Cinderella y los 7 Enanitos II

# 31

Los días pasan demasiado rápido al estar junto a las personas que quieres, por ello la semana que viví junto a Got7 pareció apenas un día, o menos, y cuando menos lo pensé, mis cosas estaban empacadas de nuevo pues la agencia inmobiliaria que contraté encontró un lugar adecuado en el que puedo quedarme.

El lugar está muy cerca del departamento del grupo, y también de la agencia, se podría decir que se encuentra justo en la mitad del camino entre estos dos lugares, lo que me incomodó un poco es que planeaba acudir al instituto de idiomas en el que trabajaba para solicitar una nueva plaza laborable, pero el instituto se alejó de mi debido a mi cambio de departamento.

Volver a trabajar allí aún no está descartado, incluso si debo levantarme un poco más temprano para llegar a tiempo a lugar, sin embargo, estuve pensando que hay muchos sitos en línea que te enseñan idiomas, y que muchos de ellos son efectivos, pero estos, en su mayoría, enseñan inglés. En cuanto a mi lengua natal se trata, me he percatado que no hay una gran afluencia en las redes.

Esta es la razón por la que estoy planeando usar algo del capital que aún tengo, o mejor dicho usar lo que me resta de él, para crear un sitio web en donde las personas puedan incrementar su nivel en el idioma hispano. Claro que por ahora es solo una idea.

El día de mi partida fue conmovedor, los chicos prepararon una fiesta de despedida la noche anterior, y pidieron el día libre para ayudarme a mudar mis pertenecías, a pesar de ser una gran estupidez, pues mis pertenencias son apenas un par de maletas gigantes, rente el departamento amoblado así que no tenía que preocuparme por nada, sin embargo allí estuvo Got7 haciendo mi partida más amena pero entristecedora.

Al llegar a mi nuevo hogar el grupo paso a conocerlo más rápido de lo canta un gallo, se sorprendían por lo bonito de la decoración y lo amplio que es cada compartimento, incluso comenzaron a planear como se acomodarían para venir a dormir aquí cada vez que quisieran.

Todos parecían niños con juguete nuevo, con excepción de Jb, el ya conocía el lugar, vino con migo un par de veces antes que me decidiera a rentarlo, y fue el quien ayudo a elegir entre este y otro par de opciones que rondaban en mi mente.

Pero debo mencionar que Jb también entro apresurado al departamento, me preguntaba porque fue de esa manera y lo seguí, lo vi entrando a la cocina y me llene de curiosidad al notar que traía en sus manos un par de bolsas negras que trajo desde mi ahora antiguo hogar.

— ¿Qué pretendes?— pregunte dibujando una sonrisa en mi rostro después de verlo sacar un par de ollas que compre un par de días atrás.

— No es nada, solo ve a indicarles el lugar a los chicos, están muy emocionados— respondió con una sonrisa mejor que la mía, esa sonrisita que hace que sus ojitos se cierren y que sus fans se mueran de ternura al verlo.

— Tranquilo, no creo que se pierdan— dije acercándome a él y tomando ciertos utensilios para ayudar con su propósito

— ¡No lo hagas!— me sorprendió con un tono un poco fuerte— deja que sea yo quien te prepare tu primer desayuno en este lugar ¿sí? — pidió con un pucherito y los ojitos de gatito de Shrek

—Limpia cuando termines— dije aceptando su petición y volteándome para acompañar a los muchachos en su tour, pero apenas salí de la cocina me conmoví tanto que no pude dar un paso más, regresé y me senté sobre el mesón para observar su ardua labor.

Sin embargo, ninguno de los dos noto que había una tercera persona que nos observaba a ambos.