1-Adelina Amouteru

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Cuando era una niña, mi madre se pasaba largas tardes contándomeviejos cuentos populares. Recuerdo una historia particularmente bien.
Érase una vez, un príncipe codicioso que se enamoró de una chica
mala.
El príncipe tenía mucho más de lo que necesitaba, pero nunca era suficiente.Cuando se enfermó, visitó el Reino del Gran Océano, donde el Inframundo seencuentra con el mundo viviente, para negociar con Moritas, la diosa de la Muerte,para conseguir más vida. Cuando ella se negó, él le robó su oro inmortal y huyó a lasuperficie.
En venganza, Moritas envió a su hija Caldora, el ángel de la Furia, pararecuperarlo. Caldora se materializó de la espuma del mar en una cálida nochetormentosa, vestida con nada más que seda plateada, una fantasma dolorosamentehermosa en la niebla. El príncipe corrió a la orilla para recibirla. Ella le sonrió y letocó la mejilla.
—¿Qué me darás a cambio de mi afecto? —le preguntó—. ¿Estás dispuesto adesprenderte de tu reino, tu ejército y tus joyas?
El príncipe, cegado por su belleza y ansioso por alardear, asintió.
—Todo lo que quieras —le respondió—. Soy el hombre más poderoso delmundo. Ni siquiera los dioses son rivales para mí.
Así que le dio su reino, su ejército y sus joyas. Ella aceptó sus ofrendas conuna sonrisa, solo para revelar su verdadera forma angelical: esquelética,monstruosa y con aletas. Luego quemó su reino hasta los cimientos y los arrastróbajo el mar hasta el Inframundo, donde su madre, Moritas, esperabapacientemente. El príncipe intentó una vez más negociar con la diosa, pero erademasiado tarde. A cambio del oro que había robado, Moritas le devoró el alma.
Pienso en esa historia ahora, mientras estoy con mi hermana en la cubierta deun barco mercante, mirando hacia la orilla donde la ciudad-estado de Merroutas seeleva en la niebla matutina.
Algún día, cuando yo no sea nada más que polvo y viento, ¿qué historiacontarán sobre mí?
Érase una vez, una chica que tenía un padre, un príncipe, una sociedad deamigos. Luego la traicionaron y ella los destruyó a todos.

The rose societyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora