La Cruzada: El chico de las Estrellas.

Asalto XXVI: Donde todo Comenzó.

La persecución continúo durante unos minutos, el azabache poco a poco iba ganando terreno e iba acercándose más y más a su objetivo.

Cuando los techos estaban a punto de acabarse y solo quedaba una gran plaza frente a los dos sujetos una pared luminosa en tonalidades rosas apareció frente al encapuchado tratando de cerrarle el paso.

— ¡Lo tenemos, Blue! — Exclamó Charlie mientras de un salto se subía al techo en donde estaba Blue, más abajo aún corriendo por las calles se encontraba Silford corriendo a toda velocidad arrastrando al pobre Boomu.

El encapuchado no detenía su marcha ¿Acaso planeaba atravesar la pared de Charlie? El hombre misterioso hizo un ademán con su brazo y entonces la pared luminosa de magia de la muchacha se partió en miles de pedazos.

— Incluso la magia tiene fecha de caducidad idiotas... — Habló por primera vez dirigiéndose al grupo con una voz gruesa e imponente pero que no mostraba o aparentaba mayoría de edad, era la voz de un hombre joven.

Blue aceleró el paso y de un salto justo en el último techo frente a la gran plaza se abalanzo sobre el sujeto sosteniéndolo desde la espalda y cayendo ambos en picada en la plaza de Boosburg.

La caída de ambos causo un estruendo y levanto una nube de polvo que se disipo rápidamente pero fue lo justo para llamar la atención de todos los transeúntes del lugar quienes rodearon a ambos sujetos en un círculo, circulo entre el cual Silford y Boomu se hicieron paso mientras Charlie observaba todo parada desde el techo del cual habían saltado Blue y el encapuchado.

— Muy bien, es hora de que respondas preguntas. — Exclamó sin importarle la presencia de la muchedumbre a su alrededor, retiro la capucha de la cabeza del desconocido dejando ver a un hombre de tez morena y cabello azabache, tenía una cicatriz que atravesaba todo su ojo izquierdo pasando por su frente y bajando hasta su mejilla.

El hombre y Blue intercambiaron miradas, los ojos de aquel sujeto era amarillentos y vislumbrantes, Blue se vio sumido en los ojos de aquel sujeto y entonces de nuevo, el tiempo se detuvo.

— Ve mis ojos, Chico de la Estrella. — Exclamó el extraño de ojos amarillos y lanzó una fulminante mirada a los ojos azules de Blue, con el tiempo detenido para todos excepto para ambos chicos de cabello negro Blue se quedó helado y entonces una luminosidad invadió su vista.

Blue no tuvo más opción que cerrar sus ojos pues de otra manera hubiese quedado ciego ante tal luz, al abrirlos se encontraba flotando en un espacio totalmente negro, sus ropas eran blancas y desde su cuerpo desprendía un aura azul que revoloteaba alrededor de su cuerpo.

— ¿Dónde estoy? — Se preguntó a sí mismo, para su sorpresa una voz le respondió, era la voz de aquel muchacho de ojos amarillos. — En la corriente del tiempo, aquí es donde transcurre la vía temporal de todo el universo. — Blue volteó en dirección de donde provenía la voz.

El muchacho estaba detrás de Blue, también vestido completamente de blanco y desprendiendo un aura amarillenta de su cuerpo, Blue se abalanzó contra el rápidamente. — ¿¡Dónde están Charlie y los demás!? — Antes de que Blue pudiese tocarlo el chico de ojos amarillos desapareció para aparecer a espaldas de Blue nuevamente. — Allí. — Sentenció el hombre y señaló a una corriente de imágenes que se intercalaban y avanzaban en un rio de información sobre sus cabezas.

Eso era el tiempo, Blue pudo divisar la infancia de sus compañeros, una pequeña Charlie leyendo un pesado libro con aburrimiento, al joven Silford jugando de pequeño con su hermano Johaness, a un pequeño Laven llorando sobre un montón de ruinas con su cuerpo ensangrentado, la vez que Blue cayó del árbol, su encuentro con Charlie.