Días después se extendió por todo el colegio la noticia de que habían atacado a Colin Creevey y de que éste yacía como muerto en la enfermería.
Cuando me topaba en los pasillos con algún alumno de primero, estos huían asustados de mí ya que por la historia que les conté, pensaban que yo tuve algo que ver en su petrificación.-¿Desde cuando te tienen todos los críos tanto miedo?- preguntó Draco extrañado ya que no sabía nada de lo ocurrido.
Le conté por encima la historia que me había inventado sobre el monstruo de Slytherin y también el castigo de McGonagall.
-¿En serio? Hmm, haces que me sienta orgulloso de ti- nos sonreímos y yo pasé mi brazo por su hombro mientras nos dirigíamos a clase de Encantamientos.
Durante la segunda semana de diciembre, la profesora McGonagall pasó a recoger los nombres de los que se quedarían en el colegio en Navidades. Yo tenía pensado volver a casa para estar con mi familia pero Draco insistió en que me quedara.
-Imagínate que el monstruo ataca a la sangre sucia de Granger, ¿te lo quieres perder? Además si te vas me aburrirré, Crabbe y Goyle no son una gran compañía.
Cuando cruzábamos el vestíbulo para ir a las mazmorras vimos a un puñado de gente que se agolpaba delante del tablón de anuncios
para leer un pergamino que acababan de colgar.-¡Van a abrir un club de duelo!- gritó una chica con entusiasmo- ¡La primera sesión será esta noche!
-Yo quiero ir ¿y vosotros?
-Sí, además he aprendido unos cuantos maleficios y me gustaría probarlos con alguien- dijo Draco mirando con malicia a Longbottom.
Así que aquella noche a las ocho nos dirigimos al Gran Comedor. Las grandes mesas habían desaparecido y adosada a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire. Nos abrimos paso entre la multitud a empujones y nos colocamos en uno de los extremos.
Las puertas de roble se cerraron de golpe y los alumnos se apartaron para dejar paso a Gilderoy Lockhart que se encaminaba a la tarima acompañado de Snape. Lockhart rogó silencio con un gesto del brazo e hizo una breve presentación antes de comenzar con la demostración de un duelo de magos. Ambos profesores se encararon y se hicieron una reverencia.-Como veis, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate
convencional- nos explicó Lockhart- Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo. Una..., dos... y tres.Ambos alzaron las varitas y las dirigieron a los hombros del contrincante. Snape gritó:
-¡Expelliarmus!
Resplandeció un destello de luz roja, y Lockhart voló hacia atrás, pegó contra el muro y cayó resbalando por él hasta quedar tendido en el suelo.
Los de Slytherin vitoreamos a Snape.
Lockhart se puso de pie con esfuerzo.-¡Bueno, ya lo habéis visto!- dijo tambaleándose al volver a la tarima-
Eso ha sido un encantamiento de desarme. Sí, profesor Snape, ha sido una excelente idea enseñarlo a los alumnos, pero si no le importa que se lo diga, era muy evidente que iba a atacar de esa manera. Si hubiera querido impedírselo, me habría resultado muy fácil. Pero pensé que sería instructivo dejarles que
vieran...Snape parecía dispuesto a matarlo, y quizá Lockhart lo notara, porque añadió:
-¡Basta de demostración! Vamos a colocaros por parejas. Profesor
Snape, si es tan amable de ayudarme...-Si me permite una sugerencia... pienso que deberíamos mezclar las casas, para que los alumnos puedan desplegar al máximo su... potencial.
-¡Excelente idea! Veamos... Weasley y Finch-Fletchley, Finnigan y Belby, Granger y Bulstrode, Zabini y Patil, Potter y Crabbe, Allen y Longbottom, Malfoy y Goldstein, Corner y Abbott, Macmillan y Fawcett y por último Goyle y Boot. ¡A la tarima todos, vamos!
Obedecimos a Lockhart y nos colocamos frente a nuestro rival. Nos inclinamos levemente y alzamos las varitas. Sonreí al ver que a Longbottom le temblaba el labio inferior y se había puesto blanco como el papel.
-Cuando cuente hasta tres, ejecutad vuestros hechizos para desarmar al oponente. Sólo para desarmarlo; no queremos que haya ningún accidente. Una, dos y... tres.
-¡Expelliarmus!- hubo un grito general y algunas varitas salieron despedidas junto a sus dueños.
-Vamos Neville, levanta- le ordené. Él se acercó temeroso a mí- ¡Everte statum!- exclamé. Un rayo de luz blanca salió de mi varita empujándolo hacia atrás- Defiéndete, vamos. Deja de ser tan cobarde y lánzame un hechizo de una vez. Esto es un duelo.
Neville lloriqueó haciendo que perdiera la paciencia. ¿Cómo podía ser alguien tan inútil y llorón?
-¡Flipendo!- conjuré y esta vez se desplomó aturdido- Sé que quieres hacerlo, vamos, atácame- dije incitándolo y cuando alcé la varita un hechizo impactó contra mí haciendo que saliera disparada por los aires y cayera de culo en la tarima.
Snape me agarró por el cuello de la túnica y me puso de pie de un tirón.
-Ha sido... Potter- susurró con disimulo.
Fruncí el ceño. Apunté mi varita hacia él, dándome cuenta de que él estaba haciendo lo mismo mientras me miraba desafiante. Pero antes de que dijera nada Lockhart me agarró del brazo y negó con la cabeza. Bufé y bajé de la tarima para ir con los demás alumnos de Slytherin.
-Muchachos, muchachos...- decía Lockhart, pasando por entre los
estudiantes, examinando las consecuencias de los duelos- Creo que será mejor que os enseñe a interceptar los hechizos indeseados.
Necesito un par de voluntarios... Potter, Weasley, ¿qué tal vosotros?-Mala idea, profesor Lockhart- dijo Snape, deslizándose como un
murciélago grande y malévolo- la varita de Weasley provoca destrozos con los hechizos más simples. Acabaríamos mandando a Potter a la enfermería en un frasco. ¿Qué tal Malfoy y Potter?- propuso con una sonrisa malvada.-¡Excelente idea!- aceptó Lockhart haciéndoles un gesto para que se
acercaran al centro del Salón. Draco fue pavoneándose y sonriendo- Veamos, Harry, cuando Draco te apunte con la varita, tienes que hacer esto.Mientras tanto, Snape se acercó a Draco, se inclinó y le susurró algo al oído haciendo que sonriera. Después se colocaron uno frente al otro.
-Bien, a la cuenta de tres iniciáis el duelo. Uno, dos...- pero Draco se adelantó.
-¡Tarantallegra!- un segundo después, a Potter las piernas se le empezaron a mover a saltos, fuera de control, como si bailaran un baile velocísimo.
-¡Rictusempra!- un chorro de luz plateada alcanzó a Draco en el estómago y cayó de rodillas, desternillándose de risa.
-¡He dicho sólo desarmarse! ¡Parad!- gritó Lockhart pero Snape se hizo cargo de la situación.
-¡Finite incantatem!- Los pies de Potter dejaron de bailar, Draco
dejó de reír y ambos pudieron levantar la vista.Una niebla de humo verdoso se cernía sobre la sala. Draco levantó rápidamente la varita y bramó:
-¡Serpensortia!
Hubo un estallido en el extremo de su varita. De ella salió una larga serpiente negra que cayó al suelo entre los dos y se irguió lista para atacar.
-No te muevas, Potter- dijo Snape- Me encargaré de ella...
-¡Permitidme!- gritó Lockhart. Blandió su varita apuntando a la serpiente- ¡Volate ascendere!- se oyó un disparo y la serpiente, en vez de desvanecerse, se elevó en el aire unos tres metros y volvió a caer al suelo con un chasquido. Furiosa, silbando de enojo, se deslizó derecha hacia Finch-Fletchley y se irguió de nuevo, enseñando los colmillos venenosos.
En ese momento Potter se acercó a la serpiente y mirándola fijamente murmuró unas palabras que no comprendí. El reptil le devolvió la mirada, como si le entendiera.
-¿A qué crees que jugamos?- gritó Justin enojado y asustado para después abandonar el Gran Comedor.
Snape se acercó, blandió la varita y la serpiente desapareció en una pequeña nube de humo negro. Se comenzaron a oír murmullos por todo el salón, acompañados de miradas inquietas.
-¿Eso era...? ¿Potter estaba hablando...?- titubeé.
-Pársel- finalizó Draco y los dos intercambiamos miradas.
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EL AMOR DE UN SLYTHERIN (Draco Malfoy y tú) ❤ [PAUSADA]
Fanfiction"Cuando la conocí pensé que podría llegar a enamorarme de ella" 📌Historia ganadora del tercer puesto en los AwardsPotterhead