Cinderella y los 7 Enanitos II

# 52

Lo espere en el departamento, la cena de la noche anterior se arruinó por lo que tuve que volver a prepararla, lo demás se encontraba en perfecto estado, el departamento ordenado como para recibir a quien amo, las velas para aumentar el romanticismo en el ambiente, y mi felicidad al saberme correspondida.

Recordé que no acordamos una hora para vernos, lo más probable era que tendría que calentar la cena en el micro, o talvez que ni cenáramos porque se estaba haciendo tarde y mi invitado no llegaba.

Por ello decidí recostarme un rato mientras lo esperaba, pero con el paso del tiempo mi energía se agotó, y caí profundamente dormida, algo que necesitaba, pues la noche anterior no fue tan relajante que digamos.

Dormí sin tregua hasta que sentí un extraño cosquilleo que recorría mi medula espinal, erizaba mi piel y estremecía mi corazón. Note que los cálidos labio de JB recorrían mi cuello, casi sin tocarme, como si hubiesen estado inmersos en un profundo desierto sin agua ni esperanza por años, y de la nada ven frente a ellos un gran oasis que lamentablemente no es nada más que un espejismo, pero lo que JB tenía en frente no era un espejismo.

Abrí los ojos, lo miré y le sonreí, pero aún estaba muy adormilada, de tal manera que volví al mundo de la oscuridad pero aun escuchaba a mi amado.

—Vuelve a dormir, aún es muy tarde— me aconsejó él a la vez que acariciaba mi rostro.

— ¿Qué hora es?— pregunte frotándome el rostro con las manos para intentar despertarme.

—Las 2 y 25, perdón por legar tan tarde— JB bajo la mirada, parecía un poco triste y cansado.

—Arruinaste dos cenas— dije fingiendo estar molesta mientras me sentaba en la cama, ya estaba un tanto despierta pero mi cuerpo aun experimentaba el peso de la madrugada.

—Lo siento, la grabación se alargó un poco— respondió JB aun sin mirarme a los ojos

Tome su rostro con mis manos y lo levante para que me mirara, pude notar cansancio en él, las últimas semanas fueron exhaustivas para el grupo, pero sumándole a eso su mirada estaba un poco perdida, y para ello no tenía una explicación— Te amo— mencioné después de un par de segundos en silencio.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, una sonrisa aún más grande fue la que me regalo mi amado, un pequeño brillo ilumino sus ojos, pero aun podía sentir pesar en ellos. JB me abrazo, me abrazo muy fuerte, y no necesite que el repitiera mis palabras pues él me ha demostrado sus sentimientos en incontables ocasiones.

Pero me alarmé demasiado cuando nos separamos y pude ver que una lágrima ennegrecía su rostro.

— ¿Qué pasa JB, no esto lo que has querido escuchar desde hace tiempo, o es que definitivamente dejaste de amarme y yo llegue tarde para aceptar tu corazón?— pregunte angustiada pues no encontraba motivo para aquella expresión.

— te amo, te amo más que a nadie, y te amo más que nunca, pero tengo miedo, temo que vuelvas a arrepentirte de estar a mi lado, de amarme, y me aterra él pensar que volverás junto a Jackson, últimamente te has acercado más a él, y eso me preocupa descomunalmente— esta vez JB no bajo la mirada, note que sus palabras eran cien por ciento sinceras, y que su miedo no solo estaba en su mente si no en su corazón.

—Vino Mark la otra noche, como siempre no dijo mucho (sonreí sarcásticamente), pero lo poco que dijo me movió el piso... tu amigo me advirtió que te perdería pronto si no te confesaba mis sentimientos, él no pregunto que sentía por ti, solo me afirmo que te amaba, entonces que mi di cuenta que tiene razón, mi miedo es perderte, pero no como amigo, mi miedo es que dejes de amarme, que ames a alguien más— fui yo quien agacho la mirada en esta oportunidad, eh igual que él, un par de lágrimas se colaron desde mis ojos y yo no pude impedir que se mostraran.