POV KatnissYo no quería hacerlo, de verdad que no quería, pero todos insistían que era necesario. Y después de tanta insistencia comencé a pensar que así era. Por suerte Peeta me acompañaría a la casa de mi madre, porque tenia entendido que Haymitch estaría ahí, me sentía un poco nerviosa, hace mucho que no lo veía directamente o hablaba con él -tampoco es como si hablara demasiado con él anteriormente- en fin, eran muchas cosas que aún me retenían como el poco orgullo que me quedaba.
-¿Todo bien, Kat? - me asuste un poco al oír la voz de Cressida, no la había escuchado entrar. - Lo siento, no quise asustarte.
-No te preocupes, es solo que no tenía la mente aquí en estos momentos. -le sonreí.
-Creo que puedo entenderte un poquito, hija.
Quería decirle que no, a leguas se veía que Cressida no tenía ni un ápice de sufrimiento y que ella había tenido una vida maravillosa.
-¿Estas segura? -pregunto, ¿a caso había dicho lo que pensaba en voz alta? - Hay muchas cosas que no sabes sobre mi querida, todos creen que siempre he tenido una vida feliz.
-¿Ah no? - pregunte estúpidamente, me sonroje por mi impertinencia.
-No hija, una cosa es que yo haya dejado atrás todo eso para evitar amargarme mi vida, la de Plutarch y sobre todo la de mis hijos. -me tomó de la mano. - Kat, yo perfectamente se lo que sientes y en la encrucijada que te encuentras.
-Pero...
Antes de que pudiera terminar mi oración, ella comenzó a desabotonarse el suéter de lana que traía, ahora que me ponía a pensar, en el tiempo que estuve aquí con la familia Mellark, nunca vi a Cressida usar una camiseta de manga corta o sin manga, la mayor parte del tiempo traía suéter o manga larga, siempre lo relacione con el frio que hacia en el pueblo.
Se bajo lentamente el abrigo, y me dio la espalda. Ahogue un grito cuando vi la enorme cicatriz que recorría su brazo hasta llegar al codo, no tenia palabras para describir lo espantosa que se veía, parecía como una gran quemadura.
-Y así sigue por mi espalda. -me dijo, subiéndose de nuevo el suéter.
- ¿Pero... pero... Cress... que...?-no podía articular palabra alguna.
-Al igual que tu querida, no tuve una infancia del todo feliz. - me le quede mirando esperando que continuara. -Mi madre murió cuando yo tenía unos diez años, me quede a cargo de mi padre, el nunca fue muy cariñoso conmigo y después de la muerte de mi madre las cosas empeoraron. - me sentí mal cuando vi sus ojos cristalizarse. - Pensó que era buena idea remplazar a la esposa con su hija, cuando todo comenzó yo habré tenido unos 14 o 15 años mas o menos. -abrí los ojos, comprendí al instante lo que trataba de decirme ¡Oh dios! - No te contare detalles escabrosos, pero así fueron las cosas hasta que cumplí los 18 y recibí mi carta para irme a la universidad, ese fue el día mas feliz de mi vida, porque sabía que yo seria libre y me iría de esa casa para siempre. - Cressida dejo de hablar. Sabía que la peor parte estaría por venir. - No me paso por la mente decírselo a mi padre, mi plan era simplemente tomar mis cosas e irme sin que nadie lo supiera, pero no se como se entero, cuando llegue a la casa, el me esperaba muy enojado, me exigió que le diera la carta de aceptación, en aquel entonces la necesitaba para que me admitieran, sin ella estaría perdida. Por primera vez lo enfrente y salí corriendo, llegue a la cocina dispuesta a tomar algo que me sirviera como arma, lo que no note era la olla con agua hirviendo sobre la estufa encendida, que una de las empleadas había dejado ahí. Cuando menos me había dado cuenta él me la había arrojado, alcance a voltearme y todo el contenido cayo sobre mi espalda y brazo, pude escapar pero sabía que no volvería a ser la misma. Tarde demasiado en ir al hospital para que me ayudaran, cuando lo hice, el doctor me dijo que aunque mis quemaduras sanaran la cicatriz estaría ahí. - me apretó un poco más la mano. - Seguí con mi vida cubriendo mi herida a pesar de que el doctor me decía que era necesario que estuviera ventilada. No le hice mucho caso. Así me fui a la universidad. -por su sonrisa supe que vendría algo bueno. - Conocí a Plutarch ahí, déjame decirte que al principio fue un idiota conmigo, se burlaba mucho de mí y de mi forma de vestir, ya que usaba manga larga a pesar de que hacia calor, yo lo ignoraba obviamente, pero hubo un trabajo en equipo que teníamos que hacer, ninguno de los dos estaba del todo contento, pero si no lo hacíamos reprobaríamos y eso no estaba en mis planes. Así que tuvimos que trabajar juntos. Eso desencadeno muchas cosas y cuando menos me había dado cuenta ya me había enamorado de Plutarch y él de mí. Y después de unos años me pidió matrimonio. - me sonrió. - Pero lo único que no logro quitarme, fue la maña de cubrir mi cicatriz todo el tiempo y con el tiempo desistió.
ESTÁS LEYENDO
La Chica De La Bufanda Roja (COMPLETA)
FanfictionKatniss es víctima de una enfermedad que la ha tenido excluida de la gente por muchos años. repudiada por su padre e ignorada por su madre, su único apoyo es su hermano y su única protección... su bufanda roja. Peeta, un chico "normal" que sólo pien...