaba su vestido y el mío.

Eran conceptos simples, pero se entendían a la perfección. También había anotaciones a los lados.

-¿Leo? ¿Esto lo has hecho tú?

Intenté coger el cuaderno, pero él me lo impidió, mientras asentía y apretaba los labios.

-Quiero ser mayor, Raquelle. Pero no sé cómo.

-¿Por qué quieres ser mayor?-Pregunté-Disfruta que la edad que tienes. Nunca la volverás a tener.

-Deja de decir cosas obvias. Quiero crecer porque así la gente me tomará en serio. Intento hablar y actuar de forma madura porque quiero que me tengan en cuenta.

Esto-Leo señaló sus dibujos-Estoy decidido a que quiero hacer esto. Quiero diseñar.

Yo parpadeé muchas veces.

-Es una decisión maravillosa, pero...

-Soy muy pequeño, seguramente cambiaré de opinión, lo sé. Pero en Diciembre hay un curso de diseño...Así infantil, pero es a partir de los trece años y yo...Bueno, no podría ir, pero de verdad que quiero intentarlo.

Yo lo miré. Al ser Leo, debería tomarlo en serio.

-¿Dónde es el curso? ¿Cuánto cuesta? Se lo puedo comentar a mamá.

Dejó entrever una leve sonrisa de triunfo.

-En Orleans. Una semana. Ochenta euros, todo pagado, menos el transporte.

Yo fruncí el ceño.

-Déjamelo a mí.

Y me dije a mi misma que ya estaba bien de recibir tanto de Leo. Me había ayudado mucho en épocas pasadas. Yo no le había dado nada. Sí. Le daría ese curso.

Observé los diseños. Sólo eran copiados, pero se notaba la memoria, y el buen trazo, ¡A tan poca edad!

-Eres un prodigio-Murmuré.

Él se limitó a volver a sonreír.

-Gracias.

Hablé con Bel por teléfono un rato. Esa misma noche sería la fiesta de cumpleaños de Thian.

-¿Qué te vas a poner?-Preguntó.

-Todavía no lo sé...Lo primero que pille, supongo. Tampoco es que tenga mucho tiempo para pensar, todavía tengo que limpiar el baño y mi cuarto, es la única condición que tengo para que me dejen llegar a mi casa tan tarde-Reí.

-¿Vas a beber?

-Que va. No me gusta eso. Simplemente intentaré pasármelo bien. Dan va a traer a dos amigos suyos. Oye, ¿Le has comprado algo a Thian?

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