Capítulo 25

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El verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castillo, pero el ambiente entre sus viejas paredes no era ni mucho menos veraniego ni alegre. Lucius Malfoy había venido a Hogwarts para llevarse a Hagrid a Azkaban y para cesar a Dumbledore de su cargo, ya que no fue capaz de acabar con los ataques. Y ahora que él no estaba, el miedo se había extendido más aún. Me divertía ver como nadie se atrevía a separarse ni un centímetro del profesor que nos acompañaba siempre a clases, eran como esas orugas que salen en primavera y que van pegadas una detrás de otra formando una cadena.

-Señor Malfoy, señorita Allen, no se retrasen. Vamos, caminen más deprisa- el profesor Flitwick hizo un gesto con la mano para que nos unieramos al resto de nuestros compañeros que se agolpaban detrás suyo.

-Pero ¿por qué? Somos sangre pura y de Slytherin, para nosotros no es un problema ir solos por el pasillo- dije obvia.

-Además, no se ofenda profesor pero si el monstruo viniera ahora mismo a atacarnos usted no sería de mucha ayuda para defendernos- añadió Draco con total normalidad.

Al oírlo me llevé una mano a la boca intentando no soltar una carcajada. Draco me miró complacido, le encantaba cuando alguno de sus comentarios me hacía reír. Pero Flitwick estaba completamente rojo así que antes de que nos castigara agarré a Draco de la muñeca y nos pusimos junto a Crabbe y Goyle.
Nos detuvimos en las mazmorras y entramos al aula de pociones que compartíamos con Gryffindor.

Los días pasaban sin incidentes y parecía que todo estaba en calma, incluso la profesora McGonagall anunció que los exámenes comenzarían el 1 de junio, y sólo faltaba una semana. Por lo que todos estábamos centrados en estudiar y en practicar hechizos y no teníamos tiempo para pensar en otra cosa.
La tarde del jueves salimos de clase de Binns con ganas de tomar aire fresco y de comer algo pero la campana que señalaba el comienzo del recreo no sonó. En su lugar se oyó la voz de la profesora McGonagall, amplificada por medios mágicos.

-Todos los alumnos volverán inmediatamente a los dormitorios de sus respectivas casas. Los profesores deben dirigirse a la sala de profesores. Les ruego que se den prisa.

-¿Qué pasa? ¿Habrá habido otro ataque?- dije mirando a mi alrededor.

-¿Qué hacemos? ¿Regresamos al dormitorio?

-No- negué después de ver a Potter y Weasley dirigiéndose a alguna parte con prisa y procurando que no los vieran. Ninguno de los dos estuvo en la clase de Binns y eso era muy sospechoso- Sígueme- sin perder tiempo fuimos detrás de ellos, dándonos cuenta de que se dirigían a la sala de profesores.

-¿Dónde se han metido?- de pronto se oyó el ruido de cientos de personas que pasaban por el corredor- Ven Draco, vamos a escondernos en ese armario.

Al ocultarnos dentro sentí una presencia detrás mío. Giré lentamente y antes de que pudiera gritar alguien me tapó la boca.

-¡Shhh! No hagáis ruido- susurró una voz de chico.

-¿Potter? ¿Qué hacéis aquí metidos?- preguntó Draco en voz baja.

-Nosotros podemos preguntaros lo mismo- dijo Ron de forma acusatoria.

-Queremos saber qué está pasando- intervine.

-Nosotros también.

-Eh, mirad, ahí vienen los profesores.

Draco y yo colocamos la cabeza junto a la rendija que formaban las puertas del armario para poder ver bien qué pasaba fuera.

-Eso no es justo, dejadnos mirar a nosotros también. Estábamos aquí primero- se quejó Ron intentando apartarnos.

-Estate quieto Weasley- fruncí el ceño- y deja de tocarme, no quiero que me pegues tus gérmenes.

EL AMOR DE UN SLYTHERIN (Draco Malfoy y tú) ❤ [PAUSADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora