14. Vente conmigo

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Las palabras que hace unos minutos me susurró Alex siguen en mi mente, sin intención de irse.

<<te quiero>>

Repetía en mi cabeza una y otra vez, como un disco rayado.

Ahora mismo, me encuentro enredada entre los suaves y dulces besos de Alex.

Después de una larga e intensa sesión de estos, nos separamos. Sin dejar de sonreír ni un solo segundo.

Ahora entiendo la expresión "sonríes como un enamorado".

Lo entiendo porque ahora mismo la tengo.

No puedo parar de sonreír como una tonta, como una enamorada.

Y puedo notar como Alex tiene la misma expresión.

Nos separamos, pero no soltamos nuestras manos, que ahora mismo se encuentran unidas.

Alex me dedica una sonrisa torcida y se dispone a hablar.
—Vente conmigo. —susurra contra mi pelo.
—¿Qué? —digo algo extrañada y confundida.
—Vente conmigo. —vuelve a insistir separándose unos centímetros de mi, conectándose con mis ojos.— Pasa el fin de semana conmigo. Déjame que te lleve a un sitio especial.
Sin pensarlo más, asiento repetidas veces.

Alex sonríe y junta nuestros labios una vez más.

Después de unos minutos me atrevo a preguntar.
—¿A dónde me vas a llevar? —digo curiosa, sonriendo también.
—Es una sorpresa. —dice mientras salimos juntos por la puerta del vestuario.

La gente nos mira extrañada, sobretodo una persona llamada Blanca.

Nos mira con rabia y furia, mientras estruja el vaso que sujeta con su mano.

Alex y yo no le damos más importancia, y nos disponemos a salir del bachillerato.

Me conduce hasta su coche, como todo un caballero me abre primero mi puerta, y más tarde se sube en el asiento del conductor.

Arranca y se dispone a encender la radio. En esta suena Hymn For The Weekend de Coldplay.

Al segundo, los dos nos ponemos a cantar y a chillar como locos.

You said 'drink from me, drink from me'
When I was so thirsty
Poured on a symphony
Now I just can't get enough
Put your wings on me
When I was so heavy
Poured on a symphony
When I'm low, low, low... 

Cantamos a los cuatro vientos, dejándonos la voz.

Una vez termina la canción, me giro hacia Alex con una media sonrisa.

  —Coldplay nos une. —repito esa frase que le dije hace años.

El se gira y me dedica una sonrisa verdadera, de felicidad.

Entre risas, cantos y bromas llegamos a mi casa. (Gracias a mis geniales indicaciones).

Me dispongo a salir, pero Alex me agarra la muñeca antes de que pueda hacerlo.

—Mañana, 8:30. —dice decidido.
—¿8:30? ¿Pretendes matarme?—digo bromeando.
  —Sí —dice mientras suelta una carcajada. —Hasta mañana cascarrabias. —dice dulcemente mientras nos despedimos con un corto beso.

Salgo del coche y entro en casa a toda prisa, tengo que preparar la maleta.

Va a ser un trabajo difícil, ya que no sé qué ropa es adecuada, ¡porque no sé a dónde vamos!

Cerrando los ojos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora