La celda

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Susan observaba a su hermana como se hacía trenzas en el pelo. Muy mal hechas, pero no la dejaba que le tocase. La verdad es que Susan no estaba muy segura de sí su hermana aún estaba loca o no, a su parecer, ya estaba totalmente curada. Pero Wyn parecía muy seguro de ello y aun así la protegía, ya que según el ''era su deber''.

El calormeno se puso en pie enseguida.

—Ha sido una buena huida, a veces me sorprendo de mí mismo y de mi liderazgo. Debería ser comandante de ejércitos—dijo mientras se desperezaba.

Susan y Lucy se miraron entre sí. Todo había sido gracias a Wyn y a su magia.

—Nos han dejado escapar porque estaban demasiado ocupados buscando a Ceres, por eso ha sido tan fácil—dijo Lucy riéndose de Kalhed.

El calormeno se puso a la defensiva.

—¿Facilidad? ¡Esa taberna estaba llena de Fríos!

—Seguro que nos están siguiendo—respondió Lucy.

Wyn se puso de pie.

—Gacela tiene razón. Ya que estamos vivos, es hora de encontrar un lugar seguro donde resguardarnos—dijo el mago.

—¿La mansión del tío Digory?—propuso Susan, recordando la primera vez que fueron a Narnia.

—Allí descansaremos y haremos nuevos planes—convino Lucy.

Pero aquel plan no le parecía bueno al calormeno.

—Yo no voy a descansar, blanquita—dijo rápidamente—.Yo no me metí en este viaje para matar a Jadis ni tampoco pora ayudarte a ti—dijo señalándola con severidad—.Vine para encontrar un antídoto para mi esposa, solo por eso.

Lucy, ultrajada, se acercó y se puso de puntillas para estar a su altura.

—Pues corre al palacio de Buckingham y sácaselo a Jadis a golpes—le tiró su capa azul a los brazos—¡Si es estar con tu esposa lo que quieres, pues vete con ella!

Se alejó de Kalhed y se fue de allí con la cabeza bien alta. Susan parpadeó. Vaya, no sabía que su hermana y el calormeno tuvieran un rollito secreto. Un momento, ¡¿porque Lucy no le había contado nada de su rollito secreto?!

Miró al calormeno. Era guapo. Muy guapo. Se maldijo así misma por no darse cuenta.

—Bueno Kalhed, adiós—dijo Susan acercándose y dándole un beso. Ya que jamás podría darle otro, mejor era aprovechar ahora.

El calormeno parpadeó.

—¡Te cuidado con los semáforos! No cruces si está en rojo—dijo Susan.

Wyn sonrió y se despidió con la cabeza. El calormeno se quedó un momento parado y después retrocedió sobre sus pasos para buscar a su hermana.

***

Las dos reinas y el mago anduvieron por Londres, esquivando las patrullas de Frios. Todo había cambiado mucho desde que se fueron hacia seis años. No solo estaba la televisión en color, sino que Inglaterra estaba siendo dominado por Jadis. Era una dictadura. Se sintieron como judíos siendo buscados por los nazis. Wyn consiguió hacerse con un mapa político de Inglaterra y salieron a las afueras de Londres.

—Bien,—dijo Susan extendiéndolo—nosotros estamos aquí y la mansión del tío Digory está aquí—dijo señalando el Condado de Herfordshire.

—Tardaremos un día y medio a pie—concluyó el mago—.Si los Fríos no nos atraviesan con sus balas antes.

Lucy recordó lo que vieron en la televisión en color.

Las Crónicas de Narnia: el Veneno MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora