POV Alex
Abro los ojos con desgana y resignación. Otro día más. Pasan sin ni siquiera darme cuenta de que esta sucediendo. Siento a la vida pasar con gran facilidad mientras yo no soy más que un mero espectador que suspira desde las gradas.
Un sonido desagradable me indica que tengo que dejar de filosofar tanto y levantar mi trasero de la cómoda cama en la que me encuentro.
Cierro los ojos una vez más y por fin me incorporo preparado para un día más.
Me acerco hasta el baño, adentrándome en la ducha y girando la manivela al máximo de fría. Desde siempre me han gustado las duchas de agua fría, incluso en invierno. Siempre me consiguen despejar y hacerme olvidar por unos segundos de mis problemas, de mi pasado... Ese que me azota la mente y me hace tener pesadillas por las noches.
Flashback
Vuelvo del colegio feliz, con una sonrisa que casi no cabe en mi cara. Ando por la acera mientras que con las dos manos hago el avión. Para tener ocho años hago el avión mejor que todos los de mi clase. Y me siento orgulloso de eso.
Sigo caminando hasta que veo cerca mi casa. Es un piso bastante modesto, pero a mi me sobra con eso.
Camino hasta casa todos los días porque papá sale de trabajar muy tarde y mamá tiene que ocuparse de casa porque papá casi nunca está.
Por fin llego al portal y marco el piso 5. La puerta se abre automáticamente y subo las escaleras con ánimos de poder llegar ya a mi cuarto y jugar a los playmobils.
Toco la puerta de mi casa repetidas veces hasta que me abre mamá. Ella me recibe con una sonrisa y un abrazo que puede asfixiar a cualquiera.
- ¿Qué tal hoy? - pregunta con una dulce sonrisa.
- Muy bien mamá - digo mientras le doy un beso en la mejilla.
Ella me analiza unos segundos más y me devuelve el beso mientras se despide y se aleja hacia la cocina. Yo subo voy hacia mi habitación en la que descargo el peso de la mochila y me dispongo a jugar con los playmobils que me regalaron ayer.
Siempre me han encantado, me gusta inventarme otras historias y vivirlas como si fueran mías, dejar de ser Alex por unos minutos. Y mientras juego, las horas se me pasan volando. Hasta que oigo un gran portazo seguido de gritos. Y ya se quien es perfectamente.
Papá.
Dejo todos los playmobils de lado y salgo corriendo para ver y abrazar a papá. Pero me detengo a unos metros al ver como papá grita a mamá. A veces les he escuchado discutir, pero nunca han gritado de esa forma. Se que no está bien espiar, pero no puedo evitarlo.
- ¿Calabacin otra vez? - ruge mi padre - ¿Qué te gusta el de la verduleria? ¡Siempre comemos calabacín! - dice mientras intimida a mi madre con el dedo. - Sí, ya sabes de quien te hablo. De el rubio. El de los ojos azules. Ya sabes quien te digo. - señala mientras se arremanga las manos y camina decidido hacia mamá. - ¿Por eso te has vestido así de puta? - dice mientras la acorrala contra la pared y levanta la mano lentamente. Sus ojos irradian furia y asco.
-No, Emilio, otra vez no. Por favor. - suplica mientras lágrimas le caen haciendo un mar.
- ¡Que te calles zorra! - chilla furioso.
- No grites que Alex puede oírnos - susurra desesperada. Él sólo le responde pegándole una bofetada en la mejilla izquierda, haciéndole un moratón en ésta. Le pega otro golpe.
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Cerrando los ojos ©
Teen FictionValeria vive solitaria y apartada del mundo por ser diferente y sobresalir. Alex parece tener la vida perfecta; parece. Pero por dentro está roto. Son muy diferentes, pero con algo en común; un pasado que les atormenta; lleno de lágrimas y dolor. So...