20. Vamos a perder la cabeza

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Días fríos.

Días sin emoción, vacíos, pero a la vez llenos de soledad y angustia.

Una presión inunda mi pecho, un dolor que no puedo controlar y aumenta en cada momento más y más.

Aún me acuerdo cuando era pequeña, y mi tía Fernanda, hermana de mi madre y con poca suerte en el amor desde que nació, siempre me repetía las mismas palabras que yo nunca tomaba enserio.

—Nunca te fíes de los hombres, cuando pueden, rompen tu corazón. —decía mientras se sonaba con los pañuelos perfumados. —Nunca tengas novio, Valerie, solo van a lo que van. —susurraba mientras se giraba a ver su telenovela favorita mientras repetía angustiada una y otra vez: "Eso sí que es amor, eso sí" cada vez que veía una escena de pareja.

Os preguntaréis por mi tía Fernanda, os preguntaréis si ha encontrado a su hombre que no la defraude, al que no rompa su corazón.

Bueno, más o menos... Ahora mismo tiene pareja, pero es una mujer. La maldición de los hombres ya no puede perseguirla más.

Ahora por fin está feliz, sin ningún hombre que le engañe.

Y es que, a pesar de todo, la tía Fernanda tiene razón.

<<Nunca te fíes de los hombres, cuando pueden, rompen tu corazón>>

Se repetía la frase en mi mente.

Y con ella, una escena que ha roto mi corazón como si de un cristal frágil se tratara. Es que quizá mi corazón sí que es frágil, quizá sí que es sensible. Quizá el dolor que siento ahora mismo nunca se irá.

Quizá el dolor es una parte de mi.

Una de la que nunca podré deshacerme.

Y la culpa, persiguiéndome desde la muerte de mi madre.

Y más tarde, la de mi padre.

Flashback

4:30 en punto.

Me gusta siempre salir de la escuela puntual, así puedo llegar a ver mis dibujos favoritos de todos los tiempos.

Los Simpson.

Me hacen reír siempre, a veces desearía tener una familia como ellos.

Desde la muerte de mi madre, hace un año, no somos una familia.

Mi padre siempre tiene trabajo.

No está bien.

Está estresado, lo noto.

Incluso ha empezado a perder pelo.

Pero aún así lo quiero, es mi padre.

Sé que muchas veces me ha dicho cosas malas, palabras que me han dolido más que cualquier bofetada.

Pero sé que todo lo que hace, lo hace por dolor.

Cerrando los ojos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora