La Cruzada: El chico de las Estrellas.

Asalto XX: Todo esta bien.

El incesante y molesto ruido de metales chocando nunca cesaba, allí se encontraba Laven protegiéndose de los ataques de Dullahad valiéndose de nada más que su brazo mecánico. — Es suficiente. — Con un tono altanero Laven detuvo a mitad del ataque uno de los hachazos de Dullahad, sosteniendo el filo del arma con una sola mano. — A jugar a otro lado. — Apretando un poco el hacha, esta se resquebrajo completamente volviendo el filo del hacha simples trozos de metal. — Forza. — El puño mecánico de Laven se recubrió con una aura blanquecina y entonces aprovechando el momento golpeó fuertemente en el estomago a Dullahad.

Atravesando completamente su armadura conectando directamente con su abdomen desnudo. — A tu casa. — El golpe esta vez era incluso más potente que otros anteriormente propinados por parte del azabache, esta vez Dullahad fue a chocar contra el techo del castillo. — ¡¡¡Accheleratto!!! — Musitó Laven casi susurrando y en un abrir y cerrar de ojos se posicionó tras Bastion. — ¡Forza Knock! — Al momento en que Bastion se dio cuenta de que Laven se encontraba a sus espaldas Dullahad apareció de la nada a escasos metros sin embargo era demasiado tarde.

Con un simple golpe con el dedo de Laven directamente en la pechera de Bastion, fue suficiente como mandar a volar al Twilight Fang directo contra una de las paredes del amplio salón, sin embargo cuando sucedió hizo y finalmente Bastion chocó con la gruesa pared Dullahad se detuvo en seco y su cuerpo cayó al suelo como un plomo. ¿Qué diablos había sucedido? Laven había entendido. — Ya veo... — Poco a poco Laven empezó a acercarse a paso lento hacia el cuerpo de Bastion quién trataba de moverse pero aún así su cuerpo no le respondía. — Es inútil, con mi golpe acabo de arrebatarte la movilidad en todo tu cuerpo, agradece que aún puedas hablar... — Laven levantó a Bastion sujetándolo del cuello. — Han lastimado a mi ama, di tus últimas palabras. — Sin que Laven se diese cuenta Dullahad empezó a moverse a sus espaldas y blandiendo ahora el martillo de Bastion se lanzó sigilosamente contra el guerrero de Aberdroth.

— ¿Ultimas palabras? Jejeje.... ¡¡¡MUERE!!! — Al decir eso Dullahad apareció por encima de la cabeza de Laven, haciendo eso del gran martillo metálico de Bastion de tonos naranjos para aplastar la cabeza del guerrero. — Bisphorana: Atom... — Una serie de explosiones se produjeron incesantemente alrededor y por sobre Dullahad, lo suficientemente potentes para arrancarle uno de sus brazos al guerrero y además derribar su enorme cuerpo. — Magia para controlar cuerpos... quizás a eso se debía la casi nula capacidad de movilizarte que tienes... — Bastion al ver el cuerpo en mal estado de Dullahad empezó a llorar levemente. — Tch... el señor Grydamor, el señor Grydamor me lo prometió... — Bastion con la poca fuerza que le quedaba se cubrió el rostro para que no pudiesen ver sus lágrimas.

— El señor me prometió que volverías a caminar, perdóname... — La voz de Bastion se apagó, su pecho fue atravesado completamente por un puñetazo de Laven causándole la muerte inmediata. — Usar a aquellos que descansan en la capital de los muertos para tus propios beneficios... — Laven sacó su brazo del agujero que había creado en el ahora inerte cuerpo de Bastion. — Me dan asco, Twilight Fang. — Con un tono sombrío, el guerrero trono sus nudillos y abandonando la habitación donde había sucedido todo el encuentro, mientras lagrimas desbordaban de su rostro. — Ama... — Su voz se quebró.

Blue abrió sus ojos, lo último que recordaba era aquella figura de voz tierna que lo sujeto mientras estaba al borde de su muerte y además el intento suicida de Draekus, más allá de eso su memoria no daba para más. — ¿Dónde... — Blue pudo notar que su cuerpo estaba siendo arrastrado. — ¿Dónde diablos estoy? — Preguntó, entonces fue arrojado contra el suelo y ahí pudo ver con claridad.

Era una pequeña niña de cabello violáceo y ojos esmeraldas. — ¿¡Charlotte!? — Blue sorprendido se puso de pie inmediatamente ¿Era un fantasma acaso? — Oh cállate, escandaloso... — Le regaño Charlotte dándole un puñetazo, efectivamente era la Charlotte de siempre. — ¡¡¡Pero moriste envenenada, todos los vimos!!! — Cuestionó Blue. — Por dios, ¿consideras que un veneno tan débil es capaz de matarme? Solo me quede dormida, esa conversación que estaban teniendo Charlie y Johaness era aburrida... — Exclamó desviando la mirada, Blue aún no podía aceptar lo absurdo de esa respuesta. — Veo que han tenido problemas... sujeta esto. — Charlotte arrojo el inconsciente cuerpo de Draekus a Blue, quién lo recibió sorprendido. — ¿Qué? ¿Por qué le has salvado? — Cuestionó el azabache.

— Este chico solo está confundido... además, es de la familia real de todas maneras, he curado sus heridas, quizás en unos minutos despierte, mientras tanto llévalo tú, ya me cansé de arrastrarlo. — Exclamó berrinchuda mientras volvía a caminar. — Gracias por salvarnos allí afuera de la magia de este loco. — Dijo Blue refiriéndose al Erased Universe de Draekus, sin embargo la verdad era otra, el único que salvo a Blue fue el mismo. — Supuse que solo ibas a terminar muriendo como un inútil. — Mintió Charlotte, luego de un rato de caminar llegaron al salón más grande de todos, el trono del rey donde había sucedido la lucha entre Grydamor y Charlie.

Desde otra de las puertas apareció Laven bastante dañado, todos observando un mismo punto, el moribundo cuerpo de Charlie. — ¡¡¡Charlie!!! — Se escucho al unisonó el grito de los tres, Charlotte, Blue y Laven quienes salieron corriendo lo más rápido posible.

De las mejillas de Charlotte empezaron a resbalar lágrimas. — Hija... — Era la primera vez que Charlotte demostraba emoción alguna, Blue dejó a un lado el cuerpo de Draekus mientras levantaba el cuerpo de Charlie del suelo.

Su rostro estaba cubierto de sangre con los ojos desorbitados y todo su cuerpo y vestimenta estaba manchada de carmesí, y era imposible no notar que faltaba un brazo allí, además de su evidente cuerpo perforado, Blue no evitó soltar lágrimas, la imagen era horrorizante.

Laven cubrió su rostro completamente, ¿Cómo Charlotte estaba viva si murió envenenada supuestamente? Poco le importaba ahora, la impotencia que sentía era increíble. — Yajaja... entonces al final ganó yo... — Se escuchó una voz gruesa, era Grydamor que sin poder moverse levantó su cara para dejar ver su sonrisa de regocijo. — ¡¡¡GANO YO, GANO YO, GAN... — En su estado de locura Grydamor fue detenido, algo lo silencio, algo hizo que sus aires de grandeza desaparecieran.

Allí se encontraba Charlotte, la serena mujer había arrancado de un golpe ambos brazos del hombre, o de lo que quedaba de su cuerpo, acto seguido Charlotte utilizando alguna especie de magia de gravedad aplasto incontables veces el cuerpo del Twilight Fang. — Desaparece y conviértete en polvo de estrellas... — Charlotte hizo un movimiento de su mano y entonces el cuerpo de Grydamor salió disparado a velocidades gigantescas hacia arriba, atravesando el techo, sobrepasando los cielos, quemando su piel al sobrepasar la atmosfera y finalmente congelándose en el espacio y explotando en miles de cristales que se esparcieron por todo el cosmos.

Al morir Grydamor, su lanza se rompió en miles de pedazos y al mismo tiempo, el cristal verde con el que había sido atrapado Johaness, el cual emitió una luz verde expulsando nuevamente al rey, al parecer seguía vivo, simplemente fue absorbido.

En una mezcla de tantas emociones y sorpresas Blue sintió un tacto frio en su mejilla, cuando dirigió su mirada al origen de ese frio toqueteo, era Charlie quién con las últimas de sus fuerzas toco levemente la mejilla del azabache. — ¿B... Blue? — Susurró de manera casi inaudible, un susurro que solamente Blue podía oír.

Esta vez sus lágrimas no podían contenerse, Blue explotó en un mar de lágrimas vociferando con todas sus fuerzas. — ¡¡¡ESTA VIVA, ELLA ESTA VIVAAAA!!! —

Charlotte volvió en sí, Laven se tranquilizo, Johaness quién no terminaba de entender se quedo observando el cuerpo de Draekus, quién poco a poco estaba abriendo sus ojos, ahora todo estaba bien.