La Cruzada: El chico de las Estrellas.

Asalto V: Y una semana después.

Siete días habían transcurrido desde el incidente con el Ignis de Blue, el muchacho azabache ya se encontraba en plena totalidad de su aptitud física y además, el sastre personal del Castillo era bastante bueno pues además de recomponer sus ropas también hizo otras prendas para el uso del muchacho.

En realidad durante en su estadía en el Castillo Aberdroth el joven estuvo siendo tratado como un príncipe, como si perteneciese a la realeza, inclusive teniendo mayordomos bajo sus ordenes directas, claro esta que toda la magia de ser un personaje de la nobleza acababa a la hora de entrenar con Charlie, la hija de Charlotte Aberdroth quién además poseía un carácter igual o peor al de su propia madre. 

Durante los entrenamientos la mano dura de Charlie sobre Blue causaron varias disputas entre ambos jóvenes que al final fueron apaciguadas por la misma Charlotte antes de que ambos se mataran entre si, pero en realidad el duro entrenamiento de Charlie sobre el azabache estaba dando sus propios frutos pues ahora Blue era capaz de crear su propio fuego, aunque débilmente pero aún así le servia lo suficiente como para defenderse a si mismo de cualquier amenaza. 

 — Estás listo, supongo.— Exclamó Charlie mientras sus ojos se cristalizaban y se llenaban de lagrimas, Blue extrañado se acercó a la chica y preguntó.— ¿Qué diablos te pasa? ¿Por qué razón lloras?— Preguntó preocupado y entonces la chica de cabellos violeta se cubrió en rostro con sus manos y entre sollozos respondió.— Es que... estoy orgullosa de mi misma, soy una gran maestra.— Exclamó para luego hacer una pausa y volver a hablar a continuación, pero esta vez dejando de llorar.— Mira que, el hacer que alguien tan retrasado como tú pudiese usar magia en tan corto tiempo, soy excelente.— Exclamó soberbia mientras golpeaba la palma de su mano con su propio puño.

Ante la inminente burla, Blue simplemente arqueó una ceja y encendió un poco de fuego en su dedo indice y lo acercó al cabello de la peli violeta el cual comenzó a incendiarse, ante esto la chica solamente reacciono exaltándose y tratando de apagar las llamas de Blue.— Anda, sigue burlándote de mi.— Exclamó el chico entre carcajadas al observar la reacción de la chica. 

Entonces antes de que pudiesen matarse entre ellos, Charlotte apareció entre ambos, levantando el polvo del suelo.— Muy bien chicos, basta de peleas, Blue has completado el entrenamiento del Ignis con una velocidad increíble, si bien es cierto que aún no puede usar si quiera cerca del 50% de tu propio poder en verdad creo que ya estas listo para que sepas esto.— Dijo la pequeña mujer mientras de su bolsillo sacaba una paleta de colores y comenzaba a lamerla tal cual como si fuese una niña. 

— ¿Saber que cosa?— Preguntó Blue a la pequeña de ojos esmeraldas.— Ah si, toca mi hombro y te explicaré al respecto, y tú también Charlie.— Se dirigió a su hija quién estuvo manteniendo silencio durante todo el rato pues se encontraba buscando la manera de apagar las flamas de su ahora chamuscado cabello. 

Ambos muchachos hicieron caso a las palabras de la mujer y cada uno toco el hombro de la pequeña chica que mientras se mantenía comiendo su paleta de dulce y observando al vació desapareció junto con los chicos y de repente aparecieron en un cuarto oscuro con un escritorio de madera que lucia pesado y alumbrado tenuamente con una pequeña lampara de fuego. 

 — ¿¡Qué diablos paso!?— Preguntó Blue mientras ladeaba la cabeza de lado a lado para darse cuenta de que el escenario donde se encontraba ahora era totalmente diferente al patio donde se había mantenido entrenando durante una semana y poco más. — Magia de tele-transportación.— Respondió Charlie con un tono seco mientras asomaba la vista por la única ventana que mostraba la habitación la cual era tan pequeña que apenas atravesaba la luz del día.

 — Bienvenidos a mi oficina.— Exclamó mientras se sentaba en la silla de madera que se encontraba frente al escritorio la cual de hecho era bastante grande, lo suficiente como para hacer ver a Charlotte como una pequeña niña. — Ahora si Blue.— Dijo mientras terminaba su paleta.— Hablemos de lo importante, creo recordar decirte que te contaría todo lo que sabia respecto a tus familiares cuando llegaste aquí, aunque en realidad solo te conté de la magia que ambos podían utilizar.— Blue asintió con la cabeza mientras a sus espaldas Charlie se daba la vuelta para oír también la conversación.  

 — La verdad es que, no sabemos el paradero de tus familiares, tanto Giulianno como Green desaparecieron en circunstancias desconocidas.— Dijo la chica mientras lanzaba una mirada fría al joven azabache quién por su temperamento debió de enojarse y destruir todo a su paso, más sin embargo este se mantuvo calmado. — ¿Están vivos al menos?— Exclamó con suavemente, como si no tuviese ganas de hablar, Charlotte hizo silencio por unos momentos pero luego respondió a su pregunta.— Tampoco tenemos ese conocimiento en nuestras manos, pero considerando de quienes hablamos, la probabilidad de que estén vivos es superior a la probabilidad de que estén muertos.— Musitó tratando de dar ánimos al joven y al parecer tuvo éxito pues Blue quién se mantuvo cabizbajo alzó la cabeza frente a esa respuesta. — ¿¡Vivos!? ¿Donde puedo encontrarlos?— Dijo el pelinegro mientras apoyaba fuertemente sus manos en el escritorio.

— Por ahora, solo conocemos los terrenos de mi reino, y aún así no has visto todo el reino Aberdroth en su totalidad, el mundo exterior es un lugar crudo y hostil, allí se encuentran tus respuestas pequeño Blue. Ahora que puedes manejar Ignis puedo confiarte en que no morirás por ahí más sin embargo que estés vivo es una prioridad para mi y mi reino, pues es una promesa que hice a tu padre.— Hizo una pausa para tomar aire.— Charlie te acompañara en tu viaje, su misión es procurar que no mueras como un idiota.— Dijo mientras dirigía su mirada hacia la joven que se encontraba recostada en la pared la cual se sorprendió lo que significaba que probablemente no sabia nada al respecto.

 — Y también, estarás bajo la custodia de mi guardaespaldas personal y guerrero más fiel.— Dijo antes de que si quiera Blue o Charlie pudiesen decir algo al respecto.— ¡Laven!— Vociferó la pequeña mujer desde su escritorio y la gruesa puerta de madera de la Oficina se abrió para dejar ver a un muchacho incluso más alto que Blue, de ojos amarillentos y una mirada de pocos amigos.

Vestía unos pantalones de cuero negros y una camisa de mangas largas de color naranja, aunque una de ellas cubría su brazo derecho por completo y la otra estaba recogida dejando ver su brazo izquierdo cubierto de tatuajes. En su espalda reposaba una imponente espada de color negro con detalles en rojo y plateado.

Ante la vista de aquel guerrero Charlie no pudo evitar sonrojarse un poco y Blue por otra parte se sintió intimidado ante la apariencia de aquel hombre. 

 — A su orden, señora.— Dijo el hombre de la espada con una gruesa y profunda voz mientras se arrodillaba para mostrar respeto ante su ama y señora.