Capítulo 8

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Tras las vacaciones de navidad, cuando dio comienzo el curso, Snape nos comunicó que iba a ser el árbitro del partido de quidditch de Gryffindor contra Hufflepuf.

-No creo que Snape vaya a ser imparcial- dije.

-Eso está claro, le pitará faltas a Gryffindor por cualquier cosa para que no ganen- comentó Draco contento.

Íbamos andando por los pasillos cuando nos cruzamos con Longbottom. Parecía asustado de vernos y se apresuró a salir rápido de ahí pero Crabbe y Goyle se lo impidieron.

-¿Adonde vas con tanta prisa, Neville?- le pregunté mirándolo fijamente a los ojos.

-A... a... mi sala común...

-Creo que todavía no- dijo Draco poniéndose a mi lado con los brazos cruzados- Sabes Longbottom, estas vacaciones he aprendido un nuevo hechizo, y necesito practicarlo con alguien.

-¿Q-qué?- tartamudeó nervioso.

-¿Nos ayudarás Neville? No tienes que hacer nada, solo quedarte ahí quietecito- le mandé sonriendo de lado.

-¡No, esperad! ¡No!- gritó intentando zafarse del agarre de Crabbe y Goyle.

Draco se puso delante de él y conjuró el Maleficio de las Piernas Unidas.
No es necesario explicar de qué se trata, el propio nombre lo dice. Longbottom se marchó lloriqueando y dando saltitos mientras nosotros cuatro reíamos a carcajadas.

La tarde siguiente tenía lugar el partido así que después de terminar los deberes acudimos al campo de quidditch.

-Sentemonos ahí- dijo Draco señalando unos asientos libres detrás de Weasley, Granger y Longbottom- me apetece reírme un rato.

Cuando nos sentamos Draco le dio un codazo en la cabeza a Weasley.

-Oh, perdón, Weasley, no te había visto- sonrió burlonamente.

-Me pregunto cuánto tiempo durará Potter en su escoba esta vez. ¿Alguien quiere apostar? ¿Qué me dices, Weasley?- le pregunté acercándome a su oído- Oh, es cierto, había olvidado que no tienes dinero- reí junto a mis amigos pero Ron no me respondió, observaba atento como Snape acababa de pitar un penalti a favor de Hufflepuff.

-¡Qué injusto!- se quejó.

-Odio cuando me ignoran- dije indignada- Weasley, te estoy hablando a ti, cabeza de zanahoria- pero siguió sin contestar.

-Déjame a mí, conseguiré enfadarlos. ¿Sabéis por qué creo que eligen a la gente para la casa de Gryffindor?- dijo Malfoy en voz alta mientras Snape daba otro penalti a Hufflepuff, sin ningún motivo- Es gente a la que le tienen lástima. Por ejemplo, está Potter; que no tiene padres, luego los Weasley, que no tienen dinero... Y tú, Longbottom, que no tienes cerebro.

Neville se puso rojo y se volvió en su asiento para mirarnos.

-Yo valgo por doce como vosotros- tartamudeó.

Draco y yo nos miramos y estallamos en carcajadas.

-Longbottom, si tu cerebro fuera de oro serías más pobre que Weasley, y con eso te digo todo.

-Te prevengo, Malfoy... Una palabra más...- le advirtió Ron sin quitar los ojos del partido.

-Tienes suerte, Weasley, es evidente que Potter ha visto alguna moneda en el campo- siguió Draco cuando vio que Potter volaba en picado.

Sin esperarlo Weasley se abalanzó sobre él y los dos cayeron al suelo.
Fui en su ayuda, intentando separarlo de Ron pero como no lo conseguía Crabbe y Goyle también se metieron en la pelea.
De pronto todos los demás alumnos gritaban eufóricos, celebrando algo.

-¡Ron! ¡Ron! ¡Es Harry, lo ha conseguido! ¡Ha atrapado la snitch!- gritó Granger buscando con la mirada a su amigo.

Weasley soltó de inmediato a Draco, sangrando por la nariz se asomó a la barandilla y comenzó a celebrar la victoria de Gryffindor.
Yo ayudé a Malfoy a levantarse.

-¿Estás bien? Te sangra el labio, te llevaré a la enfermería.

-No- negó- vamos a la sala común- dijo muy molesto.

Draco se tuvo que apoyar en mí para caminar (Crabbe y Goyle son más grandes que él así que era difícil que se apoyara en ellos) porque se hizo daño en el pie cuando cayó al suelo por culpa de Weasley.

-Gracias- me dijo cuando se sentó en el sillón de la sala común.

-De nada- le sonreí- Voy a buscar un pañuelo para que al menos te limpies la sangre del labio.

Fui a mi dormitorio, humedecí un pañuelo de tela y se lo llevé a Draco.

-¿No deberías ir a la enfermería por lo del pie?- insistí.

-No es nada, solo me he torcido el tobillo. Ya se me pasará el dolor.

-Que cabezota eres- suspiré sentándome a su lado.

La sala común empezó a llenarse de alumnos que venían del partido, todos con cara de pocos amigos y quejándose de que Gryffindor hubiera vuelto a ganar.

-Draco, ¿qué te ha pasado? ¿Estás bien?- le preguntó Pansy que se acercó a nosotros con su grupo de amigas.

-Sí- respondió cortante.

-¿Cómo te lo has hecho?- dijo otra.

-Fue Weasley- contestó Crabbe y Draco lo fulminó con la mirada. Seguro no quería que nadie se enterase de que Weasley, un Gryffindor, le había pegado; se sentiría humillado.

Pero a las chicas eso les daba igual, solo estaban ahí para hacerle la pelota a Draco.

-¡Qué bruto!

-Espero que no te haya hecho mucho daño.

-Pobrecito.

-Si necesitas algo solo dínoslo.

Yo rodé los ojos.

-Estoy bien- dijo de mal humor, Draco se agobiaba fácilmente- Me voy a mi dormitorio ______, te veo en la cena. Vamos- llamó a Crabbe y Goyle.

-Vale, adiós.

Las chicas se me quedaron mirando, intentando disimular una mueca de asco. ¿Estaban celosas de que fuera amiga de Draco? Por Merlín, que estúpidas e infantiles. Como quitando a Malfoy no tenía ningún amigo más, no iba a quedarme sola en la sala común así que me levante del sillón y también me fui a mi habitación.

-Adiós ______- dijeron las chicas a coro pero yo las ignoré.

No necesito amigas falsas, gracias. Me basta con la única pero verdadera amistad de Draco.

EL AMOR DE UN SLYTHERIN (Draco Malfoy y tú) ❤ [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora