— ¡Espera un momento, mamá!— Exclamó desde el fondo de la habitación la chica peli violeta quién frunciendo el ceño se acercó al escritorio de su madre para reclamar sobre su decisión. — ¡No decidas las cosas por mi! ¿¡Qué hay si yo no quiero ir por ahí con este par de idiotas!?— Ante las crudas palabras de la chica, el joven azabache de ojos azules simplemente puso cara de que el insulto no le afectaba, pues en la semana transcurrida ya se había acostumbrado a las constantes humillaciones de la chica, más sin embargo Laven quién se encontraba arrodillado era una persona más temperamental se estremeció un poco sobre si mismo más sin embargo no hizo ningún movimiento pues estábamos hablando de la hija de su ama y señora.
— No es una decisión que puedas cuestionar.— Dijo con agudeza la pequeña mujer mientras reposaba sus codos sobre el grueso escritorio de roble. — ¡No es justo!— Dijo armando un berrinche para luego golpear fuertemente el escritorio y salir de la oficina azotando la puerta.
— Mi señora.— Exclamó Laven alzando la cabeza la cual mantuvo cabizbaja durante todo momento. — No hace falta Laven, puedes marcharte.— Ante las palabras de Charlotte el hombre de la espada se levantó para hacer una reverencia y salir de la habitación también dejando ahora a solas a Blue y a la mujer.
— Señorita Charlotte, si Charlie no quiere ir... no es necesario que lo haga, puedo cuidarme solo.— Dijo el azabache retando con la mirada a la dirigente del Castillo.— No, veras Blue...— Hizo una pausa.— El mundo exterior es hostil, allí me forme yo y bajo esa formación y experiencia adquirida puedo presumir que soy excelente, excelente dirigiendo el Reino de Aberdroth como podrás notar. Fiorella es mi hija y por lo tanto la heredera de mi trono, si ella no aprende a resolver los problemas por si misma entonces no esta capacitada para gobernar.— Dijo mientras se levantaba de la silla y se dirigía a la puerta de la habitación.— Por esa razón la estoy enviando contigo Blue.— Exclamó mientras abandonaba el lugar dejando solo al azabache dentro de esa oscura oficina.
Horas después mientras la noche abrazaba al reino de Aberdroth, el joven azabache se encontraba caminando de lado a lado por un pasillo en el cual, de un lado se encontraba un ventanal con vista al pueblo entero y del otro, se encontraba la habitación de Charlie quién desde aquel momento en la mañana no había salido para nada. — ¿Charlie? ¡Tienes preocupado a todos en el Castillo!— Exclamó, pues tenía al menos tres horas tratando de comunicarse con la joven la cual no emitía respuesta alguna.
Bien era cierto que la paciencia del azabache era limitada y tres horas quizás habían sido demasiadas. — Bien, haremos esto a mi manera.— Exclamó mientras cubría su puño izquierdo con el fuego de Ignis y de un segundo a otro, golpeó fuertemente la gruesa puerta de mármol que llevaba a la habitación de la joven, tal era la fuerza que ahora poseía que derrumbo la puerta en seco dejando justo en el punto donde la golpeo una gran mancha negra señal de que había sido quemada por el fuego de Blue. — ¡Joder! ¿Yo hice eso? ¡Nunca me dijeron que esta magia también me daba súper fuerza!— El joven quedo atónito por su hazaña pero luego de un par de segundos volvió en si.
— ¡Ah, cierto! ¡Charl...— Dijo pero sin terminar su oración pues cuando ladeo la cabeza a la izquierda para buscar a la muchacha, esta se encontraba sentada en una esquina, usando su pijama más sin embargo su cara demostraba una mirada asesina frente al chico de ojos azules. — Esa era... mi puerta favorita, Blue.— Susurro apenas.
Lo último que se escucho en ese momento fue el grito de agonía de Blue, Charlie se había lanzado sobre el para golpearlo repetidas veces, aunque luego de unos minutos entre golpes y quejas de dolor, Charlie se detuvo un momento y preguntó al ojiazul. — Blue... ¿Cual es la motivación que tienes para salir allí afuera?— Preguntó incrédula, entonces la cara de dolor de Blue cambió a una cara que demostraba seriedad, con una voz serena y calmada respondió al cuestionamiento. — ¿Mi motivación?— Se detuvo para dar un largo suspiro. — Giulianno, eh... papá me encontró en un basurero en las calles de Nápoles en Italia, papá decia que tenia al menos dos años o un poco menos. Ese hombre cuido de mi, y de mi hermano menor también adoptivo, Green, siempre estuvo para protegernos a ambos de cualquier cosa.— Hizo una pausa pues sus ojos se habían cristalizado como si quisiera llorar.
— Giulianno siempre estuvo para mi, al igual que Green... el saber que yo no pude evitar que se alejaran de mi, me hace sentir tan... — La voz de azabache se quebrantó. — Tan... inútil, quiero buscar a mi familia, todo lo que soy se lo debo a ellos. Esas dos personas son mi mundo entero incluso antes de venir aquí pensé que jamás les volvería a ver y el saber que quizás no hoy, ni mañana pero si pronto volveré a verles llena mi corazón de esperanza.— Las lagrimas empezaron a descender por sus mejillas y entonces el chico se cubrió los ojos con el brazo y se levantó para marcharse pues no quería que Charlie lo viese en ese estado. — Ah... Charlie, si no quieres ir entonces puedes quedarte, yo puedo arreglármelas solo y además el tío de la espada ira conmigo, pero... — Hizo una pausa mientras ladeo la cabeza un poco para ver a la chica, pues ahora el azabache estaba dándole la espalda a ella. — Pero si quieres venir entonces sera mucho mejor.— Dijo mientras atravesaba el agujero vació donde debería de estar la puerta de mármol pero se detuvo nuevamente. — Ah y, cuando vuelva arreglare tu puerta.— Dicho aquello se marcho andando por el corredor izquierdo del pasillo sin percatarse que desde el corredor derecho, una pequeña mujer se encontraba espiando la conversación.
Charlotte se acercó a la habitación de su hija y entró en esta. — ¿Y bien, Charlie?— Exclamó dirigiéndose a su hija quién se encontraba observando el suelo y al oír la voz de su madre se exaltó. — Has oído... no, has sentido las motivaciones de Blue, son puras y nobles. ¿Qué harás?— Preguntó mientras se cruzaba de brazos esperando las respuesta de su hija. — Es un idiota, pero...— Hizo una pausa. — Es un idiota cuyo nivel de idiotez respeto.— Ambas, madre e hija soltaron una pequeña carcajada ante la respuesta de Charlie. — Cariño, si vas a fuera... quizás encuentres respuestas que no puedo darte yo, quizás descubras cosas que incluso yo no sé y puede que aprendas cosas que yo no pueda enseñarte...—
— Lo entiendo madre, pero... tengo miedo de lo que pueda haber a fuera, tengo miedo de no ser lo suficientemente fuerte madre.— Exclamó la joven.
— Por eso estoy enviando a mi caballero más noble, por eso te estoy enviando con el chico de la estrella, por que sé que ambos podrán protegerte y tú a ellos.
— Pero Blue aún no es lo suficientemente fuerte.
— Pero lo será, incluso más de lo que puedas imaginar ahora mismo.— Respondió la madre. — Ahora dime... Charlotte Fiorella Aberdroth II, heredera del trono de Aberdroth. ¿Cual es tu motivación?—
— ¿Mi motivación?— Preguntó para luego hacer una pausa.— Mi motivación es superarte a ti, mi madre como dirigente de este reino y entonces todos podrán aclamar mi nombre.— Dijo con aires de grandeza, su madre esbozó una sonrisa para asentir con la cabeza y luego retirarse de la habitación pues incluso ella sabia que Charlie no quería ir solo para ser una mejor reina, Charlie quería ir por un sentimiento aún mucho más fuerte a su devoción por el reinado que se avecinaba bajo su mando.
— Mi motivación... — Susurró mientras apretaba fuertemente ambas manos contra su pecho.
Mientras que el joven azabache se encontraba en su propia habitación meditando sobre lo que se iba a avecinar sobre él. — Padre, hermano... espérenme.— Susurro para si mismo.
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La Cruzada: El chico de las Estrellas.
AventuraBlue se ha visto envuelto en una travesía mágica y cósmica desde que su familia adoptiva desapareció. Ahora Blue debe buscar por cielo y tierra sin descanso a su amada familia, lo que el no sabe es que en su travesía encontrara verdade...