Mi Primer Amor (VCEP2)

Capítulo 5

  —¿Te puedo decir un secreto?— yo asentí tímidamente— A mi me parece que se te ven lindas las trenzas. — dijo y se fue corriendo.

Negué con la cabeza, no podía creer que hubiese soñado con ese recuerdo, es cierto durante toda mi infancia y adolescencia pensaba en eso, pero después de la conversación de anoche este había vuelto. En cuanto me bañé me vestí rápidamente y salí a desayunar, después de aguantarme a mis padres haciendo chistes sobre mi borrachera del sábado, mi madre nos llevó a la escuela.

—Hola Isabella

—Hola Wade.

— ¿Lista para nuestra cita? 

—Claro que si.—  sonreí— ¿Nos vemos en la tarde?

— Nos vemos—  besó mi mejilla.

Caminé hacia mi casillero donde me encontré con mis mejores amigas mirándome divertidas.

— ¿Que ocurre?

— ¿Estas saliendo con Wade?

— Vamos a ir a una cita hoy.

— ¿En serio? ¡Eso es genial!— gritó Emily.

— Lo sabía, y tu creías que ella estaba interesada en Nicolas— negó con la cabeza y yo  sentí como la bilis me subía por la garganta. 

  — ¿Qué?

— Ella creía que estabas loquita por Nicolas — se encogió de hombros.

Emily debió notar mi incomodidad por que decidió cambiar de tema rápidamente. Empezó a hablar de un montón de cosas a las cuales no les estaba prestando atención ya que en mi cabeza solo rondaba una pregunta "¿Acaso yo era tan obvia?"  Entramos a la clase y me senté mirando hacía la ventana, sentí como alguien se sentaba junto a mi, pero en verdad no le di demasiada importancia.

  — ¿Estas ignorando a tu mejor amigo?

— No seas idiota—  reí— Estaba pensando.

— ¿En tu cita con Wade?

— Paul, ¿Cómo lo sabes?

— Todos estan hablando de eso.

— ¿Todos?

— Los chicos no creen que hayas decidido salir con el chico tatuado, ya que nunca creyeron que te gustaran así, y las chicas estan celosas— se encogió de hombros.

— Que idiotas todos, Wade es increíble.

El me miró como si quisiera decir algo, negó con la cabeza y no dijo nada. El resto de la clase Paul se la pasó haciendo comentarios idiotas que me hacían reír, pasaron varias clases y por fin era la hora del almuerzo.

—¿Nunca te vas a sentar con nosotros?

— Camila me odia, y no quiero incomodarla.

— ¿Porqué te odia?

— ¿No te lo ha dicho? — negué con la cabeza— Ella es quien te lo tiene que decir, no yo.

— Esta bien. 

— Me cuentas como te va—  sonrió y se fue.

(...)

Llegué a mi casa y corrí a mi habitación, decidí cambiar mi atuendo ya que el uniforme del colegio no era el apropiado para una cita, me vestí con unos jeans, unas botas negras, una camisa de algodón blanca y una chaqueta de cuero negra.

  — ¿A donde vas?

— A ti que te importa

— Si no me dices,  le diré a mamá que encontré cigarrillos en tu habitación.