Epílogo

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—Venga, eres una lenta—dijo Kalhed metiéndole prisa a Lucy.

Ella le dio una patada a Ceres, entrenando en lucha cuerpo a cuerpo.

—¡Cállate Kalhed!—se quejó la reina—¡Déjame que lo haga como me dé la gana! Tu no sabes pelear, solo dar puñetazos sin ton ni son.

—Si no lo haces como yo te digo te matarán siempre—le recordó el calormeno—.Y vamos a llegar tarde.

—¡Aquí estás molestando!—le recriminó la solandiana—¡Vete con tu hermana o cállate!

El calormeno la fulminó con la mirada y se fue de allí. En cuanto cruzó la puerta, ambas mujeres se rieron.

—No me gusta entrenar contigo en tu estado—dijo Ceres recogiendo el material.

Lucy se secó el sudor.

—Solo tiene tres meses—recordó tocándose la barriga—.No lo noto casi nada.

La solandiana sonrió y ambas se cambiaron de ropa a una de boda.

—¿Y habéis pensado en un nombre?—preguntó.

—Si es chico lo elije él y se llamará Eliraán que es calormeno y si es niña le pondré Hermia—sonrió—.Esperemos que sea niña.

Ceres se rio.

—Kalhed me contó que le gustaba Europa para niña—dijo recogiendo las armas del suelo.

—Sí, hace años en un barco la noche que... tu hermana se perdió, dijo que le gustaba ese nombre.

Salieron fuera y vieron a todos los invitados casi en su sitio. En las bodas calormenas la pareja hablaba de los motivos por los que querían pasar su vida juntos en el centro de un círculo, los invitados se sentaban alrededor.

Ceres pensaba muchas veces en su hermana y la había buscado muchas veces, pero entonces un día, vio su nombre en la lista de muertos de la rebelión: Tal Atizi. 

Ahora solo estaban ella y su hermano.

En el lugar sagrado donde su familia estaba enterrada, hacía años que había decidido poner el nombre de Koral tambien porque, aunque fuese de distinto padre, ella era también su hermana. A modo simbólico, también estaba el nombre de Atizi.

Casi nunca pensaba en Ghemor, pero había sido para la satisfacción del villano, una parte importante de su vida.

Ambas mujeres llevaban unas faldas largas y unos tops con arreglos de oro y plata. A Lucy no le gustaba arreglarse demasiado pero era una ocasión especial. Ceres sin embargo, tras estar toda su vida en la pobreza, le resultaba raro estar muy arreglada, pero no le incomodaba.

Las dos se sentaron al lado de Kalhed y Peter.

—Ya era hora—les recriminó el calormeno nervioso.

—Deja de quejarte—contestó Lucy con una sonrisa mientras se sentaba a su lado y le daba un besito—¿Nos hemos perdido algo?

—Nada, ni el novio ni la novia han llegado—dijo Peter—.Oh, Ceres, que guapa estás.

La solandiana se puso roja, no le gustaba ser el centro de atención en cuanto se trataba se belleza. Podía ser la capitana de un ejército y sentirse vulnerable con un simple halago.

—Gracias Peter—dijo con la mirada agachada—.Ya sé que no estoy como siempre, no me lo recuerdes más...

Peter se rio.

—Solo acepta el halago—sonrió.

La solandiana le respondió con una sonrisa. Entonces empezó a sonar una música magnética y exótica, y los novios llegaron al lugar. Casi al mismo tiempo, los Pevensie y Kalhed y se levantaron para formar parte del círculo.

La novia apretaba al novio contra si misma mientras sonreía a más no poder. Llegaron al centro del círculo y se dieron un beso y se cogieron de las manos. Lucy y Kalhed recordaron el día de su boda y la Pevensie menor inclinó su cabeza en el hombro de su marido.

—¿Preparada Aleeya?—preguntó el novio.

—Preparada Edmund—respondió la novia con nerviosismo.

Y ese fue el inicio de muchas más aventuras.


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***

¡Hola... por ultima vez! 

Bueno, no se que decir. Gracias a todos por haber leído mi humilde fic, tanto a los que habéis comentado y a los lectores silenciosos jajaja de verdad, de corazón, muchas gracias por leerlo, me hace muy feliz.

Espero que os haya gustado, que hayáis sentido simpatía por los personajes  y como han evolucionado. No sé que más decir... me gustaría decir muchas cosas. Que Edmund y Aleeya se enamorasen lo tenía pensado desde hace mucho, e iba a ser parte de la trama, pero no veía donde ponerla, así que aquí está en el epílogo. 

Y que Lucy y Kalhed acabaran con un hijo también jajaja espero que recordéis la escena en la que él le dice que le gusta el nombre de Europa y si no, amablemente podéis releerla XD

Si quereis preguntarme algo o comentarme cualquier cosa, yo estaré aqui cuando querais :D

Espero de todo corazón que os haya gustado y que os haya hecho pasar buenos ratos, a mi me ha encantado escribirla (por fin un fanfic de Narnia) y ahora me siento muy apegada al mundo que he creado. Ahora cuando lea los libros me va a resultar raro que no hablen de Solandia y más aun cuando estrenen La Silla de Plata en cines me acordaré de ellos XD

No creo que tenga nada más que añadir, mil gracias por leerme, de verdad.

¡Muchos besos y que os vaya bien en la vida!

MaskedMasked

Las Crónicas de Narnia: el Veneno MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora