Capítulo 8

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En los dos días después, en el colegio había sido un poco más tranquilo, no había tantas miradas aunque la mayoría de las clases Katelyn y Chandler habían estado separados.

Narra Katelyn:

Al medio día me encontraba garabateando aburrida sobre mi cuaderno, el salón había quedado vacío ya que todos se encontraban en la clase de educación física pero yo había conseguido librarme
gracias a un permiso que Chandler se había encargado de enviar a la profesora de deportes en donde solicitaba que yo pudiera faltar a esa clase por una lesión en los pies.

Considerándolo bien había llevado demasiado lejos las pequeñas ampollas que se me habían hecho en los pies al estar con las zapatillas de tacón durante dos tardes seguidas pero también le
agradecía a Chandler que me librara de esa clase. No porque no me gustara el deporte si no porque hacía demasiado calor como para correr 5 vueltas debajo de este abrazador sol.

-Katelyn -escuché un susurró cerca de la ventana que daba al pasillo pero cuando voltee no vi a nadie, decidí ignorar eso y seguí haciendo líneas en la hoja que probablemente había dejado de ser blanca gracias a todos los garabatos-. Katelyn -volví a escuchar y esta vez sí logré divisar una cabeza morocha.

-¿Madison? -pregunté con su vista en la ventana. La chica rubia se asomó lentamente como si temiera que la vieran.

-¿Estás sola? -preguntó ella dejando ver solamente sus ojos.

-Sí, anda ven, no tienes porque esconderte -la presioné contenta de tener a
alguien para poder hablar o mínimo escucharla hablar.

Madison se levantó lentamente para después entrar al salón sigilosamente.

-Me voy a ser vieja contigo -dije caminando.

-¿Y si viene Chandler? -preguntó tímida.

-¿Qué importa? -dije con tono indiferente logrando que el rostro de la muchacha fuera marcado por la impresión.

-Que es tu novio. Debería importarte.

-Es mi novio -la última palabra me secó la garganta y tuve que tragar saliva antes de continuar-, pero tener un novio no significa que deba estar con él las 24 horas del día o que esté presa.

-Pero tu novio no es cualquier chico, es Chandler Riggs, el modelo que todas las chicas y algunos chicos aman -«yo no», pensé-. Aun no me creo que sean novios. Es decir, eres hermosa pero siempre creí que Chandler preferiría a esas modelos flacuchas de 1.80 de estatura
con las que siempre posa. Aun así es maravilloso que estén juntos, lo único es que te extraño y eso que solo han pasado 3 días desde que se te declaró.

-Aun podemos hablar aquí y sin razón para que te escondas. No olvides que yo sigo siendo la misma Katelyn que conociste en la secundaria -le recordé y sonreí.

-Pero quien no sigue siendo igual es Chandler -soltó una carcajada y yo la acompañé
con una ligera risa recordando lo mismo que mi amiga-.

-Aun recuerdo cuando le vaciaste ese tazón de fideos dentro de su camisa. Era claro que lo odiabas. Pero siempre dicen que del odio al
amor solo hay un paso.

-En primera -empecé-. Le vacíe el plato de sopa en la camisa, los fideos los vacíe en su mochila. Segundo, no lo odiaba solo era una venganza por haber salpicado de jugo el
manual que habíamos hecho para nuestro proyecto y sin siquiera pedir permiso. Y tercera, eso fue el primer año de secundaria y ahora estamos en último semestre de preparatoria, además que
no lo amo -remarqué esa palabra-. Solo me agrada.

-¡Espera! -dijo Madison clavando la mirada en mis ojos-. ¿No te gusta?

-Me gusta -dije-. Pero no lo amo.

"Amor Actuado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora