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Después de este día, admiraré muchísimo a Jb, porque ¿Cómo puede ser posible que después de lo que vivimos en la mañana, logre ser el mismo de siempre?

Por otra parte yo no pude controlar mis emociones durante todo el día, así que desde que nos sentamos a desayunar permanecí en silencio para evitar cometer cualquier error que pudiese molestar o lastimar a mi amigo, sin embargo allí estuvo él haciéndome reír y burlándose de mi ineptitud ante la situación.

En realidad creo que eso me acerco un poco más a él, pues al ser yo tan habladora es siempre él quien escucha y ríe de mis bromas, pero esta vez pude ver un lado diferente en él, y cuando era Jb quien no tenía nada que decir, pues ambos guardábamos silencio y disfrutábamos del momento juntos.

De esta manera logramos sobrevivir el día entero, casi olvidando por completo la, ¿debería llamarla discusión? de esta mañana.

Al llegar a casa estaba tan cansada que lo único que quería era dormir como si no hubiese un mañana, pero a Jb no le gustó la idea, él quiere hacer algo divertido aunque se nota que también está muriendo del sueño.

Sin embargo accedí a su petición con mucho gusto, así que tomamos un juego de cartas y jugamos con ellas hasta altas horas de la madrugada, reímos sin parar hasta que el casero toco a la puerta exigiendo que dejáramos dormir a los demás inquilinos. Solo en ese entonces nos dimos cuenta de la hora y aceptamos ir a dormir.

Pero había algo que no me dejó tranquila desde la mañana, y es que no me parece adecuado solo seguir comportándome con Jb de la misma forma en que lo hago siempre, siento que algo debe cambiar, aunque no sé qué es.

Debido a esa extraña sensación no quise dormir sola, aunque no hacerlo era muy arriesgado, decidí llamar a mi amigo para que me hiciera compañía durante la noche.

—Jb, tengo frío— dije ya desde mi cama, él guardo silencio y yo supuse que ya se había quedado dormido en esa pequeña cama que apenas logramos hacer encajar en el departamento— ¿me abrazas?— dejándole a la suerte a la suerte la decisión de juntarnos esta noche insistí , pues si de verdad dormía no habría nada que pudiese hacer, pero si estaba despierto estoy segura que se levantara a abrazarme.

En ese momento sentí la ansiedad del novio esperando ver a su amada cruzar el pasillo que los llevará a vivir un mundo diferente, así se sintieron los segundos de espera sin saber si Jb se levantaría o no de su cama.

—claro que si princesa—dijo con la voz adormilada mientras hacía un esfuerzo por levantarse de la cama.

Pero yo no resistí otro segundo, además lo vi tan cansado que me peso la conciencia haberle pedido que se levantara, por ello salí de un brinco de mi lugar y en cuestión de milésimas de segundos estaba en su cama.

Apenas llegué me escabullí bajo las cobijas y me metí entre sus brazos haciendo que el cayera en la almohada y yo sobre él.

Jb solo lanzó una risita burlona cuando logró reponerse de la sorpresa de mi llegada, me acaricio el cabello y se acomodó para dormir como si yo solo fuese un peluche al que te aferras en las noches de soledad.

—lo siento— dije una vez más.

— ¿Te sigues disculpando por hacer que te ame sin que tú me ames también? Porque si es así déjame decirte que ya tuvimos suficiente de este tema en la mañana y tengo más que clara la situación, no es necesario que me lo recuerdes ni que te disculpes— me recalcó, estoy segura que me miraba mientras hablaba pues en medio de la oscuridad logré sentir su mirada sobre mí.

Y de pronto mi cuerpo se movió sin mi autorización, mis labios se acercaron a los suyos y le dieron un cálido y corto beso que seguro sorprendió más al receptor que a mí, enseguida me di la vuelta e hice que me abrazara.

—Buenas noches—alcancé a decir

—Buenas noches princesa


¿Un capitulo más por ser mi cumple? bueno, veamos que se puede hacer, jejejeje

Cinderella y los 7 Enanitos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora