- ¡Uno más! – Gritó desesperada Miura, levantando la pelota para Risu hacia el costado izquierdo.
La rematadora opuesta se elevó contra el bloqueo de las reinas, aunque su disparo fue recibido por la defensa, elevando la pelota de nuevo.
En 20-20 se atascó el marcador. Ningún equipo cedía un solo punto, y ya hacía más de dos minutos que todas recibían, se tiraban, armaban y remataban para empezar de nuevo ese ciclo sin que pudiesen anotar un solo punto.
Naomi y Risu, las dos estrellas del partido, estaban viviendo sus minutos más negros. Por mucho que intentaban sacarse maravillas de encima, el resto del equipo respondía fastidiando la jugada.
El barullo del gimnasio era intermitente. A veces aplaudían a todas las jugadas independientemente del equipo al que apoyasen, y otras tantas guardaban silencio para no interrumpir la concentración de las jugadoras.
Querían que la pelota fuese protagonista, y lo estaba siendo. Cientos de ojos clavados en la cancha donde seis chicas se enfrentaban contra otras tantas iguales en busca de la ansiada victoria.
- ¡Sí!
El cielo estaba un poco más cerca.
Naomi chilló con todo su ser cuando su remate superó el bloqueo rival, poniendo el 21 en el marcador, posicionándose en el set point.
- E-esto... - Balbuceó Risu, inflando y desinflando su pecho a ritmos descompasados –. Esto no... quedará así... - Logró finalizar, secándose el sudor de la frente con el antebrazo.
Todo su pelo estaba chorreando de manera literal agua. Goterones de sudor bailaban por su frente, y seguían el recorrido por sus mejillas y cuello hasta perderse por la quijada, calando la camiseta.
Se sentía pesada, lenta y torpe. La camisa la tenía pegada al cuerpo como una pegatina, adherida a su piel como una capa protectora.
Encima le tocaba servir a ella, y ya no se arriesgaba a realizar su saque más fuerte, no lo tenía dominado, y con set point en contra cometería un suicidio del que nunca se recuperaría.
Sacó como mejor sabía, fuerte y contra la más débil en recepción.
La chica llegó a tocar la pelota, pero el cansancio también influía para las reinas. El esférico se le escurrió de los antebrazos, salió descontrolado hacia el lateral, e incluso una compañera logró tocarlo antes de que cayese al suelo, pero su recepción forzada fue mala, acabando en punto para Shiratorizawa y de nuevo tablas.
Risu servía de nuevo, y esta vez no dudó.
Retrocedió más, corrió algo tosca y pesada, pero decidida, y golpeó el balón con suma fuerza, impregnándole toda la potencia de la carrera y el salto. Un zurdazo devastador que se estrelló contra el filo de la línea lateral derecha, pero punto al fin y al cabo.
- ¡Usaaaaaaaaaaaaaa! – Bramó la pequeña al lograr el punto que las colocaba en match point.
- Uno más, Risu... - Susurró Miura, mirándola. Risu asintió, tomó la pelota entre sus manos y se posicionó para su saque.
No sacó de la misma manera. Se tomó un segundo de más para pensar y no para retroceder más. Su anterior saque ya había sido difícil, y otro igual podría alargar en demasía eso, y según su propio auto-análisis, sólo estaba para una jugada, media más si su saque no fructificaba.
Un impacto seco con la palma de la mano, un tiro mucho más lento y pesado que los anteriores. Sus hombros simplemente no daban para demasiado más. La defensa rival casi se arrastra para poder recibir ese saque con sus antebrazos. La bajada le caía a Naomi, pero ella no tenía intención de armar una jugada.
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Haikyuu: Shiratorizawa /#Wattys2016
FanfictionShiratorizawa, la academia más prestigiosa e importante de la Prefectura de Miyagi, y como tal tiene casi el deber de destacar y ganar aquellos campeonatos donde participen. El club de vóley es uno de los pilares de la academia, tanto el masculino c...