Capítulo 3

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Desde aquello han pasado tres meses, como prometí no volví a molestar a Katniss, a decir verdad no era porque no quisiera de hecho no me causaba ninguna satisfacción hacerlo, quiero decir ella solita provocaba que todos los chicos se burlaran de ella, cosa que su hermano nunca se dio cuenta porque cada vez que alguien lo veía se quedaban callados o dejaban a la chica en paz, bola de miedosos. Y no es que yo lo fuera pero no tenía necesidad de meterme en ningún problema, más por alguien quien no valía la pena, aunque aun tenía la espinita sobre el porque Katniss usaba esa cosa alrededor de su boca, algo me decía que ni siquiera podría respirar bien, mucho menos hablar a pesar de que en el tiempo que ella lleva aquí nunca la he escuchado decir ni pío.

Annie me había dicho que en las pocas clases que toma con ella tampoco habla, si bien ella en ocasiones la saludaba, esa era mi hermana, siempre queriendo hacerme amiga de las personas más raras, al igual que su amiga Delly, que dejo de tener mi interés desde que supe que era disléxica, además yo no salía con las amigas de mi hermana.

A veces me encontraba al hermano de Katniss por los pasillos, cada vez que nuestras miradas se encontraban podía jurar que planeaba mi muerte o en el mejor de los casos partirme cada uno de mis huesos, cosa que me molesto por que desde aquella vez no me he metido con su rara hermana, y repito no es que le tuviera miedo al chico, era simplemente porque no tenía interés en ella.

Salí de la ducha, hoy no hacia tanto frio como suele haber, por eso opte por ponerme una bermuda de mezclilla y camiseta de manga corta, me puse mis tenis y baje a tomar mi desayuno, mi madre estaba de nuevo en la cocina, ultimadamente estaba mucho ahí, antes del trabajo y después del trabajo, al menos unas dos horas al día, le sonreí y me senté para ver que delicia me tendría para hoy.

-Buenos días madre- salude- ¿Y papá ya se fue?

-Si, tuvo una emergencia, pero saldrá temprano.

Yo asentí simplemente.

-¿Qué hay en el menú mamá?- le sonreí para darle ánimos, sabía que esto de la cocina aún la ponía algo insegura.

-Pues, hoy no tuve tiempo de preparar algo laborioso- me tendió un plato con huevos, tocino y pan- Espero que te guste.

-¡Ay mamá!- tome el plato- No te preocupes, para que no se te haga tan pesado preparar tanto el desayuno como la cena, porque no simplemente dejas que Sae, prepare el desayuno y tu para que te luzcas más, solo preparas la cena.

Ella se quedo pensando un momento, sabía que tenía razón.

-Me parece bien, ¡tengo nuevas recetas que quiero preparar!- comenzó a aplaudir y dar saltitos, me pregunto si Annie habrá heredado sus locuras.
Al parecer la invoque porque iba bajando de las escaleras rumbo a la cocina, me sonrió antes de sentarse en una silla frente a mí, hoy la note un poquito diferente en su atuendo, quiero decir, ella tiene una afición por la moda algo extraña por no decir extrema, pero hoy pareciera que se hubiera esforzado un poco más en su atuendo.

-Buenos días a los dos- dijo, mi madre le paso su plato y comenzó a desayunar, yo me le quede mirando un poco.- ¿Qué?-me dijo.

-Te ves rara, ¿Más maquillaje?

-Como crees.- me dijo bajando la mirada a su desayuno.

-Es que ahora parece que te esforzaste más en tu apariencia- la mire con los ojos entrecerrados- ¿Se trata de un chico?- le dije en un susurro, no quería que mamá escuchara, le daría un ataque si se enterara que su princesa andaba de novia, ella abrió mucho los ojos, al parecer había dado en el clavo.

-¡No! Estas loco.- comió rápidamente, la verdad no pude evitar reírme, ella a veces subía la mirada para fulminarme con la mirada, lo que provocaba que yo me riera más.

La Chica De La Bufanda Roja (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora