Asalto IX: Sueños.

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Los fuertes pisotones del monstruo retumbaban dentro de los troncos vacíos de los árboles caídos creando un extraño eco, el Rey Aim preparó sus afiladas garras para cortar en dos mitades al joven azabache.

Antes de que pudiese pasar cualquier otra cosa, el fuego acumulado en los brazos del chico se junto todo en sus manos y ahora el fuego naranja se había tornado de un color rojo intenso al ser el cúmulo de todas esas llamas.

– Hasta aquí...– Exclamó Blue dibujando una sonrisa en su rostro, cuando la bestia enloquecida estuvo a pocos metros del muchacho, el fuego acumulado salió disparado tomando la forma de un grueso y largo pilar de llamas. – ¡Freccia Di Fuoco! – Vociferó en un grito y entonces el pilar de fuego dirigido a la bestia atravesó por completo el cuerpo del Rey Aim y además siguió su camino quemando todo a su paso hasta que perdió potencia y se extinguió.

El pesado monstruo detuvo su paso y sus ojos perdieron su orbita escondiéndose entre sus parpados abiertos, escupió un chorro de sangre y finalmente cayó pesadamente sobre el pasto seco del bosque causando un eco retumbante en sus al rededores.

Una vez el monstruo dejo de moverse y retorcerse en el piso Blue suspiró por un largo rato y se dejo tumbar en el suelo.

Aún no estaba acostumbrado a usar el fuego sin usar su cuerpo como enlace entre su magia y el producto final, un ataque exterior como ese requería de bastante concentración y una gran cantidad de magia pero Blue sabia que en su condición física y su daño en la columna le iba a ser imposible luchar a plenitud.

Pocos minutos faltaban para que el sol se pusiera y la penumbra de la noche espectral se apoderará de todo el lugar, por fortuna los tres lograron salir del bosque a tiempo, sin enemigos a los cuales vencer ahora el camino fue relativamente corto pero aún así con Blue y Laven lastimados aunque no de gravedad el caminar del grupo fue más lento de lo que debía

A pocos kilómetros luego del Bosque de las mil noches, decidieron armar un campamento pues habían traído equipaje suficiente para ello y mucho más.

Laven quién se encontraba mejor de salud ahora fue a buscar leña mientras Charlie atendía la columna de Blue en el interior de una de las tiendas que montaron para pasar la noche.

– Joder, deja de moverte, así no puedo tratarte bien. – Se escuchó la voz de Charlie regañando a Blue quién inquieto y desesperado por el dolor no podía mantener la calma mientras la mujer revisaba y sanaba sus heridas.

– Claro, para ti es fácil regañarme, no tuviste que derrotar a un gordo gigante con la columna destruida. – Refunfuño. – Primero, yo sola hubiese podido con ese gordo asqueroso, desconoces mi poder. – Exclamó con soberbia. – Y segundo, no tienes la columna destruida, exagerado. – Dijo con un tono burlistico mientras empezaba a vendar el torso del chico.

– Ahora dime, ¿Cómo aprendiste a proyectar el Ignis fuera de tu cuerpo? Yo no te enseñe eso. – Exclamó la chica mirándole a los ojos, y aunque no tuviese nada que ver, el azabache no pudo evitar sonrojarse ante los hermosos ojos esmeraldas de la joven y su delicado y fino rostro. – Oh bueno... como veras... – Trató de hablar. –Mi primer contacto con la magia desde que llegue aquí fue con tu madre, ella uso esa extraña magia de aire para retenerme en la pared mientras hablabamos... – Guardo silencio por un momento. – Ella uso sus manos para dirigir el viento o lo que sea que fuese, durante las noches mientras dormias, yo practicaba eso a escondidas, pensé que si podía proyectar el fuego fuera de mi cuerpo seria aún más poderoso. – La chica sorprendida termino de poner las vendas en el cuerpo de joven y exclamó. – La magia es algo ligada al cuerpo del usuario, por ello es más usarla en el cuerpo del mismo, proyectarla fuera de este o despegarla de este como en el caso tuyo, es bastante díficil... Eres un prodigio por decirlo de alguna manera. – Dijo.

El joven quién se encontraba observando la palma de sus manos dirigió la mirada a la chica la cual agregó. – No es un halago, maldito idiota. – Dijo ocultando su notable enrojecimiento en las mejillas y saliendo de la tienda antes de que este pudiese verle. Luego de un par de minutos ya ambos jovenes vestían sus pijamas, la de Charlie constaba de un camisón rosa que le llegaba hasta los muslos y un pequeño pantaloncillo de mezclilla, por otro lado la ropa de Blue constaba del pantaloncillo rojo que siempre usaba para dormir y una camiseta negra de manga larga.

Laven volvió con montones de leña siendo arrastrada por una carreta que el mismo improviso al ir a cortar leña para el fuego. La fogata fue encendida y los tres miembros del equipo se reunieron a su al rededor mientras asaban algo de carne. – El día de hoy... – Exclamó Laven observando fijamente el fuego el cual se reflejaba en sus amarillentas pupilas. – El día de hoy no salió como planeaba, si bien es cierto que pudieron sobrevivir por su cuenta e incluso salvarme, la idea es permanecer unidos. – Dijo ahora llevando su mirada a Blue. – No hay lideres en este equipo, la única razón por la cual yo iba adelante era por que conocía el camino, en dado caso el lider se designara según la situación lo requiera. – Blue no dijo nada al respecto, solo se quedó callada y dirigió la mirada a Charlie quién también volteo a verle a el. – Si queremos vivir entonces hay que calmarnos y trabajar juntos, el Rey Aim casi no mata y disculpad mi imprudencia pero es en gran parte culpa tuya Blue. – Blue abrió la boca para reclamar, pero sin embargo luego de meditarlo un poco no dijo nada.

– Yo no tengo hambre, luego de decir esto con el permiso de ustedes iré a dormir a mi tienda, partiremos a primera hora de la mañana. – Dijo alejandose de la fogata y entrando a su tienda para dormir.

La noche pasó lenta, luego de comer ambos jovenes se metieron en su tienda de campaña pues además compartian ya que Blue no tenía una, ambos conversaron hasta altas horas de la noche sobre lo que podría pasar en el futuro de ahora en adelante, y poco tiempo después Charlie se durmió como una bebé y poco tiempo después lo hizo el peli negro también.

Estaba oscuro, totalmente negro, el peli azul abrió sus ojos para encontrarse en una habitación negra sin ningún tipo de luz y entonces a lo lejos una pequeña llama azul se encendió, instintivamente Blue se acercó a ella y mientras más cerca estaba su corazón se aceleraba y sus piernas temblaban.

En un punto Blue no quería avanzar más pero una extraña fuerza le arrastraba hacia el fuego azul que además se volvia aún más grande y sofocante y cuando estuvo a pocos metros de la llama azul, en esta se dibujo una extraña cara demoniaca soltando una risa málefica y entonces el fuego se expandió hasta carbonizar al joven quién soltó un grito desgarrador.

Abrió los ojos, se levantó agitado volteando a todos lados y sudando, solo fue un sueño... solo una pesadilla, Charlie se encontraba su lado durmiendo y la luna aún dominaba el cielo, todo estaba bien.

La Cruzada: El chico de las Estrellas.Where stories live. Discover now