13.- Adelina Amouteru

26 1 0
                                    

Ya estoy empezando a perderla en la calle llena de gente. Una capa de viaje oculta la mitad de su rostro, su figura casi se pierde en medio delos caballos y las carretas.

-Esa chica -le murmuro a Magiano. Inclino la cabeza en dirección aGemma-. Es una de las Dagas. Lo sé.
-¿Estás segura? -me contesta con una mirada escéptica.
-Adelina tiene razón -interrumpe Sergio, siguiendo con los ojos a Gemma.La miramos hasta que se detiene para hablar con el marinero de un barco-. Ese esel Ladrón de Estrellas.
Empiezo a moverme.
-Si están aquí, quiero saber lo que están planeando. Voy a seguirla. No dejenque sepa que estamos aquí.
Delante de nosotros, Gemma llega al final del puerto y gira en una callesinuosa. Sergio estira la cabeza con los ojos fijos en ella como si pudieradesaparecer en cualquier momento.
-Vamos a seguirla -me dice en voz baja-. Me gustaría saber por qué esasDagas están aquí.
Espero a que se abra camino a través de la multitud sin escuchar mirespuesta, pero para mi sorpresa, me mira expectante.
Toma un momento darme cuenta de que está esperando que responda.-Sí -le digo con un murmullo.Es todo lo que necesita. Intercambia una mirada con dos tripulantes de la
nave que deben ser sus compañeros.
-Cuenten conmigo como curioso -susurra Magiano. Asiente una vez en midirección y desaparece entre la multitud.
Violetta se inclina hacia mí.
-Mira -me dice, señalando sutilmente a Gemma-. El marinero con el que lavimos hablar. Se dirige ahí también.
Mi hermana tiene razón. Veo la parte de atrás de su cabeza entre la gente. Se ríe con algunos niños que se cruzan en su camino, pero no hay duda, debe estar siguiendo a Gemma también.


Toco el brazo de Violetta.

-No camines demasiado cerca -le digo mientras comienzo a andar. Tejo una ilusión sutil sobre su rostro para cambiar sus facciones y hacerla irreconocible para Gemma si voltea sobre su hombro.

Entre la multitud, Magiano entra y sale de mi vista. Cuando miro a mi derecha, veo el cabello de Sergio entre la gente. Nos movemos juntos, desorganizados pero coordinados. Me acuerdo de la primera vez que vi a las Dagas ir de misión y una oleada de emoción corre por mi espina dorsal.

Vamos por la misma calle que Gemma entró. La veo mirar sobre el hombro al perro que todavía camina fielmente detrás de ella. Sonríe, se agacha y le frota las orejas. Aunque conozco su poder, estoy sorprendida de ver la obediencia del perro que, como si fuera conducido por una mano invisible, se aleja sin mirar atrás. Me deslizo entre dos grupos de personas y miro la escena sobrecogida. Hay algo tranquilo y acogedor en ese pequeño vínculo entre la chica y el perro. ¿Cómo se sentirá aprovechar la alegría y el amor en vez del miedo y el odio? ¿Qué tipo de luz tiene ese hechizo?

La pierdo un par de veces en medio de la multitud, camina saliendo de las secciones de comercio del puerto por una pequeña colina hasta lo que parece una taberna al final de la calle. Miro detrás de mí, preguntándome dónde están Magiano y Sergio. Violetta camina varios pasos detrás de mí, deteniéndose de vez en cuando para trabajar en los bolsillos de la gente.

Por último, Gemma pasa por la entrada principal de la taberna. No trata de entrar, sino que camina por una calle lateral y desaparece de la vista. Me apresuro, tratando de mantenerme en las sombras de los edificios. No muchas personas vagan por aquí. No hay Inquisidores a la vista. Espero a que la calle se vacíe y me envuelvo en hilos de energía. Me mezclo en las sombras, me convierto en las sombras. Nadie distingue mi figura invisible dirigiéndose a la taberna.

Giro en la calle donde Gemma dio vuelta y me detengo en la esquina.

Ella está de pie en la entrada trasera de la taberna con varias personas, es un espacio tan estrecho y sombrío que nadie pensaría en pasar por aquí. Reconozco a Lucent de inmediato, sus rizos de cobre están recogidos de nuevo en una cola espesa y tiene el ceño fruncido. Veo a Michel, pero no a Raffaele. Hay un chico calvo que no reconozco hablando en voz baja con Gemma. El marinero que vimos en el muelle también está aquí, junto con un par más. ¿Son reclutas de la Daga? Parece como si todo el mundo se hubiera reunido para esperar a Gemma. Me aseguro de que mi invisibilidad esté funcionando y me adelanto. Sigo hasta que sus voces llegan y puedo entender lo que están diciendo.

The rose societyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora