Capítulo 17

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El maldito de Jacob no me a escrito y ya pasó 1 puto mes, si piensa que le voy a jalar bolas esta totalmente equivocado. Ya ven de la razón por la cual no quiero una ridícula relación al igual que una amistad? Te comen la cabeza de puras preocupaciones y empiezas a delirar cosas como: y ¿si ya no me quiere hablar nunca? Y ¿si le llamo y lo arreglo?  Ese tipos de estupideces, pero mi puta lengua me tenia que hacer una mala pasada. Mi encontraba en un parque ya que mi mamá se fue con mis tías a no se dónde y yo no quería ir, mis primos y primas se fueron a casa de sus amigos hacer no se qué y me quede totalmente sola en casa y salí a dar una vueta, me sentía ahogada en esa casa. Varios niños reían y saltaban, estaba en un columpio observando con una media sonrisa y en eso alguien me toca la pierna, me volteo y veo a una niña de ojos grises, cabello totalmente liso color algo rojizo, pero parecía marrón claro a causa del sol y sujetaba un peluche de conejo.

-¿Cómo te llamas?-me pregunto la niña con una media sonrisa.

-Vanessa ¿y tu?-me agaché a su altura.

-Lily. ¿Por qué estas sola?-me agarro la mano después de preguntarme y guiarme a un banco.
-Lindo nombre y solo estoy dando un paseo-me senté al igual que la niña me admiraba con la mirada, la mire un poco raro, no me había hablado en otro idioma pero lo deje pasar.

-¿Te digo un secreto?-se me acercó un poco y confundida le asentí-Un chico me pidió que te dijera que fueras a la cafetería El Valle Rosa- y con eso la niña sale corriendo con una sonrisa y la mire aun mas confundida. Esa cafetería la conozco, mis tías me invitaron y queda a unas cuantas cuadras desde aquí. Me levanté y me fui.

Al llegar no vi a nadie que pudiera reconocer, es más, solo habían personas adultas y no chicos de mi edad, me senté en unas de las mesas vacías y espere. Estaba distraía con mi teléfono y alguien me tapa los ojos, pegué un salto por el susto y sujete sus manos con las mías y tratando de quitarlas pero hacia mas presión.

-Hola emo- tiene que ser una maldita broma.

-Pero ¿Qué demonios?-me levanté de un tiro y me volteé para confirmar si eran verdad o no mis sospechas y definitivamente lo era.

Jacob tenía una sonrisa burlona y mis ganas de matarlo llegaron, primero me dice que estará al pendiente, segundo no me contesta los malditos mensajes y tercero se le ocurre la brillante idea de aparecerse aquí en Moscú, pero debo de admitir que me gustó la sorpresa, mi cara de sorprendida cambio a una mirada asesina y le di varios golpes a lo que él se rio.

-Maldito, no me contestas los mensajes y ahora estas aqui-nos sentamos pero yo seguía molesta.

-Perdóname, estaba ocupado organizando el viaje y pidiendo ayuda para que te rastrearan y asi yo saber en donde te quedabas. Llegue hace una semana y cuando termine de arreglar las cosas y conseguir un lugar y todo eso, mi celular me indico que estabas en un parque y ya sabes el resto de la historia-no puedo creerlo aún, simplemente no puedo y aunque no lo diga en voz alta, me encantó la sorpresa.

-Que estés aquí y me hayas explicado todo no me quita lo furiosa que estoy contigo-fingí estarlo para aclarar, negó con la cabeza mientras reía y no me pude resistir y me reí con él. Se calmo y me miró a los ojos, tomó mis manos entre las suyas y se las llevo a sus labios, dando pequeños besos en ellas y por ultimo las entrelaza dándome círculos pequeños con su pulgar.

-Te extrañe mucho a decir verdad, por eso organice este viaje-me sentía nerviosa y no se por qué. Y ¿que demonios le digo ahora? ¿Que también lo extrañe? Carajo.

-Yo también te extrañe, por esa razón fue que te escribía pero tu no respondias-lo estaba fastidiando y el se ríe torciendo los ojos.

-No lo vas a superar ¿verdad?-me dio una sonrisa torcida y respondiendo a su pregunta le negué con la cabeza.

Nos la pasamos riendo y comiendo unos postres que pedimos, me contaba que su madre le negaba el viaje aunque fuera por mi que no permitiría que su hijo se fuera asi sin mas, pero al final accedió. Lo ayudó con algunas cosas como el lugar donde se hospedería y otras cosas mas. Ya eran las 6 de la tarde, pagamos y nos fuimos. Estábamos caminando hacia mi casa, su mano y la mia se rozaban debes en cuando, no se resistió y entrelazo su mano con la mía, gire mi cabeza y lo encontré mirándome, pero no se giro a otro lado, en ves de eso me dio una sonrisa que a pesar de todas las que me a dado esa me encantó, me hizo sentir... no puedo creer lo que voy a decir, me hizo sentir mariposas en el estómago, esas malditas revoloteaban por todas partes. El se detuvo al instante llevándome con él y sin verlo venir, me sujeto de la cintura y me besó, primero fue lento, tranquilo y poco a poco fue aumentando, puse mis manos en su cuello y el me pegó más a su cuerpo, su lengua exigía que lo dejara pasar y se lo concedi, nuestras lenguas se unieron formando una guerra en ellas, disminuyó el beso pero no se apartó, mas bien pego su frente a la mia y daba pequeños besos constantemente, no queríamos separarnos pero lo hicimos, me abrazo por la cintura y seguimos nuestro camino.

-¿Me presentaras a tu familia?-pregunto de repente tomándome por sorpresa y agrande los ojos.

-Bueno la verdad, ellos me preguntaron si tenia novio y les dije que si pero hasta ahí y no se como vayan a tomar esta sorpresa y mi madre no sabia que tu eras mi novio, ella se entero el mismo día que nos fuimos-le di una sonrisa nerviosa y el me miró sorprendido.

-Bueno conociendote en este corto tiempo, lo entiendo y no se si te acuerdes pero hoy cumplimos 3 meses de novios-la santísima mierda, pensaba que lo había olvidado y por instinto me a balance riendo.

-Pensé que lo habías olvidado idiota-me abrazo fuerte, me alzó dando vueltas.

Caminos Cruzados [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora