Asalto XXIII: Camino a Bogdan.

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De alguna manera Charlotte logró a convencer a Johaness de perdonar los pecados de su hermano, los días pasaron y a los pueblerinos se les hizo saber que la ejecución se llevo a cabo sin problemas y que la intromisión de Blue solo fue la ilusión de un mago bromista.

Como campesinos no tuvieron objeciones en creer una historia tan poco elaborada y contentos volvieron a sus labores diarias.

Ya era el momento de seguir la aventura, el trío de Aberdroth fue completamente equipado con provisiones, mapas, utensilios, bolsas para dormir además de que durante los días que permanecieron en Haidemhalt mientras recuperaban fuerzas nuevo ropaje les fue confeccionado.

Por parte de Blue, muy a su pesar se vio obligado a dejar de utilizar su suéter con capucha pues no era apto para el combate, su ropaje ahora constaba de una ligera camisa de cota de malla y encima de esta una camiseta negra de mangas largas con la frase "Bad boy" impresa en la camisa y bajo la oración estaba un dibujo de una llama color azul.

A pesar de básicamente estar "atrasados" tecnológicamente en la dimensión espejo el concepto de moda se manejaba al mismo nivel que en el mundo real, sus pantalones negros fueron reemplazados por unos jeans oscuros y sus converse azul rey desaparecieron para dejar paso a una botas de seguridad color negro que casi llegaban a las rodillas del muchacho.

Puede que pareciese una vestimenta normal, pero la verdad era otra pues la ropa confeccionada estaba hecha con hilos de acero, brindando además protección extra.

— Me gustaba más mi otro conjunto... — Exclamó Blue con desprecio. — No seas mal agradecido, joder. — Le regañó Charlie, quién vestía un suéter de presunta lana de color violeta que no poseía tirantes, dejando ver sus hombros, el suéter estaba acompañado de unos pantaloncillos jeans de color negro que mostraban las piernas de Charlie que en gran parte estaban cubiertas por sus distintivas medias largas.

Como la ropa de Blue, la de Charlie también estaba confeccionada con hilos de acero, su conjunto terminaba con unas botas grises que llegaban hasta los tobillos de la chica.

— Además el peso extra de todo este hilo de acero nos sirve de entrenamiento también. — Dijo Charlie levantando el dedo como si estuviese explicando algo a un niño pequeño.

— ¿Podéis parar de pelearos entre vosotros? — Los regaño Laven, llevaba una gabardina negra con tonos detalles gris que le cubría todo el cuello, la gabardina tenía una manga descubierta dejando ver el brazo mecánico del guerrero, en su espalda reposaba la gran espada de proporciones exageradas.

En la parte inferior, Laven vestía un pantalón negro sin más y unas botas color marrón, y como el resto de vestimentas, también estaba confeccionada con hilos de acero.

Los tres cargaban equipaje y además un carruaje tirado por caballos estaba con ellos, se encontraban en la salida del reino. — ... — Una cuarta persona estaba con ellos y no era Charlotte, vistiendo una gabardina roja bastante corta y que además no poseía mangas, pantalones grises en una tonalidad bastante apagada y en vez de usar zapatos o botas comunes estaba utilizando las botas de un armadura de caballero así como los guantes también.

Era Silford, ese cabello blanco es inconfundible, tenía el cuello de su gabardina abierto, dejando ver tanto su cuello como una pequeña parte de sus pectorales, a diferencia de Laven quién tenía cerrada completamente esa zona de su ropaje.

Silford llevaba una espada bastante más corta y pequeña que la de Laven, no tenía nada especial más allá de que estaba hecha de un metal rojizo, tal cual la espada que Blue le destrozó en su combate.

A diferencia de Laven que la llevaba en su espalda, Silford la llevaba a uno de los costados de su cuerpo.

El sol estaba saliendo y aparecieron Charlotte como Johaness desde el castillo. — Vaya, era hora... — Exclamó Blue bostezando. — Así que ya es hora de partir, primero... quisiera pedir perdón por todos los inconvenientes causados, el hecho de que tuviesen que detener un ataque a un reino que no les compete en lo absoluto solo es una gran muestra de la bondad que ustedes poseen. — Johaness hizo una pausa. — Realmente estoy agradecido de haberlos tenido aquí... Sin más que decir, partid ahora que el viento esta a vuestro favor y dejad que las brisas del norte os lleven por el camino correcto mis estimados jóvenes y salvadores. — Johaness hizo una reverencia.

Hubo silencio por un momento, como si estuviesen esperando que Silford o Johaness dijesen algo, pero nadie dijo nada. — Madre, ¿Iras a casa más tarde no? — Preguntó Charlie por otro lado ya que cayó en cuenta de la situación. — Oh si, solo terminaré de hablar unas cosas con Johaness y me marcharé, buena suerte en el viaje... cuídate. — Charlotte tomó la mano de su hija y esbozo una sonrisa, el cuarteto subió al carruaje y este empezó a marchar conducido por Laven.

— ¡¡¡Adiós!!! ¡¡¡Señora Charlotte, Johaness!!! — Blue se asomó por una de las ventanas sacando la mitad de su cuerpo para despedirse de forma energética. — Así que... ¿Sin más que decir? — Las palabras de Charlotte dieron directo en el clavo, Johaness tomo una gran bocanada de aire y en ese momento dejo de ser el rey Johaness para ser Johaness, el hermano mayor de Silford. — ¡¡¡SILFORD!!! — Exclamó con un gran grito, Laven detuvo el carruaje en el interior Charlie soltó una pequeña risa y Silford quién era el que menos esperaba esto quedo totalmente sorprendido. — ¡¡¡TE ESTARÉ ESPERANDO, HERMANO!!! — "Hermano", hacía tiempo que no oía esa palabra, Silford suspiró un saco su brazo por la ventana desde la cual estaba viendo el paisaje, levantó su dedo pulgar en símbolo de aceptación.

Johaness sonrió. — ¡¡¡TE LO VOY A TRAER SANO Y SALVO SEÑOR REY, LO PROMETO!!! ¡Jajaja! — Gritó Blue mientras era arrastrado de nuevo al carruaje que nuevamente se ponía en marcha. — ¡Un momento! ¿¡Acaso yo contraté guardaespaldas!? — Le regaño Silford a Blue sosteniéndolo del cuello de su camisa. — ¡¡¡No te hagas el interesante cabrón, que he sido yo el que te ha salvado el culo, no una sino dos veces!!! — Blue le gritó también comenzando una discusión entre ambos que fue calmada por un par de puñetazos por parte de Charlie. — Venga, calmados par de animales. — Silford se calmó con el golpe sin embargo Blue se levantó para refunfuñar a Charlie. — ¿¡Y a ti quién cojones te ha dado permiso de pegarme!? — Nuevamente fue silenciado por otro puñetazo de Charlie.

El carruaje estaba ya lejos, sin embargo los gritos aún podían oírse incluso en la entrada de Haidemhalt. — Entonces... ¿Ese es el chico de la estrella? — Preguntó Johaness. — ¿Interesante no? — Le respondió Charlotte, ante lo cual Johaness soltó un suspiro y luego dibujo una sonrisa en su rostro. — Interesante es poco... — Exclamó mientras se daba media vuelta para volver al castillo. 

La Cruzada: El chico de las Estrellas.Where stories live. Discover now