24. Muchos "porqués"

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Lunes, 7:30 a.m.

El despertador suena y más enérgica que nunca, corro al baño a vestirme mientras escucho la canción: "Let's dance" de David Bowie. Siempre me alegra y me motiva.

Al ritmo de la música me visto con mi vestido rojo pasión que tanto me gusta y me arreglo más de lo normal.

Hoy va a ser un día especial.

No voy a dejarme pisar por nada ni nadie.

Desayuno unas tostadas de mantequilla con Colacao, como las que siempre me preparaba mi madre cuando estaba deprimida o quería darme una sorpresa o una mala noticia.

Salgo corriendo hacia el autobús y dentro de él, me encuentro con Rosie, que me mira con una gran sonrisa mientras me hace aspavientos con las manos para que me siente a su lado.

Lo hago y Rosie me abraza diciendo su típico: "hola amiga" acompañado de una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Estás mejor? ¿Sigues pensando en Alex? —dice con una mirada triste y compasiva.
—Si, muchas gracias.
—Mejor porque Alex es un idiota. —dice convencida.
Me quedo extrañada con su respuesta, pero asiento con la cabeza y le doy la razón.
—Cuando te fuiste vino y ni siquiera preguntó por ti. —hace una pausa y me da la mano. —te mereces algo mejor. —me mira fijamente a los ojos y me hace sentir bien otra vez, y es que tiene mucha razón.

Lo mejor es que me aparte y olvide a Alex de una vez por todas.

(...)

Llegamos al bachillerato y se nos acercan unas chicas muy emocionadas, cargan pancartas y chapitas.

La morena empieza a hablar tan rápido que me cuesta incluso entenderla.
—Hola chicas, mirad, estamos recaudando firmas para que nos dejen hacer un baile de final de curso ¿que os parece?
La chica rubia asiente y nos muestra unas hojas para firmar.
—¡Si firmáis nos ayudaríais mucho! —dicen sonrientes.

Rosie firma enseguida y le dan una chapa.

Yo no estoy tan segura de hacerlo, nunca me han gustado mucho esos tipos de baile.

Además, no creo que encuentre a nadie con quien ir.

Pero finalmente firmo, porque la chica morena desgarbada me lanza una mirada asesina.

Estoy por firmar hasta que aparece Blanca por detrás.

—Jessica, Tere, no hagáis caso a esta. —escupe con odio las palabras mientras mi señala. —es imbécil y nadie aceptará ir al baile con ella.

Tras decir esto, se va con aires de superior.

No se a que ha venido esto, pero solo sé que me ha hecho firmar con tanta fuerza que casi rompo la hoja de papel.

Y en cuanto a la pareja de baile, encontraré a alguien, aunque solo sea para callarle la boca a Blanca.

Entramos al bachillerato y nos separamos porque a mí me toca Filosofía y a Rosie le toca Inglés.

La clase se me pasa rapidísima, y antes de que quiera darme cuenta, ya estoy en el descanso.

Busco a Rosie con la mirada en los pasillos para que podamos ir detrás de la pista de fútbol, donde siempre almorzamos juntas.

Cerrando los ojos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora