Capítulo 1

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-1-

Tu voz, eso es lo que amo,
más que tu corazón y casi más que a ti;
esa cosa invisible que sale de tus labios,
y junto a mis oídos, triste, viene a morir;
esa cosa tan dulce con que tú me respondes
y con que aquella tarde me dijiste que sí.

Tu voz, eso es lo que amo. ¡qué bonita es tu voz!
Más que tu cuerpo todo y más que toda tu alma.

¡Qué manera que tienes de embellecer las sílabas,
gotas del encantado surtidor de tu charla!
¡como vibra en el aire la música pequeña
de tu voz, perfumada de evocaciones claras!
¡Con qué dulzura pende de tu boca graciosa
en invisible y diáfano rosario de palabras!

Tu voz, eso es lo que amo;
el eco triste y trémulo de tu alma triste y trémula;
eso que cuando callas, se aleja hacia la sombra,
y cuando vas a hablarme, desde la sombra llega.

Amo tu voz, tan tenue como la brisa que pasa
rozándole los pétalos al clavel de tus labios,
y otras veces tan ruda, que al escucharla ha sido
como si un viento ronco me desbaratara el alma.

cuando tu voz me canta, bella fuente escondida,
se hace alegre la turbia tristeza de mis tardes.
Amada, no me pidas que te bese en la boca;
tu boca es para hablarme.
No quieras que te colme de efusión amorosa;
yo soy para escucharte, solo para escucharte.

Háblame siempre. Siempre, menos en mi agonía,
porque si en esa hora tu voz me acariciase,
ya la gloria de Dios no me sabría a gloria,
y encontraría débil el coro de los ángeles.

-¿Señor Mellark? ¿Lo estoy aburriendo?- me pregunto el señor Berty, supongo que me vio bostezar.

Hoy era viernes, y para colmo mi última clase era Literatura, y justamente hoy estábamos viendo poemas. Levante la mirada y puse mi mejor carita de inocente.

-Lo siento señor Berty ¿decía?

-¿Pude explicarme lo que el poeta trataba de decir con éstas frases? Claro, eso me demostrara que estaba poniéndome atención.

-Ahm, lo siento pero no lo se.- dije algo apenado, pero la verdad no tenia ni idea que era lo que quería decir -Supongo que algo de la voz ¿no?-pregunte.

-Ponga más atención señor Mellark, no me gustaría tener que verle la cara el próximo año- Ni yo tampoco, pensé.

En ese momento la campana sonó, suspire por que ésta, me había salvado. El profesor dejo que buscáramos más poemas del mismo autor y que pusiéramos lo que habíamos entendido de ellos, pues mi respuesta era simple, "no entiendo nada" ya que las cosas cursis y románticas no iban conmigo, ¡Por dios! Solo tengo 17, esas cosas no me interesan.

-¡Ey Peeta!- me llamo Gale, uno de mis amigos, me detuve para esperarlo- Al parecer ya te tiene en la mira el profesor.

-Eso creo, al parecer le caigo mal o algo parecido, no puedo voltear ni un poco porque ya me esta queriendo castigar.

-Creo que te tiene envidia ¿no?

-Supongo, pero espero que se calme un poco, si no un día me va agarrar de malas y no quisiera contestarle mal, eso no se vería bien en mi historial de buena conducta.

-¡Oh si lo olvidaba! Debes ser el hijo perfecto.

-Exacto.

Seguimos caminando hasta que casi llegamos al estacionamiento, hoy no esperaría a mi hermana, ya que me había mandando un mensaje informándome que se quedaría un poco más tarde para hacer un trabajo con unos compañeros y que luego papá pasaría por ella.

La Chica De La Bufanda Roja (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora