13: Satélite Lunar

2.2K 220 22
                                    

Pelearon mucho con Risu para arrastrarla al médico y obligarla a pasar un chequeo en condiciones, todo para llevarse la peor de las noticias: su desgarro era de Grado 2, lo que implicaba un mínimo de cuatro semanas para su recuperación y posterior utilidad de nuevo. Miura fue dura con Risu al criticarla, aunque la pequeña no oía nada que no supiese. Lo que más le dolía era ver el rostro inflexible de Ushijima mirarla fijamente, como si estuviera desilusionado.

- Per-perdón... - Intentó disculparse, agachando su cabeza ante sus dos mayores. Oyó un soplido de Miura, pero no llegó a atinar en adivinar el qué le decía a Ushijima.

- Dejo el resto en tus manos. – Le dijo la capitana, dejando solos a los dos zurdos.

- ¿Crees que un perdón es suficiente, Nanazaki?

Eso era incluso más duro que ver el rostro de desilusión de Ushijima, y era el tener que oírle durante sus duras reprimendas.

- Lo sé... Pero... Yo... - Intentaba explicar Risu, pero no había manera de llegar a articular alguna palabra.

- Estarás un mes sin poder si quiera entrenar, y has dejado a tu equipo desprovisto de su jugadora estrella. Para empezar deberías de disculparte con ellas, y aunque de seguro te perdonen, no implicará que lo que has hecho sobraba.

- ¡Lo sé! – Tuvo que alzar la voz para hacerse presente, para hacer presente su dolor, su aflicción que bombeaba por cada vena de su cuerpo. Apretó sus dientes en un severo intento de dominar su malestar e ira para no seguir estallando de esa manera.

- Quiero hacerte una pregunta, Nanazaki. – El temple de Ushijima descendió. Su voz se quitó esa dureza de encima, y apoyó su enorme mano sobre el hombro de Risu, agachándose hasta quedar a su relativa altura –. ¿Esta valiendo la pena el sacrificio que estás haciendo? Sabes que como sigas así perderás más de lo que ganarás, ¿verdad?

- Lo valdrá... ¡Todo valdrá!... – Exclamó dolida, escondiendo sus ojos acuosos detrás de sus mechones –. No tengo ni un minuto que perder... No puedo ir al mismo ritmo que los demás... Simplemente no puedo...

Ushijima suspiró pausado, con una fría calma. Soltó su agarre y reincorporó de nuevo, quedando varias cabezas más alto que Risu:

- Pues de momento, acabas de retasarte un mes por ti misma. – Sentenció con una dureza inusual, tomando el camino para irse, dejándola sola en su intento de controlar su frustración.

Durante las primera semana ambas ramas del club de vóley ganaron el Inter-High. Ambas enfrentando a Aoba Josai en las finales. Risu sólo se pudo contentar con ir a verlos y gruñir desde las gradas. Odiaba no poder jugar, y ese cabestrillo del que colgaba su brazo izquierdo le era un incordio. Igualmente, gracias a la "amabilidad" de Miura, Risu pudo formar parte de la foto de equipo que se expondría en las vitrinas del instituto.

Ya sólo le quedaba recuperarse y volver a entrenar para el torneo de selección para representante de la Prefectura.

- Gra-gracias por acompañarme... de nuevo... - Musitó decaída Risu al llegar a su casa, evitando mirar a Ushijima.

Él no respondió. Se quedó callado, en completo silencio observó la casa que tenía en frente suya. Desde la primera vez que la vio notó un aura de soledad y frialdad, y todas sus dudas se disiparon cuando entró junto a Miura. Le costaba creer que no viviese nadie ahí salvo Risu, pero tampoco quería preguntar, no creía que fuese el momento adecuado.

- Si necesitas algo sólo llámame. – Rompió él mismo el silencio, dejando pasmada a Risu. Ella asintió y musitó un simple monosílabo en señal de afirmación.

Risu observó apenada como Ushijima se marchaba. Sentía una pesadez en su pecho, una carga inmensa sobre sus hombros. Mentalmente tampoco se libraba; la pelea sentimental y racional que libraba la agotaba más, y porque en parte se sentía feliz, contenta de que el mayor estuviese más cerca de ella, se preocupase y tanto como para haberle dado su número de teléfono, pero al mismo tiempo sentía esa cercanía fría, gélida mejor dicho. Era más por obligación que por gusto, y eso la incomodaba.

Haikyuu: Shiratorizawa /#Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora